CAPÍTULO 20: El Jardín del Zen.

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CAPÍTULO 20: El Jardín del Zen. 

Mery salió de la bañera y se postró ante el espejo completamente desnuda, no dejaba de contemplar su hermoso cuerpo desnudo. Se giró y salió del cuarto de baño, cogió la toalla que había en lo alto de la cama y comenzó a secarse. Se puso su sujetador nuevo, era negro como el ébano y tenía un bordado muy provocativo. Acto seguido se colocó un tanga compañero igualmente con un bordado exquisito, se colocó sus medias y su liga. Se colocó su camisa blanca y se la dejó desabrochada por el pecho, el sujetador se transparentaba y le realzaba su voluminoso y hermoso pecho. Se levantó de la cama y se miró en el espejo arreglándose la camisa y ajustándose el sujetador. Se dirigió hacia el armario y sacó una falda ceñida color negro, se la puso y se abrochó la cremallera que tenía en su lateral izquierdo. Volvió a mirarse en el espejo y se colocó su cinturón de corsé color negro. Se dirigió hacia el zapatero sacó unos tacones de 15cm con plataforma color negro aterciopelado. Se fue al tocador y se oreó el cabello, se lo cepilló y volvió a ir al armario, de él sacó un abrigo color beige y cogió su bolso de Louis Vuitton color marrón en el cuál metió una jeringa con anfetamina, cerró la cremallera del bolso y volvió al tocador, comenzó a maquillarse y al terminar, cogió su foulard beige con estampado negro y su boina y sus gafas de sol. Salió del dormitorio, cerró la puerta con llave y sin despedirse de nadie salió del sótano. Cogió su mini cooper y se dirigió hacia el salón de belleza, allí le arreglaron el cabello para la ocasión y puso rumbo hacia el hospital.

Salió del mini cooper cerró y comenzó a andar hacia el hospital, al entrar se quitó las gafas de sol y preguntó en la recepción.

-Hola venía para ver a mi marido Víctor Lucksim, ¿se encuentra en la habitación?

-Buenas noches señora Lucksim, su marido se encuentra cenando en éste momento. ¿Va a pasar la noche aquí?

-Sí, ésta noche me quedaré con él. Me he traído varias cosas de sus pertenencias para poder hacerle recordar poco a poco.

-De acuerdo, pero por favor no lo satures de información.

-Descuida iré poco a poco.

Mery se volvió a poner las gafas y comenzó a andar en dirección hacia el ascensor. Una vez dentro de él, subió hacia la habitación. Al salir del ascensor vio a la chica de la cena que salía con la bandeja, había venido a recoger la cena y me había dejado durmiendo.

-Buenas noches señorita su marido acaba de quedarse dormido. Decía mientras colocaba la bandeja en la estantería portatil.

-Gracias por la información señorita. Buenas noches.

Mery entró en la habitación, yo me encontraba completamente solo en la habitación todo estaba en penumbra ella entró y cerró la puerta con pestillo, se acercó a mi cama y me contempló mientras dormía. Del bolso sacó la jeringa con anfetamina y me la inyectó en el brazo derecho. No me di cuenta del pinchonazo porque había caído en un profundo sueño, ella mientras yo dormía preparó la habitación con velas e incienso y una suave música sensual. Se quitó el abrigo y lo colocó en el perchero junto con el bolso, la boina y el foulard. Y comenzó a llamarme.

-Víctor, despierta.

Al escuchar la voz que me susurraba en el oído abrí los ojos y veía todo borroso apenas podía ver los rasgos faciales de la joven que mencionaba mi nombre. Podía ver todo obscuro e iluminado por una tenue luz de velas.

-¿Quién eres? Decía confuso.

Parecía un sueño me encontraba bastante agitado y excitado.

-Soy yo querido, tu mujer. Mery. Me decía mientras me miraba desde el lado izquierdo de la cama.

Se levantó y me ayudó a incorporarme en la cama. Sabía que yo solo no podía por mi inmovilidad en las piernas. Se sentó en la cama y comenzó a besarme .

-Mery.. ¿Qué estás haciendo aquí?

-Shh.. relájate, déjate llevar. Es un sueño y los dos lo deseamos. Me decía mientras me besaba por el cuello.

