miércoles, 26 de septiembre de 2012

CAPÍTULO 10: UN ENCUENTRO SORPRESA

-->CAPÍTULO 10: Un encuentro sorpresa.

Al abrir la puerta, los rayos del sol accedían hacia el interior de la casa por los dinteles de la puerta. Esa luz tan cegadora impedía que viera con claridad quién había ahí, y una sombra pude ver acercarse a mí y decir con tono dulce y cálido.

-Hola Víctor he vuelto. Decía en tono bajo.

-¿Tía Dorothy eres tú? Dije sorprendido.

-Sí, soy yo, perdóname por haberme ido así sin más. Me ha llegado la noticia de lo ocurrido respecto a mi sobrina y estuve intentado contactar contigo pero me fue imposible pues me salías sin cobertura. ¿Dónde habéis estado? Y antes que nada.. ¿Cómo os encontráis?

No la dejé terminar la frase cuando ya me lancé a sus brazos, la extrañaba y la abracé con todas mis fuerzas, la extrañaba muchísimo. Me alegró bastante que volviera pues sin ella nada era igual. Pero no venía sola, estaba sacando las maletas del taxi, era ella, nada más y nada menos que mi querida profesora de la infancia Emily. Comenzó a subir las escaleras de la entrada y le dije:

-¿¡Emily eres tú!?

-¡Hola Víctor! Cuánto tiempo tesoro, ¿Qué tal?, ¿Cómo estás? Que grande te veo Dios mío. Pero que cambiado estás.

-No es posible, ¿Qué ven mis ojos? Emily ¿Eres tú de verdad? Decía con los ojos empapados de lágrimas.

-Claro que sí mi pequeño. Me decía mientras me abrazaba. -Estuve intentando contactar contigo pues te cogí mucho cariño en el orfanato. Gracias a Dorothy mi fiel amiga he podido dar contigo. La verdad es que me alegro muchísimo de verte, no sabes cuántos años hace que intentado buscarte.

No me lo podía creer aún, parecía un sueño. Mi querida profesora la cual ha sido para mí como una madre durante toda mi infancia en aquel horrible orfanato. Había aparecido de nuevo, la eché tanto de menos. Aún recuerdo como si fuera ayer el día en el que la echaron del orfanato por cogerme cariño. La directora no quería que ningún profesor tuviera el más mínimo contacto o roce con los alumnos del orfanato. Pero ella no le hizo caso y siempre estuvo conmigo. Les dije a tía Dorothy y a mi querida Emily que pasaran adentro, y mientras estábamos en el salón tomando un té apareció por la puerta Dafne junto al capitán Mondragón. En ese momento hubo un silencio y un juego de miradas entre Tía Dorothy y el capitán que nos llamó mucho la atención. Transcurridos unos segundos el capitán dijo:

-¿Dorothy? ¿Eres tú? Decía con los ojos llenos de lágrimas.

-¿Aden Mondragón? ¡No es posible! Le respondió asombrada y con los ojos apunto de comenzar a llorar

Los dos salieron corriendo el uno hacia el otro para abrazarse, no entendía muy bien que era lo que estaba pasando, pues ignoraba lo ocurrido. Emily me abrazó por detrás y sentí la misma sensación de cuando mi madre me abrazaba. Me dijo en el oído en voz baja, éstos fueron novios hace muchos años y comenzó a sonreír. Su sonrisa me encantaba, era sonrisa de ángel la que siempre me mostraba cuando estaba triste y me alegraba en mi infancia. Como vi que al capitán ya lo conocían aproveché para presentar a Dafne. Tía Dorothy no la miraba con buenos ojos pues tenía la misma mirada que puso cuando apareció Uriel. ¿Qué será lo que oculta Dafne para que tía Dorothy la mirase así? Me preguntaba en mis adentros.

- Y bien Víctor.. ¿Cómo se encuentra Edgar?, y.. ¿Uriel dónde se encuentra?, ¿se marchó?. Me dijo con tono de preocupación.
- Edgar está bien, estuve ayer con él y el doctor me dijo que seguía igual. Pero personalmente pienso que está mejorándose lentamente. Y Uriel.. bueno.. él está enfermo, en el hospital junto con Edgar ha pillado un virus y lo está destrozando por dentro, de hecho, íbamos a salir ahora de vuelta al mar para ir a las islas trígonas para buscar a tu sobrina Mery y el medicamento que sane a Uriel.

-¿Islas trígonas? Preguntaban las dos al unísono.

-Juraría que eran leyendas de marineros, decía Emily.

