miércoles, 26 de septiembre de 2012

CAPÍTULO 13: LA CUEVA DE LAS PENAS.

-->CAPÍTULO 13: La cueva de las penas.

A la mañana siguiente cuando todos se despertaron bajaron a desayunar, pero al ver que yo no desperté vino Emily a mi habitación. Comenzó a tocar en la puerta de mi dormitorio pero al ver que no despertaba volvió a insistir. En ese mismo instante la puerta se abrió sola, Emily sorprendida entró llamándome.

-¿Víctor estás ahí?

Encendió las luces de la habitación y se encontró todo empantanado, asustada fue directamente a la cama y ahí me encontró bajo las sábanas. Quitó las sábanas y me vio el cuerpo lleno de sangre. Comenzó a gritar y a pedir ayuda, salió al pasillo al ver que nadie venía y volvió a gritar llorando. Todos subieron al escuchar los gritos tan atroces de Emily. Se la encontraron tirada en el suelo llorando, tía Dorothy al ver a Emily tendida en el suelo llorando como una Magdalena salió a por ella y la ayudó a levantarse.

-¿Qué te pasa cielo? Preguntó asustada.
-¡Víctor está muerto! Lo acabo de ver con mis ojos, respondía mientras la abrazaba fuertemente.

-¿¡Cómo que está muerto!?

-¡Sí!, toqué a la puerta pero al ver que no respondía, volví a tocar y la puerta se abrió sola. Al entrar vio todo destrozado fui directamente asustada hacia la cama y ahí lo vi entre las sábanas, quité las sábanas y estaba todo cubierto de sangre. ¡Ha sido horrible! ¡horrible!

Todos entraron a la habitación, pero ésta vez la habitación no estaba empantanada, se acercaron a la cama y me vieron cubierto de sangre. Todos se sorprendieron al verme en aquellas condiciones. Emily se sorprendió más al ver que ésta vez la habitación ya no estaba destrozada. Emily se acercó hacia a mí para ver si tenía pulso, en ese instante, se dio cuenta que mis heridas comenzaban a desaparecer lentamente.

-¿Qué está ocurriendo? Preguntó tía Dorothy

-¡No me lo puedo creer, sus heridas están sanando!, respondía Emily.

-¡Ésto es imposible, parece cosa de brujería! Respondía el capitán Mondragón.

Dafne acababa de llegar de dar un paseo por la isla y vio la puerta de mi habitación abierta y aprovechó para entrar para ver que pasaba, debido a los llantos y voces que se oían en ella.

-¿Qué ocurre? ¿A qué se debe tanto alboroto?

-¿Se puede saber de dónde vienes tú? Preguntó tía Dorothy intentando pagarlo con ella.

-¿Yo? De dar una vuelta por los jardines, me levanté temprano para tomar el aire fresco de la mañana. Un momento ¿Qué le pasa a Víctor?

-Eso estamos intentando ver, respondía Emily.

Tras un rato comencé a despertarme y los vi a todos mirándome. La verdad, no me los esperaba ahí, así que me asusté un poco.

-¿Se puede saber qué estáis haciendo aquí?

-Como bajamos a desayunar y no bajaste vine a ver qué te pasaba y comencé a tocar la puerta pero como no abrías volví a insistir y la puerta se abrió sola y al entrar, me encontré toda la habitación como si un huracán hubiera pasado. Pero lo que más me asustó fue el verte cubierto de sangre.

-¡¿Sangre?! Pregunté con cara de asombro.

-Sí, yo he podido verlo. Respondía tía Dorothy.