Comenzó a quitarme la bata que llevaba puesta y me dejó completamente desnudo, se bajó de la cama y me volvió a recostar dejándome sin sábanas y desnudo ante ella.

Se puso de pie y comenzó a desabrocharse lentamente el cinturón y la falda, se descalzó y se subió a la cama. Me cogió las manos y comenzó a deslizarlas por su pecho. Ella me miraba y yo le devolvía la mirada con ansias, mi cuerpo comenzaba a recibir la energía del placer. Sus manos desabrochaban lentamente su camisa mientras suspiraba y mordía sensualmente su labio. Se comenzó a quitar el tanga y el sujetador dejando al descubierto aquel hermoso cuerpo de diosa de la lujuria y la pasión. Estaba verdaderamente hermosa, y no podía evitar mirarla, me hechizaba pero algo me decía que ésto no estaba bien. Pero por otro lado algo lo deseaba. Ella con sus manos comenzó a rozarme el pecho y a besarme por el cuello deslizándose hacia el pecho y suspirando. Sus manos acariciaban mi miembro erecto, nuestros cuerpos ardían en deseo y éste desprendía el sudor que nos recorría cada centímetro de él. Me agarró el pene con las dos manos y se lo fue introduciendo lentamente en la boca mientras me miraba. Yo sentía un inmenso calor recorrer todo mi ser. Sus gemidos eran música para mis oídos, su lengua recorría cada centímetro de mi pene erecto incluyendo mis testículos que jugaba con ellos y mordía suavemente mientras los introducía en su boca. Acto seguido se subió encima de mí y se abrió de piernas, cogió mis manos y comenzó a deslizarlas por su pecho ella miraba al techo retrepada hacia atrás gimiendo de placer. Yo la agarré y me la acerqué a mí, comencé a besarle el cuello y recorrer su pecho con mi lengua pegándole pequeños mordiscos en su pecho. Mis manos acariciaban su espalda y de vez en cuando la arañaba. Sus gemidos eran cada vez más pronunciados los cuales me excitaban más y más. Mis manos iban bajando cada vez más hasta rozar su vagina, introduje mis dedos y pude sentir su calor húmedo que desprendía su interior. Ella se acercó más a mí y pude hacerle un cunnilingus, acto seguido se volvió a incorporar y se introdujo mi pene en su vagina, comenzó a subir y bajar lentamente. Se acercó a mis labios y mientras lo hacíamos nos besábamos y mordíamos los labios y el cuello. Sus manos arañaban mi pecho y las mías su espalda. Tras pasar una hora ella me pedía más y no dejaba de mencionar mi nombre, me susurraba al oído cuanto me deseaba y cuanto me amaba. De mi interior una gran fuente de placer salió disparada hacia su interior, la cuál excitó más su deseo. Continuamos en el balanceo y tras unos minutos ella se levantó y me volvió a poner la bata me acostó y volví a quedarme completamente dormido. Ella se volvió a vestir y recogió todo abrió la ventana para eliminar el olor a incienso. Apagó la música y las velas y recogió todo. Se acostó en la silla de al lado de la cama y tras pasar unas horas el sol se filtró por la ventana iluminando toda la habitación, ella abrió los ojos y abrió el pestillo y se marchó dejando la habitación tal y como estaba antes de venir.

-Buenos días Víctor. ¿Cómo has pasado la noche? Me decía la chica del desayuno.

Al escuchar las palabras me desperté un poco mareado y cansado.

-Buenos días. Me encuentro un poco mareado y con dolor de cabeza, veo un poco borroso.

-Tranquilo, te acabas de levantar es normal. Tómate el desayuno y verás como te encuentras mejor. Vuelvo dentro de un rato para llevármelo.

Se marchó y me dejó la bandeja con el desayuno al lado de la cama. No recuerdo nada de lo ocurrido tengo un gran dolor de cabeza que no puedo con él.

-Buenos días Víctor, me han dicho que anoche estuvo aquí tu mujer ¿no? Decía la doctora de Riva.

-¿Mi mujer estuvo anoche aquí? No lo recuerdo.

-Supongo que se iría al ver que estabas dormido y no quiso despertarte. Bueno voy a marcharme que tengo una operación ahora.