-Para nada mi pequeña, hemos podido ir y allí pasamos unos días hasta que el joven calamar se puso enfermo y no tuvimos más remedio que volver. Por cierto, hay algo que no he dicho porque no he querido romper el momento. Víctor, ¿Mery es la sobrina de Dorothy?

-Sí, ella es mi más fiel amiga, la cual ha sido secuestrada por no sé quien y llevada a esas islas según dijo Dafne.

-Aden, ¿a qué no sabes quién es Víctor? Dijo tía Dorothy entusiasmada.

-No, la verdad es que no, sólo sé que para mí es como un hijo y de hecho en el momento en el que los conocí a los tres, tuve una gran conexión con todos pero en especial con él. Me recuerda a alguien pero ahora no me acuerdo de quien. Los años ya están empezando a pasar factura a éste viejo calamar.

-¿Te acuerdas de mi querida Anéri?

-Claro que me acuerdo, estudiabais juntas en el instituto. Cuantos recuerdos me vienen de aquel pasado tan maravilloso. Cuando solía ir a buscarte a la salida del instituto, y te llevaba a la playa a escondidas de tus padres. Comenzó a reírse y ponerse sonrojado.

-La verdad es que eran maravillosos los tiempos esos, pero luego mis padres se enteraron de lo nuestro y tuvimos que separarnos, entré en la facultad y conocí a mi difunto marido y ahí se acabó el contacto. Decía entristecida. Bueno Aden, Víctor es nada más y nada menos que el hijo e mi querida Anéri.

-¡No me digas! Ya decía yo que su cara me era familiar. Ahora voy entendiendo todo lo que me contaste el otro día. Tu madre y yo fuimos amigos durante el noviazgo que tuvimos Dorothy y yo. No sabes cuanto me alegra de que Dorothy haya sido junto con Emily las que te hayan puesto donde estás ahora. Les doy las gracias pues eres un ángel caído del cielo mi pequeño calamar.
Estuvimos durante varias horas hablando, durante la comida estuvimos hablando de temas del pasado, tales como el noviazgo de tía Dorothy y el capitán. También de como le había ido la vida a Emily pues lo estuvo pasando mal ya que al ser expulsada del orfanato, tuvo que marcharse al extranjero a trabajar ya que aquí no encontró nada. La directora se encargó de hundirle la vida de tal forma que no encontraba trabajo. Se estuvo sacando un grado de auxiliar de enfermería, más pronto fue decir eso que decirles a las dos que se unieran con nosotros en el viaje. Ambas aceptaron encantadas pero iban con miedo pues no sabían muy bien lo que podría haber ahí. Les propuse pasar la noche en casa y que descansaran un poco de todo el viaje ya que teníamos que tener un cuerpo preparado para poder hacer el viaje. Terminamos de comer, recogimos la mesa y marchamos a dar una vuelta por el pueblo, Emily hacia años que no venía y quería volver a verlo para ver como había cambiado durante éstos diecisiete años. Estuvimos cenando en el puerto en uno de los miradores más románticos que construyeron hace unos cuantos años atrás. Tía Dorothy y el capitán Mondragón no dejaban de recordar viejos tiempos, Emily y yo estuvimos hablando también de nuestras cosas, Dafne comenzó a sentirse apartada del grupo, y decidió volver a casa. Cuando se marchó salí tras ella pues quería ver qué le pasaba, al principio me negó la palabra, pero insistí ya que no me gustaba que me dejaran con la palabra en la boca. Se giró, me miró fijamente a los ojos y me dijo:

-Víctor, son tu familia yo aquí sobro, creo que es mejor que me marche, ahora eres feliz, mi trabajo ha terminado aquí. He de marchar, sobro aquí, tu mirada no es la de antes, ha cambiado. Y bueno qué decir respecto a mí.. ya no me ves como antes, tengo miedo Víctor, no quiero volver a pasar por ésto. Acabó besándome apasionadamente bajo aquella luna.

Mientras me besaba comencé a sentir una gran fuerza recorrer todo mi cuerpo, una energía me empezaba a invadir, el corazón comenzó a latir más rápido de lo normal. No era posible lo que estaba viviendo, ¿sería un sueño? Me decía. Me alejé de ella y la miré a los ojos.

-¿Dafne por qué has hecho ésto?

-Perdóname, sentí la necesidad de hacerlo. Será mejor que me vaya a casa y prepare las cosas no está bien que esté aquí. Además Dorothy no me mira muy bien que digamos.. No quiero crear más problemas. Desde que he aparecido sólo te he creado problemas. Me decía acompañado de un rostro entristecido que me rompía el alma al verlo.

