CAPÍTULO
23. NOCHES DE LUNA AZUL.
Querido diario, han
pasado ya cuatro semanas desde que he vuelto a casa y la verdad todo
ha ido muy rápido. Tengo aún esa espina clavada en el pecho que me
impide seguir. Durante éstos días en la ausencia de mi mujer, Edgar
me ha estado ayudando a caminar y acompañando a la rehabilitación
Estoy empezando a poder caminar, pero aún me cuesta, Uriel ha
mejorado bastante rápido. Él ya puede caminar por sí solo, le
tengo un poco de envidia, la verdad es que tengo ganas de poder
caminar como todos y correr por todos lados. Dafne en mis ratos de
descanso se sentaba frente a mí para poderme ayudar a recordar pero
no me dirigía la palabra. Cuando estaba a mi lado sentía la
sensación de que quería decirme algo pero no podía ver el qué. Se
ha vuelto muy misteriosa últimamente, lleva días encerrada en el
ático y del ático al invernadero y del invernadero al dormitorio.
Apenas come, sólo se limita a salir para picar algo y para sentarse
frente a mí a que la mire a los ojos. ¿Qué querrá conseguir con
eso? Edgar por su lado se comporta también diferente, mientras me
ayuda a caminar siento como si sus manos transmitieran la necesidad
de hacer algo con las mías al entrelazarse. Yo lo miraba a los ojos
y él me evitaba la mirada. En la casa todo anda raro y nadie dice
nada. Como sigan así, yo me volveré loco. Uriel es el único que se
empeña en tener contacto conmigo, quiere pasar la mayoría del
tiempo conmigo aunque él se ve que oculta algo también. Le he oído
varias veces llorar en la terraza y cuando cesaba me parecía
escuchar una armónica. Tocaba una melodía que la verdad me era muy
familiar. Mi mujer cada día que pasaba estaba más y más
insoportable, supongo que será por los dolores que le provocan las
gemelas. Está más pálida que nunca y se ve consumida, como si
fuera una planta apunto de morir. En las ecografías que le han hecho
no han podido ver nada, es como si las gemelas no quisieran que las
viésemos, me resulta todo muy extraño pero a la vez misterioso.
Nadie quiere dar la cara, ¿Qué están ocultando tras esa máscara?
Ésto de estar tanto tiempo solo, hace que le de muchas vueltas a la
cabeza. En mis sueños últimamente he tenido la sensación de haber
vivido esas escenas antes. Pero los veía borrosos no me dejaban ver
más allá de esa niebla. Sólo podía escuchar la voz fémina y el
calor de una persona querida intentando calmar una ansiedad. He
encontrado ésta piedra entre mis cosas. No sé qué significa, pero
la verdad es que me parece lo más interesante.
-Víctor.. ¿Qué haces?
Decía una voz detrás de mí.
Me giré y la vi, era
ella la dueña de aquella dulce voz.
-Dime Dafne. Ya extrañaba
oír tu voz después de éstas semanas. Le dije.
-He venido a verte y
enseñarte una cosa. Sólo espero que haga efecto. Tuve que volver a
empezar de nuevo, porque había desaparecido el frasco.
Me enseñaba un frasco de
cristal con un líquido magenta brillante en su interior. ¿Qué
querrá hacer con éste frasco?
-¿De qué se trata? Le
dije.
-Víctor sólo voy a
tener una oportunidad, me encuentro débil y cada día siento que se
me acaba el tiempo. Necesito que me mires fijamente y veas lo que voy
a hacer. Quiero demostrarte que mis palabras son sinceras, ¿ves la
luna? Pues vamos a salir a que haga su trabajo.
No entiendo nada de lo
que dice. ¿Qué tendrá que hacer bajo la luna?
-Vale.. pero no entiendo
nada.. ha de ser importante supongo..