-Que extraño, ¿por qué no me despertó? Puede que sea eso y se marchara. Pero me escama que se haya ido sin hablarme.. No puedo soportar éste dolor. Será mejor que me tome el desayuno y me volveré a acostar.

Mientras tanto en la mansión.

-Ya está todo conseguido, ya me he acostado con mi querido Víctor. Ahora sí que ya lo tengo atado a mí por todos los lados. Ahora nadie me lo arrebatará. Será mejor que me de una buena ducha.

-Que dolor de cabeza. ¿Cuándo van a parar éstas obras? Decía Emily.

-No tengo ni idea, pero la verdad es que tienes razón no han parado en toda la noche y tengo la cabeza que me da vueltas. Respondía Dafne.

-Tranquilas las obras van avanzando rápido, y más con la velocidad que tienen éstos hombres tras la prisa que le mete mi sobrina. Decía Dorothy.

-No me explico, para qué tanta prisa. Se pensará que va a conseguir mucho con ésto.. Decía Edgar.

En ese momento un rayo de luz se filtró por la puerta que daba al jardín.

-¡Cómo pega el sol! Decía Dafne. Voy a abrir la puerta para que ilumine un poco ésto, que aquí no entra luz si no es por las lámparas que hay.

Al abrir la puerta una luz cegadora iluminó toda la habitación dejando a todos aturdidos por unos segundos.

-¿Pero qué clase de luz es ésta? Preguntaba Dorothy.

Salieron todos al jardín y tras unos segundos de luz cegadora pudieron volver a ver de nuevo. No era el jardín de siempre, el jardín se había cambiado.

-Hola chicos. Cuanto tiempo. Decía una voz de entre los árboles.

-Esa voz.. ¿Aden? ¿Eres tú?

-Bienvenidos a mi rincón. ¿Cómo habéis llegado aquí?

-No es posible.. ¿Cómo es que te podemos ver? Decía Edgar

Dorothy emocionada salió corriendo hacia Aden llorando y lo abrazó.

-Tranquila Dorothy, no me llores.

-Es que.. ha pasado mucho tiempo y nunca imaginé que ésto pudiera ocurrir. ¿Qué es éste lugar?

-Es mi jardín de la luz. Aquí es donde las almas residen en armonía y meditan y tienen su oportunidad de meditar y de hallar la luz.

El jardín eran inmenso, era todo color verde y un montón de árboles frutales alrededor de un bonito río con agua cristalina que manaba de una montaña con unas cataratas verdaderamente hermosas. Bajo la catarata había una enorme roca en la cual había gente vestida de blanco meditando. Los pájaros cantaban melodías que purificaban el aura y el alma de la persona. Un puente de madera coloreado de rojo servía de nexo entre un lado del jardín con el otro. En éste jardín todo se hacía realidad, todo lo que imaginas lo podías ver. Había un enorme cuadrado de arena y en su interior una enorme escultura de Buda. Las Ninfas y las hadas del bosque jugaban en éste jardín zen ayudando a la naturaleza a nacer pura y sana. Los ciervos comían sus frutos y corrían entre los árboles.

-Es simplemente maravilloso. ¿Pero cómo es posible que estemos aquí? Decía Dafne

-Quizá sea porque necesitabais encontrar algo en común y éste ha sido el nexo de unión de vuestra dimensión a la mía.

-Creo que ésto ha pasado ya antes, cuando la vez de la playa.

-Es cierto Dorothy, lo recuerdo. Respondía Aden. Puedo ver todo lo que ha ocurrido desde que me marché. Han cambiado mucho las cosas ahí abajo.

-Bastante, pero bueno. Tiempo al tiempo. Decía Edgar.

-Edgar ve a la arena y descálzate camina sobre la arena y libérate. Purifica todo tu ser y verás como te liberas de toda la energía negativa que tienes. Lo necesitas. Decía Aden.

-De acuerdo, eso haré.

Edgar se acercó al cuadrado de arena y se descalzó comenzó a caminar descalzo y se postró ante la estatua. La arena comenzó a provocar una sensación de calor en los pies de Edgar y ésta calor volvió a provocar una sensación de frío. El cuerpo y mente de Edgar estaba liberándose de las cargas energéticas negativas.

