CAPÍTULO
3º UN AMOR PROHIBIDO.
-¡Cómo
ha pasado el tiempo!, han pasado 5 años desde que ocurrió aquel
terrible accidente. Aún no me hago la idea de que Víctor y Dafne
hayan fallecido.
-Yo
tampoco me la hago. Me decía Emily.
-Bueno,
al menos pudimos llegar a tiempo al hospital para poder salvar a
Uriel. Nos costó lo nuestro, pero conseguimos las dos plantas. Decía
Aden Mondragón.
-No
sé por qué, pero me estoy empezando a encontrar mareada, será
mejor que vaya a acostarme un rato.
Me
marché a la habitación de mi sobrina para poder dormir un rato, la
verdad estaba bastante cansada y me encontraba un poco mareada. Emily
y el Aden se quedaron hablando durante un rato.
-Dorothy
ha cambiado mucho en éstos cinco años, desde que ocurrió aquella
desgracia en Ofidio no es la misma. ¿Qué piensas Aden?
-¿La
verdad?, sí, ha cambiado mucho. Por las noches no para de llorar y
de hablar en sueños. No se le entiende mucho lo que habla, pero no
parece ella.
Suspiré
y empecé a recordar mi vida como solía hacer desde que llegué a
casa después de lo vivido en la busca de las plantas. Aún puedo
oler el fresco aroma de la naturaleza, siento como si fuera ayer
cuando corría por aquellos hermosos prados verdes y con flores.
También puedo recordar el fresco y húmedo olor a mar, la brisa
marina parece que puede rozar mi melancólico rostro. Aún era una
niña pequeña cuando pude vivir por primera vez mi primera
experiencia paranormal. Mis padres y familiares siempre me trataron
como una loca, por decir que podía ver a los no vivos. Mi pobre
hermana la única que me apoyó durante ésta triste etapa estuvo a
mi lado siempre, pero con el tiempo se distanció influenciada por
mis padres.
No puedo negar quien soy, y mucho menos lo que soy. Soy
hija de la tierra, mi plano es el terrenal y debo aceptarlo sea como
sea. En aquella orilla pude ver como una sombra obscura se alzaba
ante mis ojos. Era una joven dama vestida de blanco con una pamela.
Recuerdo como la perdió por el aire que corría ese día. Corrí en
busca de la pamela y cuando la recuperé fui a entregársela, la
joven me miró con una dulce mirada pero pude ver como sus ojos iban
poco a poco volviéndose rojos. La joven desapareció en la nada y yo
corrí asustada. ¿Qué había sido aquello? No tuve respuesta, mis
padres no me creían, mis amigas me dieron de lado menos dos Anéri
Helsky y Émily Lacerau, mi hermana ya no estaba conmigo. Siempre he
estado sola hasta que apareció él. Un hermoso joven con melena
rojiza, ojos azules como el océano, labios carmín y cuerpo
escultural. Fue mi primer amor, con el que viví fantasías y sueños
que nunca viví con nadie.
Aden
Mondragón, así es como se llamaba el joven. Vivimos un idilio, mas
no puedo recordar algunos momentos vividos con él. Mi padre me
obligó alejarme de él, siempre me maltrató física y mentalmente.
Recuerdo como Anéri en el instituto me decía que no fuera tonta y
que hullera con Aden a un lugar donde pudiéramos vivir nuestro
idilio infinito. Así fue, a la salida del instituto él me esperaba
con su moto. Nos fugamos al mar allí nos ocultamos en su vieja casa.
Pero mi padre tardó poco en enterarse, junto a él la policía
fueron en mi busca. Me sacaron de la casa arrastrándome de los pelos
y al pobre de Aden lo patalearon dejándolo herido en una esquina de
la habitación. A mí me llevaron a casa y me encerraron con llave
durante varios días para que aprendiera que lo que hice estuvo mal.