-Lo es, y necesito que
confíes en mí. Llevo días trabajando en ésto y lo he esperado
todo éste tiempo desde que ocurrió lo que nunca tuvo que ocurrir.
-Desde que ocurrió ¿el
qué? ¿qué no tuvo que ocurrir? Le dije.
-Tu accidente, mi
“muerte” tu casi muerte. Víctor es hora de que sepas toda la
verdad.
¿Mi muerte? No entiendo
nada de lo que dice. Se la ve muy preocupada y con las lágrimas casi
apunto de salir de sus hermosos ojos verdes. Se colocó tras de mí y
me llevó hacia el patio. Una vez allí llamó a los demás y ellos
se colocaron tras de mí. Ella se desnudó y yo todo cortado le dije:
-Haz el favor de vestirte. ¿Qué estás haciendo?
-Víctor, por favor
déjala. Ella sabe lo que hace.. Decía Dorothy.
-A ésta mujer le gusta
desnudarse por lo que veo.. Dijo Edgar.
-Edgar por favor.. Decía
Emily.
-Sea lo que vayas a
hacer, hazlo rápido.
Dafne comenzó a entrar
en el pequeño lago donde se encontraban los cisnes. La luna comenzó
a verse e iluminó a Dafne. Su cuerpo comenzaba a cambiar de forma y
a brillar, los rayos de luna desprendían un brillo muy intenso y
grandes rayos de luz cegaban los ojos al mirarla. Dafne se transformó
en una sirena, pero no era hermosa, si no una criatura monstruosa.
Aterrado por lo que vi, comencé a gritar y a querer marcharme. No
podía creer lo que mis ojos veían. Su cuerpo pálido ahora estaba
más pálido aún, sus pechos estaban rejuvenecidos pero su tamaño
había reducido. Sus vientre marcaba la silueta de sus huesos, sus
brazos esqueléticos reflejaban el más puro desgaste, sus piernas se
habían transformado en una enorme y larga cola con tono apagado. Sus
manos eran alargadas y finas con largas y afiladas uñas. Sus ojos
habían cambiado a negros y sus labios ahora eran finos; de los
cuales salían unos dientes afilados, sus pelos cambiaron su forma y
color. Sus ojos no dejaban de mirarme, su rostro desprendía una
rabia inmensa. Yo tenía miedo, quería salir corriendo de aquel
lugar, me empezaba a encontrar mal. Uriel me cogió de la mano y me
dijo: Tranquilo, estoy contigo. Lo miré y me calmé. Siempre sabe
sacar las palabras correctas conmigo. Dafne Abrió el frasco de
cristal y comenzó a beber. El viento comenzaba a mover las ramas de
los árboles de un lado a otro. Tras finalizar de beber el frasco,
éste cayó al agua y ella se hundió. Al hundirse sentí un impulso
de levantarme de la silla de ruedas y correr. Así fue, me levanté
pero la fuerza aún no era suficiente para caminar y caí de
rodillas. Me sentía impotente, el no poder caminar me hacía sentir
inferior a los demás y mis ojos no dejaban de llorar y gritar su
nombre. Se me vino a la cabeza una escena como un deja vu, juraría
haberla vivido antes. Sentí como caía desde un precipicio y me
sumergía entre las olas del mar. Todos corrieron a mí a ayudarme a
levantarme e incorporarme en la silla y en el lago una luz comenzó a
salir desde el interior. El agua comenzó a elevarse en el aire y
tonos rosados y dorados destallaban desde las aguas. Los cisnes se
acercaban a la luz y la rodeaban alzaban su cabeza y abrían las
alas; de entre las aguas se podía ver como emergía un luz más
brillante que la anterior y entre ella una silueta femenina se podía
ver a través de la luz.