Me levanté y fui a bañarme, todos se fueron para la planta de abajo a esperarme. Mientras me bañaba volví a notar aquella extraña presencia. Cada vez era mayor, pero ésta vez era diferente sentía como voces que mencionaban mi nombre. Por un momento pensé que podía ser Mery pero lo descarté pronto. Esas voces provenían de los de al lado de mi habitación que estaban discutiendo. La verdad es que desde que hemos llegado a ésta isla están ocurriendo cosas muy extrañas. Me salí de la bañera y me cepillé el cabello, estuve arreglándome y volví al dormitorio para arreglarme. En el espejo del lavabo se quedó reflejada la imagen de una sombra negra que no dejaba de mirarme. Bajé a desayunar y volví rápido con mis compañeros. Pero cuando salí no estaban así que hablé con la recepcionista del hotel y alquilé un coche, puse rumbo hacia el castillo de Bianca necesitaba hablar con ella. Durante el recorrido me adentré por zonas que no visitamos la última vez. Aquel lugar aterraba un poco la verdad, era todo obscuro, la verdad es que el letrero que indicaba el nombre lo definía muy bien “sombría” . Los árboles parecían sacados de una novela de terror, todos con formas muy extrañas, la obscuridad se iba haciendo más y más grande con forme te ibas adentrando. Los únicos animales que habitaban ahí, eran cuervos y lobos. Lo noté por los aullidos que se escuchaban de fondo, tenía miedo, pero no podía salir de aquel horrible lugar era como s una fuerza me atrajera como un hierro al imán. Al final del camino llegué hacia una cueva a lo lejos podía ver los jardines de palacio. Pensé que podía ser otra forma de acceder así que me metí dentro de la cueva, aparqué y comencé a adentrarme dentro de ella.

La sensación extraña la volví a notar por todas partes, se escuchaban voces de mujer gritar con bastante fuerza, parecía como si la estuvieran torturando. Pensé que podría ser Mery y comencé a gritar su nombre, un frío gélido comenzó a recorrer mi cuerpo. Los murciélagos salieron de sus nidos y empezaron a volar a mi alrededor. Comencé a correr asustado intentando librarme de ellos, pero no había forma alguna, cada vez había más y más. Empezaron a atacarme y hacerme rasguños en la piel esas miradas me asustaban bastante. Cuanto más corría más fuertes eran las voces que escuchaba, pero ésta vez no eran de mujer si no de hombre. ¿esas voces de dónde provendrán? Me preguntaba asustado. Llegué hacia el final de la cueva y efectivamente era la misma cueva que entramos la otra vez con la reina Bianca porque el agua me daba las mismas sensaciones que la última vez. Vi una sombra negra mirarme en el agua me alejé un poco de ella y comenzó a acercase a la orilla. Del agua salió la dama de la noche me miró a los ojos y me dijo:

-¿Qué estás haciendo aquí solo?

-Cuánto tiempo, me alegro de verte otra vez.

-¿De verme? Pero si nunca nos hemos visto. Me dijo asombrada.

-¿No? Entonces me habré confundido perdóname.

-Posiblemente seas tú el chico del que tanto se habla últimamente en las profundidades.

-¿Se habla de mí?

-Sí, ¿eres el que quiere ir a Ofidio?

-Sí, tengo que ir para recoger la orquídea sangrienta.

-Sí, efectivamente eres tú. Bueno, me alegra de haberte conocido. Será mejor que salgas de ésta cueva de lo contrario puede confundirte y hará que te pierdas y acabes como cientos de personas que entraron y jamás se volvió a saber de ellas. Sólo hay que ver todos los cadáveres que hay por los suelos. Han sido devorados por los murciélagos y los lobos del bosque sombría. Ésta es la famosa cueva de las penas pertenece al reinado de Gélicer. Tengo que marcharme.

-No te vayas aún, ¿dónde está mi amiga?

-¿Mi compañera? Se encuentra en palacio en los jardines de la reina Bianca.

-¿Qué hace ahí? Pregunté.

-Está intentando convencerla para que nos deje pasar a todas por la cueva para poder ir a acompañarte, la verdad es que no queremos que estés solo en esa aventura. Podrías salir gravemente herido. Eres un hijo del agua y como hijo de Poseidón que eres, eres familia nuestra.

-Gracias compañera, la verdad es que me alegra saber todo ésto.