Entiendo que eso eran unos tiempos muy diferentes a los de hoy, ¿pero
por qué teníamos que llegar a tanto?. Años después accedí a la
facultad y conocí a Edward Miller mi difunto marido con el que viví
grandes momentos también, él era un hombre de bien, venía de
familia con alto nivel social. Mis padres lo aceptaron y aceptaron
que nos casáramos, pero antes de que nos casáramos yo tuve un
pequeño desliz con otro hombre. Resentida aún por lo ocurrido con
Aden quise vivir más experiencias, y sin darme cuenta acabé
liándome con el novio y futuro esposo de mi mejor amiga Anéri
Helsky, Dereck Lucksim.
Él era un hombre con un nivel social
inferior al mío, su familia lo estaba pasando mal económicamente y
salía con mi amiga Anéri para hacerse con su fortuna. Tengo que
decir que él era muy mujeriego, nunca sintió amor por Anéri y
buscaba fuera lo que no encontraba adentro. Yo me sentía mal por lo
que le estaba haciendo a mi amiga, pero estaba ciega por el dolor que
mi familia creó en mí, y por el resentimiento acabé acostándome
con él varias veces.
Teníamos
planes de futuro, queríamos tener hijos y fugarnos bien lejos.
Recuerdo también como muchas noches Anéri se venía a casa llorando
por las peleas y discusiones que tenía con Dereck Lucksim. Yo la
verdad, no sabía como actuar ante tal situación, no sabía como
consolarla. Ya que cuando ella dormía yo lloraba arrepentida por
todo lo que hacía. Mi conciencia nunca me dejó tranquila. Anéri
quedó embarazada de Edward y él se vio obligado a quedarse con ella
a pesar de no amarla, yo a pesar de todo lo vivido con él, no lo
aceptaba y mis celos me llevaron a más. Ante ella simulaba una gran
amistad pero detrás de ella deseaba que el niño muriera. ¿Por qué
hacía todas éstas barbaridades? ¿No amaba lo suficiente a mi
novio? Miles de preguntas rondaban mi cabeza. El día de la boda de
Anéri hubo complicaciones. Sí, recuerdo bien lo que ocurrió. Ese
día yo estaba allí vestida de dama de honor junto con Émily. El
padre Oriol le preguntó a Dereck si aceptaba a Anéri como esposa y
tardó en pensarlo. Acto seguido me miró y Anéri se dio cuenta de
ello. Ese momento me destrozó por dentro, vi como manaban lágrimas
de dolor en el rostro de mi mejor amiga. No tardó dos segundos
cuando el ramo cayó al suelo y ella salió huyendo de la iglesia de
Equinia. Él salió tras ella corriendo, la consiguió alcanzar y la
metió en el coche corriendo y huyeron al acantilado de la novia.
Una
vez allí los vi discutiendo a voces, ella lloraba y le echaba en
cara cosas con motivo.
-¡Cómo
has podido hacerme ésto Dereck!
-¡Haz
el favor de dejar de comportarte así! Le abofeteó.
-Ahora
lo entiendo todo, todas las excusas que me pusiste. Pero lo que más
me duele es que esa que yo llamo amiga en esas noches de llantos me
consolara. Jamás podré perdonarle ésto que me hecho. ¡LA ODIO!
Al
escuchar decir que me odiaba mi alma rompió en lágrimas de dolor.
Acto seguido él empezó a apedrearla y pegarle patadas en la barriga
para que perdiera el hijo que esperaba. No podía aguantar ver todo
lo que mis ojos veían, quise impedirlo y bajé corriendo para ayudar
a mi amiga y apartar a aquel salvaje de ella. Aquel salvaje que amaba
con toda mi alma y que me respondió con una bofetada. Me la merecía
pero al menos lo separé de ella. Se acercó a mí y me agarró del
cuello lanzándome al suelo de nuevo. Volvió a por Anéri y la
rastreó de los pelos por el suelo, el vestido se le rompió y
comenzó a llenarse de sangre. La noche estaba empezando a caer y él
seguía gritándole y maltratándola. Yo ya no podía aguantar más y
subí corriendo al coche para coger la pistola que ocultaba bajo el
sillón trasero de su coche. Dereck Lucksim no tenía permiso de
armas pero para conseguir dineros, traficaba y robaba. Una vez que
encontré la pistola volví a bajar y amenacé a Dereck con matarlo
como no la dejara en paz. Dereck me miró con cara de odio y
resentimiento.