El cuerpo era alto y
escultural, su tez era blanca como la nieve, sus labios eran carnosos
y rojos como la sangre, su largo cabello rojizo tapaba su enorme y
redondeado pecho. Podía ver como por segundos aumentaba su tamaño y
forma, su cintura se iba ensanchando y sus costillas iban dejando de
ser marcadas. Sus brazos aumentaban su grosor y sus finas manos
comenzaban a verse en mejor estado, sus piernas dejaron de ser una
larga cola y pasaron a ser unas largas, finas y hermosas piernas. Sus
ojos habían cambiado de color ahora eran verde y brillaban muy
intensamente salió del lago y comenzó a caminar hacia a mí. Sus
ojos no dejaban de mirarme, yo no sabía para donde mirar. ¿Qué
había ocurrido? ¿Quién es ésta joven? Es hermosa, cierto es. Pero
¿Qué ha pasado con Dafne? ¿Dónde ha marchado? Y.. ¿Dónde está
aquella criatura?
-Hola Víctor, ésta es
mi verdadera forma.
-¿Quién eres tú?
-Soy Dafne.
¿Dafne? Tenía miedo, no
era capaz de asociar una persona con otra. ¿Cómo ha sido posible
que rejuvenezca tan aceleradamente?
-La magia ha hecho su
efecto. Dijo Dafne mientras me cogía mi cara para mirarme fijamente
a los ojos.
-¡Deja a mi marido en
paz! Gritaba Mery desde la puerta.
Edgar se giró y sintió
un pinchazo en el corazón, éste cayó al suelo y la luna lo
iluminó. Su cuerpo comenzó a arder, un humo azul comenzó a emerger
del cuerpo, él se retorcía de dolor. Todos asustados acudieron a
él, la fiebre comenzó a subirle y su cuerpo temblaba. Mery al
asustarse comenzó a tener contracciones todos asustados no sabíamos
qué hacer. Ni como actuar, Dafne se colocó la ropa que se desquitó
y Edgar comenzó a romperse la ropa. Su cuerpo parecía cambiar de
forma la columna sus brazos, sus piernas. Su cuerpo parecía romper
sus huesos, sentía el dolor en mi propio cuerpo. Me siento inútil
no puedo moverme y ayudarlo, sólo soy una carga más y un dolor más
para todos. Quiero desaparecer, mi mujer está sufriendo dolores de
parto, mi amigo tirado en el suelio sufriendo éstos dolores y una
mujer acaba de aparecer del lago. Son muchas cosas para un rato. El
cuerpo de Edgar comenzó a llenarse de pelos y su cara comenzó a
alargarse, sus manos y pies comenzaron a transformarse en zarpas. Una
enorme y larga cola le creció tras acabar su columna, de su boca
salían enormes colmillos y un aullido nacía desde el interior de
sus cuerdas vocales. Estoy asustado, ¿Qué le pasó a Edgar? ¿Por
qué se ha transformado en un lobo? ¿Qué está ocurriendo? Edgar se
acercó a Mery y le pegó un zarpazo en la barriga dejándola inconsciente y desangrada en el suelo. Yo gritaba desesperado.
-¡Parad ya! ¡No os dais
cuenta de lo que estáis haciendo! ¡ Dejadme en paz! Gritaba
mientras lloraba. La ansiedad pudo conmigo y huí de allí moviendo
las ruedas de mi silla.
Tras el zarpazo Edgar
intentó atacar a los demás pero las nubes cubrieron la luna azul y
éste volvió a su estado normal. Quedó completamente desnudo y
debilitado en el suelo. Dafne corrió en mi busca junto con Uriel y
éste la detuvo en el camino cogiéndola de la mano.
-¡NO!, para déjale
marchar, no es el momento. No debes presionarlo.
Edgar quedó solo,
Dorothy y Emily acudieron corriendo a ver a mi mujer, se encontraba
muy debilitada por el ataque de Edgar. Se escuchan llorar a unas
criaturas indefensas en el interior del vientre de mi mujer. Emily
las ayudó a salir, eran unas gemelas verdaderamente hermosas. Y
nacieron en un momento bastante violento. Las garras de Edgar habían
atravesado todo el vientre penetrando fino cual cuchillo atraviesa la
piel, haciendo saltar la sangre en el golpe seco. Mi mujer estaba
teniendo complicaciones respiratorias, había perdido mucha sangre.
