miércoles, 26 de septiembre de 2012

CAPÍTULO 7º: ¿SE PUEDE?

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CAPÍTULO 7: ¿Se puede?

Una vez subidos en el barco, la marea comenzó a subir y el mar se enfureció, las luces de aquel polvo espejo cubrieron toda la isla, el capitán Mondragón puso rumbo hacia la siguiente isla espejismo. Las Damas de la noche comenzaron a lanzar chorros de agua para apagar las luces del polvo. La mar se encuentra enrabiada con la ira de las damas nocturnas.

Dafne se fue corriendo hacia su camarote y Uriel a la suya, yo me quedé en proa viendo como se enfrentaban las damas de la noche con la isla. Los caníbales comenzaron a hacer sus sacrificios a sus dioses aquellas escenas en la orilla eran terribles. Veía como a una joven la empalaban en aquella enorme estaca. La joven gritaba, i derramaba lágrimas de dolor, sus gritos penetraban en mis oídos recorriendo todo mi cuerpo. Aquellas imágenes eran terribles. Luego le abrían el pecho para recoger su corazón i entregárselo a los dioses.

-Capitán..¿Cómo es posible que la gente haga éste tipo de cosas?
-Mi pequeño calamar eso no es nada para lo que he visto. Vente, túmbate en la hamaca y contempla la luna, ésta noche es maravillosa y deja de ver lo que esos caníbales hacen.

Le hice caso, me alejé de las barandas del barco y me dirigí hacia el interior, fui a visitar a Dafne y a Uriel.
Primero fui al camarote de Uriel, y ahí estaba desnudo mirando por la ventana, tumbado en su cama.

-Disculpa, ¿Se puede?

Uriel se tapó corriendo pensando que era Dafne y dijo seguido un..

-Sí, claro, pasa..
-Perdona, por entrar así, ¿Qué hacías? Necesito hablar contigo..
-¡Ah! Eres tú.. pasa, pasa.. ¿De qué quieres que hablemos?
-¿¡Estabas desnudo!? Me ruboricé.
-Sí, quería tomar la fresca desnudo. Me contestó sonrojado.
-Ok, bueno, quería hablar contigo respecto a lo que ocurrió en la tarde.
-Lo siento, no me apetece hablar de eso. Son cosas que pasan y ya.. no le des más vueltas, cuando algo no tiene solución lo mejor es dejarlo pasar..
-De acuerdo, perdona, no era mi intención molestarte..
-¿No te habrás molestado no?
-No.. tranquilo, será mejor que me vaya y así puedes estar tranquilo haciendo lo que estabas haciendo. Perdona por molestarte..
-¡Anda ya! Vente, túmbate a mi lado, disfrutemos los dos juntos de ésta maravillosa noche. Me has despertado ahora no puedo dormir.
-¿Tumbarme contigo?
-¿Qué hay de malo? Te has bañado con Edgar.. te has acostado desnudo con Edgar.. te has bañado desnudo y dormido con Dafne.. conmigo ¿no creo que vaya a pasar nada no?

-No es lo mismo Uriel..
-¿Por qué no?
Me agarró de la mano y caí encima de su pecho nuestros ojos quedaron durante un rato mirándose, su mano rozó mi cara y mis labios.
-Creo que será mejor que me marche no creo que esté bien ésto. No ahora mismo.
-¡Víctor! ¡Vuelve aquí ahora mismo!
Salí corriendo de su camarote, me sentía fatal conmigo mismo, no podía creerme lo que había pasado. ¡Había intentado besarme! ¿Pero quién se cree que soy?
-Desde luego no entenderé nunca a éste hombre, aunque en verdad ha tenido razón me he bañado y acostado desnudo con un hombre antes, con Edgar.. pero no es lo mismo él es especial para mí. Pero lo de acostarnos fue sin darnos cuenta no recuerdo qué ocurrió aquella noche. Ahora lo extraño cómo estará mi pequeño ángel de luz. Espero que se esté mejorando. Y Mery ¿dónde estará? Espero que te encontremos pronto mi pequeña.

Comencé a caminar por el pasillo del barco y me vi la puerta entreabierta del camarote de Dafne y ahí estaba ella mirándose en el espejo con un libro abierto, ¿Qué es lo que pondrá en ese libro y qué será lo que tiene en las manos? Me pregunté. De pronto ella se giró y vino corriendo hacia la puerta, yo salí corriendo para evitar que me viera. Se asomó y no vio a nadie en el pasillo, cerró la puerta y continuó haciendo lo que estaba haciendo.