-¡Maldita
puta del demonio, juro que me las pagarás tú y tu maldita familia!
-¡Aléjate
de Anéri asesino!
-¡Dorothy,
deja esa pistola! Me gritaba dolorida Anéri.
-¡NO!,
tú eres mi amiga y mi deber es defenderte, bien sabes que te he
traicionado como amiga por haber estado con él a escondidas. Ahora
debo vengar todo lo que siento después de ésto. ¡Dereck juro que
me las pagarás tú!
Anéri
la vi como se iba lentamente rastreando hacia el acantilado, yo me
quedé con Dereck discutiendo.
-¡Cómo
puedes estar haciéndome ésto Dorothy!, ¿A caso no me amas?, ¿Qué
ha sido de nuestro amor?, ¿Qué ha sido de todas esas promesas de
amor eterno y nuestros planes de futuro?
-¿Qué
ha sido? Fácil, acaban de morir. Te he estado utilizando, soy una
mujer despechada. Yo perdí a mi amor por culpa de mi familia y no
pienso aguantar perder ahora a mi mejor amiga por un resentimiento.
-¡Tú
lo que eres es una putita fácil! ¡¿Cómo te va a querer alguien si
no te quieres ni a ti misma?!
-Ya
no me duelen tus palabras, me da igual lo que me digas. No puedo
perdonarte que hayas tratado a mi mejor amiga así.
-¿Mejor
amiga?, ¿Aún tienes la poca vergüenza de llamar mejor amiga a
Anéri? Comenzó a reírse.
-¡Sí!,
a pesar de todo lo que he hecho la sigo llamando así, aunque me
cueste una pelea. Pero he estado ciega y ya me he quitado la venda.
Nunca es tarde si la dicha es buena. Y tú pagarás todo lo que has
hecho. ¡LO JURO!
-Me
marcho la gente estará a punto de llegar y no quiero que me vea en
éstas formas.
-¡Lárgate
cobarde! Pero que sepas que tu hijo nunca sabrás quien eres.
-¡Ese
bastardo nunca será mi hijo! Gritaba mientras corría.
-¿Cómo
es posible que hables así? ¡Acaso no te das cuenta que es sangre de
tu sangre!
Se
detuvo y se giró gritándome:
-Dudo
mucho que vaya a nacer después de las patadas que le metí en su
vientre, siempre intenté que abortara provocandole accidentes, pero
siempre se salvaba. Pero claro está que después de todo ésto el
hijo de puta que está en su vientre nacerá, claro está, pero
¡MUERTO! Gritaba riendo.
¡No
es posible que hable así!, nunca imaginé que pudiera ser lo que es.
El mismísimo demonio veía a través de su mirada. Aquellos ojos
rojos estaban escondidos en su mirada. La obscuridad se había
apoderado de su alma maldita. De la ira y la rabia que me entró al
escuchar todas esas salvajadas aproveché para dispararle en
venganza. No quería matarlo pero sí dejarlo gravemente herido. Y
Así fue, cayó al suelo de rodillas y me miró con una mirada
diabólica. Salí corriendo en busca de Anéri y allí estaba en el
acantilado.
Caí
ante ella y la vi llorar de dolor.
-Tranquila
amiga estoy aquí, todo está bien.
-¡No
puedo aguantar más! Siento que viene ya. Me decía llorando y
apretándome fuerte la mano.
-Venga
Anéri, ¡tú puedes!