-Emily camina entre el bosque de bambú y déjate llevar por el aroma de las flores, el aroma terapia te limpiará todo tu aura. Decía Aden.

Así fue, Emily caminó por el bosque de bambú y un fresco aroma jugaba con su pelo, el fresco aroma de flores era penetraba por los orificios nasales recorriendo todo su interior y podíamos percibir el cambio de color de aura de Emily. Pasó de estar marrón a rosado. Se estaba liberando de toda esa carga.

-Dafne querida, cuanto tiempo. Tú mereces ir a la catarata y relajarte bajo el agua. Necesitas refrescar tu cuerpo.

-Pero Aden, no puedo mojarme. Me transformaré en sirena.

-Querida, es como cuando te bañas en la bañera, pero aquí estarás más liberada. Decía Dorothy.

-No tiene nada que ver la bañera con ésto. Ella al entrar en contacto con el agua, todo su ser mutará a su verdadero ser. No tendrá que ver la sirena que tú ves cuando te bañas a la sirena que verás con el agua de éste jardín. Decía Aden.

Dafne se acercó a la orilla del río y comenzó a desnudarse, su cuerpo envejecido blanco como la nieve brillaba con la luz que revotaba como si en vez de cuerpo nieve se tratase. Comenzó a caminar hacia el interior y conforme iba caminando hacia la roca el cuerpo rejuvenecía al compás de la música que sonaba de las ocarinas que tocaban las almas del jardín de luz. El cuerpo brillaba cada vez con más intensidad, su cabello canoso iba recuperando su color rojizo, el rubor de sus mejillas y de sus labios cada vez estaban más intenso, sus pechos se iban colocándose en su sitio y su piel volvía a ser joven de nuevo. Sus verdes ojos relucían como nunca antes habían relucido. Se sumergió por un instante en aquel agua y en la profundidad de aquellas cristalinas aguas pudo ver a los peces nadar y como un pez de entre las aguas saltó dejando caer gotículas de agua arrastradas por la brisa. Las cuales brillaban como luces celestiales y volaron por todo el jardín llenándolo de magia sin fin. Dafne se había vuelto a transformar en una hermosa sirena. Se subió en la roca y se cepilló el cabello y comenzó a cantar sus mágicas melodías.

-Que hermoso sentimiento desprende la joven Dafne. Nunca imaginé que un lugar como éste pudiera existir, es el mismísimo paraíso. Decía Dorothy emocionada.

-Te lo dije Dorothy, aquí todos hallan su ser interior. Todo se hace realidad. Todo lo que anhelas lo hallas y la paz interior la encuentras.

Dorothy y Aden comenzaron a pasear por el jardín y mientras caminaban flores nacían de entre sus pisadas.

-¿Cómo está tu sobrina? Preguntaba Aden.

-Mi sobrina, es un caso perdido ya. No tiene solución ha destruido la casa y ahora está construyendo una nueva mansión. Se ha casado con Víctor y ha formado una enorme empresa.

-¡Se ha casado con Víctor! ¡Que notición!

-Para nada, éste no recuerda nada. Tras despertar del coma ésta lo ha engañado para poder manipularlo a su antojo.

-Que ser más despreciable, que sangre fría. No imaginé que tu sobrina pudiera tener ese corazón tan obscuro.

-Ni yo misma lo puedo decir mejor. Tú mismo lo has dicho. Pero yo ya no puedo hacer nada. Haga lo que haga no tiene solución. Él está cegado por las palabras de mi sobrina. Los chicos han intentado hablar con él y no han conseguido nada.

-¿Y Uriel? ¿Cómo se encuentra?

-Mejor, poco a poco se va recuperando, la verdad es que hay mucha semejanza en él con Víctor.

-Lo supe desde el momento en que los vi. Parecen una única persona pero en cuerpos diferentes.

-Cierto es, pero no son familia. Aneri sólo tuvo un hijo.

-No he dicho nada de que sean hermanos. Sólo digo que son muy iguales.

-Cierto es, pero bueno supongo que cuando ambos se recuperen y vuelvan a la casa iremos conociéndolo mejor. Porque apenas sabemos de él, es muy misterioso como Dafne, aunque de ella poco a poco vamos descubriendo cosas cada día. Mírala como disfruta del agua.