-¿Qué estaba haciendo? Ésta mujer no es normal, no está bien, o la tengo todo el día encima o se esconde y no hay quien sepa nada de ella.
-¿Qué te pasa pequeño calamar? Me preguntó el capitán.
-Nada, sólo estoy pensando.
-De acuerdo, voy a dormir un rato pues está apunto de amanecer y tengo que descansar un rato.
-Descansa. Le dije con tono apagado.

Decidí irme al baño del barco a darme una ducha fresca pues el sueño se me había quitado con tanto ajetreo.
Mientras me quitaba la ropa delante del espejo, noté otra vez aquella extraña sensación, era como si fuera a pasar algo. Uriel se encontraba detrás de la puerta mirándome, yo decidí meterme en el agua y me puse a pensar en todo lo que estaba ocurriendo y había ocurrido. Cerré los ojos y me sumergí en el agua durante un buen rato. Uriel entró en el cuarto de baño y comenzó a desnudarse y se sentó en el filo de la bañera quedándose un buen rato mirándome.

Al abrir los ojos lo vi y salí del agua.

-¿Qué estás haciendo aquí? ¿Qué haces desnudo?
-Perdona, pensaba que no había nadie y decidí entrar.. pero al ver que estabas pues decidí quedarme y mirarte un rato. ¿Te han dicho alguna vez que tienes unos labios maravillosos?
-Gracias, no nunca me lo han dicho. Eres el primero. Le dije sonrojado.
-Me pareces un chico de lo más atractivo, el agua está en su punto ¿puedo meterme?
-gracias, pero no creo que esté bien.
-Nunca está bien, ¡mientras te lo pida yo!
Seguido de pegar la voz se metió en la bañera y me agarró del cuello hundiéndome en el agua.
-¡Socogroogoo! Socofooroo! ¡Shkfo! Gritaba.
Estuvo durante un buen rato metiéndome la cabeza bajo el agua.
-Me las vas a pagar, para todo el mundo sí tienes buenas palabras y buenos hechos pero ¡para mí no! Y.. ¿yo quién soy para ti? ¿Te parece bonito que con Edgar hicieras maravillas y con Dafne fantasees de esas maneras? Pobre Mery la pobre enamorada de ti y tú montándotelo con todo el que se acerca a ti. Ten claro que ésto no va acabar aquí, no pienso tolerar ni una más, acabando contigo todo cesará.

Comencé a sentirme debilitado, los ojos se me cerraban, había tragado mucha agua. En ese momento Pasó Dafne por el pasillo y escuchó a Uriel pegando voces en el cuarto de baño. Entró y lo sacó de la bañera agarrándolo y tirándolo al suelo.
-¿Se puede saber qué estás haciendo? ¿Estás loco?
-¡Tú sí que estás loca maldita!
-Haz el favor de irte del cuarto de baño ahora mismo si no quieres que llame al capitán Mondragón.
Uriel se marchó diciendo unas palabras amenazantes: -Juro que me las pagaréis, ¡ya vendrás a por mí Víctor cuando te des cuenta de todo! ¡En ese momento ya será tarde!

Dafne me sacó de la bañera e intentó reanimarme, comenzó a hacerme el boca a boca y empecé a escupir agua.
-¿Qué ha pasado? ¿Qué le pasa a Uriel? ¿Por qué me atacó de esas maneras?
-Tranquilo Víctor no tengas miedo, siempre tengo que ser yo la que te salve, no te puedo dejar solo, y siempre te pillo en el agua. No sé como te las apañas. Me dijo mientras me sonreía y acariciaba la cara.
-Es verdad, siempre estás ahí cuando más lo necesito. Gracias.
-No las des, y bueno ve a tu camarote pues debes de estar cansado.
Se marchó a la popa del barco y se puso a contemplar el mar.
Aprovechando que Dafne no estaba me sequé y me puse una bata. Miré bien por el pasillo para ver si había alguien y me fui corriendo al camarote de Dafne, necesitaba saber qué es lo que escondía.
Una vez ahí dentro, noté una sensación de lo más extraña. Pues me sentía observado, cerré la puerta y me puse a mirar el camarote, en él había un montón de fotos mías pegadas en la pared.
-¿Qué es ésto? Me decía asombrado. ¿Qué son todas éstas fotos? ¿y éste altar?

Me acerqué al espejo y pude ver el libro, junto a él había sangre y un trozo de melena blanca. ¿Qué es todo ésto? Noté en ese momento como si alguien se acercara por el pasillo, intenté ponerlo todo en su sitio y me escondí al ver que la puerta se abría.
-¡Mierda, mierda, mierda mil veces mierda!

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