El
momento fue mágico aún lo recuerdo como si fuera ayer. La brisa
marina comenzó a soplar y las nubes dejaron paso a la enorme luna
llena de color azul que había en aquella hermosa noche del 02 de
Julio de 1991. Los rayos de luna alumbraron el momento y las olas del
mar rompían con más fuerza que nunca contra las rocas del
acantilado. Una bandada de palomas blancas y cisnes volaron hacia el
cielo. No estábamos solas en ese momento, un montón de gente se
escuchaba gritar contenta de alegría. Me asomé al acantilado y así
era. En el mar los delfines saltaban, las ballenas soltaban chorros
de agua y las sirenas cantaban cantos celestiales. Poseidón estaba
al tanto del nacimiento. Cuenta la leyenda que el nacido bajo el
influjo de la luna llena azul será el salvador de la luz. Y Así
fue, el momento que las dos esperábamos ocurrió. Anéri apretaba
con sus fuerzas y con lágrimas de dolor por todo lo vivido en ese
momento el pequeño nació. Anéri rompió su vestido y envolvió al
pequeño en él. Acto seguido lo miró le sonrió y lo besó. Se
levantó abrazándole y se dirigió con él al acantilado, alzó al
pequeño a la luna y ella lo iluminó. Del cielo una corona de
pétalos de rosa azul cayó ante los dos y ella en agradecimiento a
los dioses del mar y de la luna se la colocó en su pequeña cabeza.
-Dorothy,
perdóname, aquí te dejo a mi hijo. Mi pequeño Víctor.
-¿Cómo
que aquí me dejas a tu hijo? ¿A dónde vas?
-Voy
a acabar con mi vida. No tiene sentido. He sufrido bastante y creo
que lo vivido hoy me ha abierto demasiado los ojos. Por favor, cuida
de mi hijo como si fuera tuyo.
-Pero..¿Anéri?,
¡no puedes acabar con tu vida así!, ¿Qué va a ser de tu hijo?. Le
respondí llorando.
-Mi
hijo estará contigo siempre. Confío en que cuidarás de él como si
de tu propia sangre fuera.
-¡No
puedes acabar así! ¡Tu hijo te necesita!.
-Escuché
lo que dijo su padre, es un “bastardo hijo de puta”. Así es como
me ha tratado siempre. No digo que mi hijo sea un bastardo, pero hijo
de puta será.
-¿Qué
quieres decir con eso?. Por el amor que sentía por Dereck tuve que
aceptar muchas veces el acostarme con otros. Él me obligaba, y luego
me decía “buena chica”.
-¡Qué!,
¡ese hijo de..!
-Lo
siento, Dorothy, amiga.
Émily
agarró la pistola, se descalzó y dejó a Víctor en el suelo
comenzó a andar hacia el acantilado y se dio la espalda para
mirarme. La pistola se la metió en la boca y cuando estaba dispuesta
a disparar el gatillo salí corriendo hacia ella y por querer cogerla
para alejarla de ahí la empujé sin querer y la pistola disparó,
sí, pero hacia el cielo. La joven Anéri cayó al vacío
desapareciendo entre la espuma del mar. Yo caí de rodillas al suelo
y la vi perderse entre las olas del mar. Pocos segundos después una
bandada de cisnes y de palomas volaron hacia el cielo. Salieron de la
nada al igual que un enorme cisne blanco que voló hacia a mí
dejándome caer una manta de plumas para arropar al pequeño. Mis
ojos no podía parar de llorar por lo que ocurrió, quise salvarla y
la acabé matando. Maté a mi mejor amiga, no le disparé, pero sí
la empujé dejándola caer al vacío. Nunca podré perdonarme lo que
hice. Y comencé a gritar ¡Anéri NO!. Pocos minutos después del
accidente los familiares y periodistas comenzaron a llegar. Tuve que
manipular la información para que no supieran que fui yo la asesina.