-No tienes que darlas pequeño. Por cierto, no sé si te lo habrá dicho mi compañera, pero tengo que advertirte. No hagas caso a nada que diga tu amiga la pelirroja, no es de fiar.

-¿Qué os pasa a todos con Dafne?, ¿Por qué la tratáis así?

-Tengo que irme, he hablado demasiado.

-¡No, espera!

La dama de la noche se sumergió en el agua y desapareció. ¿Qué habrá querido decir con eso?, la verdad es que me tienen todos descontrolado. ¿Qué tendrá en contra de la pobre Dafne? Comencé a caminar hacia el exterior de la cueva y ésta vez salí al jardín de la reina Bianca. Pude volver a ver la fuente en la cual vi a Edgar, me volví a asomar pero ésta vez no lo vi a él, ésta vez vi a un hombre conducir un coche en una noche de tormenta, aquel camino me era familiar. Pero no podía recordar por qué me sonaba. El hombre iba a toda velocidad por aquella curva y la imagen de una mujer se postró ante él, ella era un ángel de luz azul como el celeste cielo. Aquel hombre giró el volante para esquivarla y el coche se desvió del camino cayendo por el precipicio.

-¿Qué extraño?¿Quién era ese hombre?

-Hola cielo, decía una voz mientras me agarraba el hombro.

Me giré y ahí estaba ella, la reina Bianca.

-Hola majestad, perdona por no avisar que venía y siento el haber vuelto a mirar en su fuente.

-Tranquilo pequeño, eres bienvenido en mi reino, y puedes mirar cuantas veces quieras en la fuente. Pero ten cuidado muchas veces no son cosas buenas las que verás.

-Lo sé, acabo de ver ahora una imagen que me ha tocado bastante el corazón.

-Me lo imagino, intenta no pensar mucho. La fuente puede jugar malas pasadas. Por cierto, he estado hablando con una amiga tuya. No sabía que eras hijo del mar, ahora entiendo por qué me sonabas tanto.

-Todo el mundo lo menciona pero no entiendo por qué lo dicen.

-Tranquilo pequeño, todo llega. Me decía mientras me acariciaba el rostro.

-Ven entremos a palacio tengo que entregarte algo.

Así fue, entramos a palacio y mientras íbamos al lugar iba viendo todo el jardín, era hermoso. Parecía sacado de un cuento de hadas. Enormes esculturas esculpidas en hielo, rosales de color blanco, azul, rosa y rojo sembrados por doquier. Los animalitos en el jardín transmitían una armonía que me transmitía una paz interior enorme. Había conejitos blancos jugando en la nieve, flamencos en el lago, cisnes, lobos, osos polares. Era un paraíso congelado. Entramos a palacio y vagamos por el enorme pasillo que dirigía hacia el trono. Ahí me hizo colocar mi hidrópetra en un hueco en el cual tenía la misma forma que mi gema. Al colocarla se abrió el cofre, y de él salió un frasco, en él se encontraba sangre y una espina de rosa azul. La reina me dijo que ese frasco me pertenecía si vertía esa sangre en la fuente podría encontrar respuestas a varias de mis preguntas. Pero que no era el momento pues sólo hace efecto bajo la luna azul. Aún faltaba bastante para que volviera a aparecer la luna celeste. Me dijo que teníamos que tener mucho cuidado en Ofidio las criaturas que hay ahí no eran nada fiables. Al salir de palacio volví a notar como si alguien me observara de entre las montañas era esa horrible sensación otra vez.