-¡Deja de decir más eso! ¿No sabes que me mata escucharte decir ésto? Desde que has aparecido en mi vida me la has cambiado por completo, sabes de sobra que te aprecio mucho, y aunque no me quieras contar la verdad te quiero. Te quiero por lo que eres ahora y no me importa lo que fueras en tu pasado, pues eres mi presente. Te acepto tal y como eres, tu pasado es pasado y da igual. No voy a insistir más en que me lo cuentes ya que eres libre y me gustas por como eres ahora. Cuando estoy contigo todo cambia, el tiempo siento que se detiene. Eres única y tu belleza es hechizante, juraría que es magia lo que corre por tus venas pero tengo miedo a descubrirlo. Aunque no te niego que me gustaría tener una aventura recorriendo todo tu cuerpo.

-Víctor, muy bonito todo lo que me dices. Eres un encanto de hombre, y no te niego que me gustas tal y como eres. Pero tengo miedo a llegar a algo más. He sufrido mucho y no quiero volver a caer. ¿La verdad? Creo que va siendo hora de que conozcas algo que no conoces de mí. Veo en tus ojos mucha luz, y muchas dudas sobre mi persona. Pero tengo que decirte que aún no es el momento de que la sepas, perdóname por no darte otra respuesta, sé que ansías las ganas de conocerme tal y como soy verdaderamente. Al igual que a tu querido amiguito Uriel. Pero creo que él tiene más peligro que yo, debido a que lo que oculta él es más de lo que yo puedo ocultarte, tú ya has descubierto algo de mí que jamás pensé que descubrieras, eres un chico listo, lo sé y sé que has entrado en mi camarote y has visto lo que no debías de ver. Pero siento decirte que no nada es lo que parece.

Aquellas palabras me llegaron a lo más profundo de mi corazón, pues “Nada es lo que parece” fue lo que me dijo mi querida madre en aquella mañana en el barco.

-¿Qué quieres decirme con ésto?, ¿Acaso sabes lo que oculta Uriel?. ¿Por qué dices que nada es lo que parece?

-Víctor, cariño hay cosas que no debes de saber por el momento. Lo único que necesitas ahora es el calor de tu familia. Míralos ellos son tu familia yo sólo soy una más que está aquí para darte el calor que necesitas. A parte de ellos, están tus amigos, debemos partir hacia la isla y encontrar a tu amiga, pues la obscuridad la tiene presa. También hay que ir a buscar las plantas que mencionó el capitán. Por favor déjame ir a casa no me encuentro bien. Mañana tenemos que estar en plena forma si queremos ir hacia la isla.

-De acuerdo, tienes razón. Perdóname, ve a casa y descansa. Pero antes una cosa ¿cómo que la obscuridad la tiene presa?, ¿Cómo lo sabes?.

-Repito, hay cosas que no debes de saber. Lo siento he de irme.

Dejé marchar a Dafne, algo me decía en mis adentros que ésta chica ocultaba algo más de lo que yo esperaba. Volví con tía Dorothy y los demás y disfrutamos de la hermosa velada. Más tarde al acabar de cenar y de pasar un hermoso rato juntos recordando el pasado. Paseamos por la playa, la noche estaba hermosa y el mar en calma, tía Dorothy se acercó a mí, mientras Emily y el capitán se adelantaban. Me estuvo diciendo que tuviera cuidado con Dafne pues le había dado mala impresión. Veía en ella una sombra obscura rondando el aura, los ojos eran rojo sangre. No quiso entrar más en detalles y me dejó con la intriga de saber qué hacia esa sombra ahí. Volvimos a casa y nos acostamos, estuve toda la noche sin dormir mirando desde mi ventana aquella hermosa luna que entraba por mi ventana.

A la mañana siguiente, teníamos las maletas en casa ya para irnos. Ésta vez al cerrar ventanas y puertas me quedé durante un largo rato mirando la casa. Sabía que no iba a volver en un largo tiempo. Mientras me despedía de mi querida casa Emily se acercó y me rozó el hombro.

-Vamos hijo que el tiempo es oro y debemos darnos prisa, nos espera un largo viaje.

-Sí, tienes razón marchémonos ya pues llegamos tarde.

Ahora sí podía decir que mi aventura comienza, nos subimos en el coche en dirección al puerto. Durante el recorrido me quedé mirando por la ventana, ésta vez no conducía yo, le dejé las llaves de mi coche al capitán y yo preferí despedirme de mi querida tierra recordando como era, con el miedo de no regresar y a la vez con la esperanza de que si algún día volviera encontraría a las personas más importantes de mi vida aquí de nuevo junto a mí.

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