Los padres de Anéri quisieron hacerse cargo del pequeño, y lo
llevaron al hospital para hacerle pruebas por lo ocurrido, para poder
comprobar que el pequeño Víctor estaba bien y no había sufrido
daños. Al poco tiempo las familias tanto de Dereck como de Anéri se
pelearon y ambas se distanciaron. Los padres de Anéris y su familia
comenzaron a distanciarse por problemas económicos. Y me dieron la
información de que todas las herencias iban al banco hasta que el
pequeño Víctor cumpliera la mayoría de edad. Yo una vez sacado del
hospital, llevé al pequeño Víctor al Orfanato Manestfield
y allí estuvo al cuidado de Émily. Yo me casé con Edward Miller y
me fui a otro país para olvidarme de todo. Intentamos tener hijos y
no podíamos. Quise ver el motivo por el cual no podía tener hijos y
acudí a un médico privado, él me dijo que era imposible debido a
mi esterilidad. Tras esas palabras mi marido, comenzó a despreciarme
y a humillarme. Diciéndome que no valía nada, que una planta seca
tenía más vida que yo.
Aquellas
palabras me hundían pero a pesar de todo yo lo amaba, porque él
estuvo ahí cuando mi familia renegó de mí. Al morir mi hermana,
Mery se vino a vivir conmigo y pensé que tal vez podría cuidarla
como si fuera mi hija y que eso tal vez salvaría nuestro matrimonio.
Pero eso no fue todo, al principio todo iba bien, hasta que un día
me echó en cara que mi sobrina viviera con nosotros. Ella nunca
haría el papel de hija, ya que no es su sangre y él era mucho
hombre para no ser padre. Que quería entregar su fortuna a un hijo
de su sangre y no a una extraña para él.
Al
principio planeamos divorciarnos pero no eran los tiempos mejores
para el divorcio la iglesia se oponía y a mí me podrían haber
hundido más de lo que ya estaba. Con el paso de los años aprendí a
superar todo y el destino volvió a juntarnos. Víctor volvió a mí
como dijo Anéri y ahora lo he perdido a él como la perdí a ella.
Nunca podré perdonarme lo que hice, Víctor no sabe toda la verdad,
y el peligro de muerte que tenía al nacer. Cuando volví a verle
tenía que haberle contado de su enfermedad, y haber dado parte
también al orfanato pero nunca pude coger el valor de decirlo. Y
ahora no podré contárselo nunca porque ha muerto. Vuelvo a estar
sola, el destino me ha ido cobrando cada daño que he hecho por mi
despecho y me resentimiento. Perdí a mi mejor amiga, a mi primer
amor, a mis padres, mi familia, mi hermana, mi vida, mi marido, al
hijo de mi mejor amiga, y encima a mi sobrina. Lo he perdido todo,
bueno.. todo no, mi primer amor ha vuelto después de varios años.
Pero él ha sido el único que ha vuelto, los demás no volverán. Y
eso me duele, la vida me puso la miel en los labios y me la arrebató.
Sé que lo merezco y por eso debo pagar por todo lo que hice. Somos
parte de un todo, y debo cumplir con mi función en ésta vida.
-¿Se
puede? Me decía desde la puerta.
-Claro,
pasa. Le respondí cabizbaja.
-¿Estabas
llorando? Me decía mientras se tumbaba en la cama.
-No,
es una pestaña que se me ha metido en el ojo. Le respondí.
-No
me mientas, sabes que no es verdad. No debes aferrarte al dolor.
Sabes que no estás sola, me tienes a mí, y tienes a Aden.
-De
qué me sirve tenerles a ustedes si he perdido a las personas más
importantes de mi vida.
-Lo
sé, yo también las he perdido, compartimos pérdidas. Pero no
debemos aferrarnos al dolor, piensa en positivo.
-¿Cómo
puedes ser tan fría?
-No
soy fría, me duele que me digas eso. Víctor no querría vernos así.
Confío en él y sé que esté donde esté, estará con nosotros en
todo momento. Acuérdate de lo ocurrido aquella noche. Un cisne
reflejó el alma de Anéri, igual puede reflejar el alma de nuestro
pequeño.
-Jamás
podré olvidar esa noche.
Emily
me abrazó y juntas nos quedamos llorando en la cama toda la noche.
Mientras el capitán bebía en la cocina llorando por no aguantar el
gran dolor que sentía en su corazón.