-Ha encontrado su lugar, debería de volver de donde viene. Quizá necesita recuperar su lugar en el mundo.

-Ella dice que ha encontrado su sitio aquí y que si vuelve podría estallar una gran guerra. No es de éste tiempo. La maldición la mantiene viva y si se rompiera podría morirse.

-Todo tiene solución quizá la hallemos en éste lugar.

-¿Quiénes son aquellas personas que hay vestidas de rojo?

-Son los zodiac, están arreglando el santuario de la serpiente.

-¿De la serpiente?

-Claro, es el año de la serpiente. Estamos en 2025 el año de la serpiente.

-No me gusta para nada la serpiente. Augura males.

-Cierto es, pero aquí estamos a salvo.

A lo lejos se escuchó un grito.

-¡Tía! ¡Tía Dorothy, dónde estás!

-Es mi sobrina, debemos marcharnos. Pero no quiero perderte de nuevo, no sé como volver a verte.

-Tranquila Dorothy, siempre estoy a vuestro lado. Cierra los ojos y coloca tu mano en el pecho. En cada latido que marcas estoy yo contigo.

-Te amo Aden.

Dorothy y Aden se besaron y los demás se acercaron a ellos para despedirse, volvieron a entrar por la puerta y aparecieron en el salón comedor.

-¿Qué hacíais ahí arriba? Preguntaba Mery.

-Viendo las obras sobrina. Han avanzado muy rápido.

-Así es, y cada día irán más rápido. En pocos días estaremos viviendo en nuestra nueva mansión. Para que cuando vuelva mi marido podamos ser felices como siempre anhelamos.

-No te montes tantas novelas en tu cabeza Mery porque puede que la nube se deshaga y te caigas. Decía Dafne.

-No te me reveles puedes acabar muy mal. Respondía Mery.

-Tú te callas guapa que veremos a ver quién es la que acaba mal.

-Pero que rebelde te has vuelto Edgar. Ya te ha envenenado la arpía.

-Mery haz el favor de callarte y largarte un rato. Decía Emily.

-Será mejor que me vaya sí, tengo cosas mejor que hacer que estar con ésta gentuza. Por cierto tía id preparando regalos...

-¿Regalos? ¿Para qué?

-¿Para qué? Pues para tu sobrino.

-¿Cómo que sobrino?

-¿Qué estás diciendo Mery? Decía Dafne.

-Para mi futuro hijo. Me marcho.

Mery se marchó dejando con la palabra en la boca a todos.

-¡Está embarazada! La muy zorra está embarazada. Gritaba Edgar.

-Seguro que es alguna de sus mentiras. Cómo se va a embarazar. Decía Dafne.

-Dafne con cantes victoria ésta es capaz de cualquier cosa. Pero esperemos que sólo sea una mentira de las suyas...

-He traído un poco de agua del jardín.. ¿qué pasaría si la uno a la poción que hicimos para Uriel? Decía Dafne.

-Prueba, quizá hallemos la solución a tu maldición. Te veías hermosa. Decía Edgar.

-Gracias, comparado con las veces que me veo cuando me baño...

Se puso a mezclar los ingredientes y la poción explotó desprendiendo un aroma extraño y un tono violaceo en su humo. La dejó guardada en un bote y la guardó para que reposara unos días para probar sus efectos en unos días.

-Pronto callarán esas bocas, juro que pronto se tragarán sus palabras y no podrán echar marcha atrás. Ahora Víctor es mío y sólo mío. En cuanto las obras acaben éstos se marcharán bien lejos. Aquí sólo viviremos él yo y nuestro hijo. Decía mientras reía como una psicópata.

Mery salió a la calle para ver las obras y las obras ya han crecido bastante le quedaba muy poco para que acabaran todo. Marchó a la tienda de muebles y comenzó a mirar muebles para todas las habitaciones. Una vez comprados los dejó apartados para cuando finalizaran las obras. También apartó los de la empresa y comenzó a poner anuncios para contratar a gente para que empezaran a mandar currículos. Todo marchaba bastante rápido.

Uriel y yo cada día íbamos mejorando con el paso de los días, las clases de rehabilitación habían empezado y poco a poco íbamos empezando a andar. La operación había sido todo un éxito en ambos casos.