Me dirigí al hotel y allí no había nadie de mis amigos, me fui a las piscinas del hotel y ahí me estuve bañando durante un largo rato. Mientras tanto, mis amigos se encontraban con Balthor en la otra parte de la isla, cerca de la playa. Dafne estaba un tanto alterada, no aguantaba las miradas fusilantes de tía Dorothy. Aquel lugar era maravilloso, el lugar más romántico de toda la isla, en él se encontraba un mirador desde el cual se podía divisar toda la isla y todo el mar. Estaba pintado en tono blanco y marrón, había cojines en vez de sillas y estaba iluminado por velas. Se podía oír conciertos de piano y violín acompañados de un arpa. Tía Dorothy y el capitán decidieron sentarse a observar la puesta de sol y disfrutar de una hermosa velada acompañados de aquel concierto. Emily mientras tanto disfrutaba de un relajante baño en el mar, había delfines y miles de peces de colores. Balthor mientras que tía Dorothy estaba intimando con el capitán y Emily se bañaba él se iba preparando para las velas para soltarlas en el agua. Era un ritual que se solía hacer desde hace cientos de años en el que consistía echar al mar velas para alejar a los malos espíritus y que vieran la luz. Las luciérnagas acompañaban el momento, aquello era todo un paraíso del amor. Dafne decidió irse al hotel para evitar que la mirasen más. Emily estuvo hablando con el capitán para que le explicara por qué hacía eso con las velas.
Y el capitán le dijo:

Señorita Emily hace años cuenta la leyenda que dos jóvenes enamorados, juraron su amor en ésta isla. La leyenda dice así:

Dos familias enfrentadas, ambas procedentes de dos reinos enemigos, los dos jóvenes huyeron de sus reinos para vivir su amor prohibido, Los padres de éstos dos jóvenes les prohibieron que se vieran y que se enamorasen pero ellos se amaban tanto que decidieron fugarse para que nada ni nadie los separase nunca. Decidieron venirse a ésta isla para que sus padres no los encontraran jamás. Pero no duró mucho, ves aquel mirador donde se encuentran Dorothy y el señor Adan ahí antes había un acantilado y los padres de él le dispararon a la chica para que se acabara el amor para siempre. El joven tras ver lo que hicieron sus padres agarró a la joven entre sus brazos y se lanzó al acantilado gritando ¡Anasli te amo! Desde aquel entonces tras la muerte de los dos jóvenes comenzaron a brotar y a nacer árboles y flores, las aves que hoy tú ves aquí vinieron volando de otras zonas del mundo y decidieron quedarse para siempre aquí. Los que hoy vivimos aquí pensamos que son parte del alma de los jóvenes. Por eso hay ésta armonía en la isla.

-¡Cielos santo! Es hermosa la historia señor Balthor. Es super romántica, dos jóvenes huyen de sus reinos para poder vivir su amor a escondidas de sus padres y luego acaban muriendo los dos juntos entregando su amor incluso hasta en la muerte. Pero lo más maravilloso es el gesto del joven chico. Su amada muere a manos de su padre y él la agarra para morir junto a ella. Me parece la historia más romántica jamás contada.

-La verdad es que es preciosa sí. Respondió Balthor con una sonrisa.

Dafne llegó al hotel y me vio nadando en la piscina, yo no me di cuenta de su presencia y seguía nadando. Ella comenzó a mirarme y a quitarse la ropa lentamente para entrar en el agua. Una vez dentro de agua, comencé a notar un escalofrío recorrer todo mi cuerpo y una sombra nada alrededor mía. No sabía lo que era, pero tenía claro una cosa, que era algo malo. Me acerqué a la escalera y comencé a subir. Al salir y secarme vi ropa de mujer al lado de la mía. Miré a la piscina pero no había nade, de la nada pude ver una enorme cola salpicar agua en el interior de la piscina. Al ver aquello cogí mis cosas y salí corriendo hacia dentro del hotel. Les pregunté a las recepcionistas si tenían peces metidos en la piscina pero me dijeron que no riéndose de mí. Me preguntaron si andaba bebido. Tras aquel bochornoso momento subí corriendo a mi habitación a darme una ducha fría y bajar a cenar. Dafne salió al agua y comenzó a llamarme, al ver que me había marchado cogió las cosas y se fue.

Tía Dorothy junto con el capitán tras aquel hermoso momento bajaron del mirador después de estar varias horas disfrutando de la magia del lugar y pusieron rumbo junto con Emily y Balthor para el hotel.

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