Dorothy corrió a llamar a la ambulancia y ésta vino de camino.
Mientras llegaba la ambulancia incorporaron a mi mujer en una silla y
limpiaron a mis hijas. Eran hermosas, su piel era pálida como la
nieve, sus ojos azules como el cielo, sus labios carnosos y su
cabello rubio como el sol de las mañanas. Ambas tenían en sus
brazos una marca de un pentagrama. Era una marca de nacimiento de lo
más extraña. La ambulancia llegó y las tres fueron llevadas al
hospital. A mis hijas las llevaron para comprobar que estaban bien y
sanas y a mi mujer al quirófano para operar la grave herida que
Edgar ocasionó.
Estuvieron las tres toda
la noche en observación, mi mujer estuvo a punto de morir por la
cantidad de sangre que perdió la herida se le infectó y la fiebre
comenzó a subirle. Mis hijas por el contrario se estaban alimentando
de la obscuridad y los doctores le estuvieron haciendo análisis de
sangre para comprobar que todo iba bien. En los análisis salió que
su grupo sanguíneo era diferente a todos los conocidos. Y que sus
hormonas se encontraban aceleradas. Los utensilios quirúrgicos se
doblaban con los llantos de mis pequeñas y los doctores asustados
las encerraron en una habitación solas. Mas solas no estaban una
sombra las veló durante toda la noche.
Mientras tanto en mi
mansión yo me encontraba llorando en mi habitación Dafne insistía
en querer hablar conmigo y golpeaba la puerta. Yo la ignoraba y ella
insistía más y más, Uriel le gritó para que dejara de golpear la
puerta y ésta marchó a su habitación a llorar por lo ocurrido. A
Edgar lo llevaron a su habitación y durmió toda la noche. A la
mañana siguiente bajé a desayunar y me lo encontré en el camino
hacia la cocina pero le volví la cara.
-Víctor.
-Déjame en paz, y no
vuelvas a dirigirme la palabra. ¡Monstruo!
-Pero Víctor..
-He dicho que te largues,
y que me dejes en paz. ¡Me entendiste!
Acto seguido bajó las
escaleras cabreado y pegó un portazo. Yo salí del ascensor y me
dirigí hacia la cocina comencé a desayunar mi vaso de zumo de
naranja y mis tostadas de tomate, en ese momento entró Uriel y Dafne
por puertas diferentes y sin dirigirse la mirada ni el habla. Yo les
giré la cabeza y les ignoré.
-Víctor tengo que hablar
contigo.
-Déjame en paz. ¡Bruja!
-Pero.. Víctor, tengo
que hablar contigo.
-Ha dicho que lo dejes en
paz.
-Quiero que me dejéis en
paz todos. ¡Monstruos! ¡Desapareced de mi vista para siempre!
Me cogí mi desayuno y me
lo coloqué en las piernas y comencé a darle vueltas a las ruedas de
mi silla y salí de la cocina.
Dejé mi desayuno en una
mesita que había en la entrada de la mansión y salí afuera.
Comencé a pasear por la acera y veía que todos me miraban. Sentía
como sus miradas iban dirigidas a mí y a mi silla. Sentían pena y
lástima por verme indefenso e inútil con éste aparato. Comencé a
humillarme y despreciarme, me odiaba por estar en éste estado.
Estaba cansado de dar pena y ser una carga para la gente, no podía
soportar las miradas de los demás sobre mí. Continué mi camino y
llegué al parque del lago de Cristal y me coloqué cerca de la
orilla junto a los rosales. Y sentí la sensación de que alguien
había entre los rosales. Una bandada de palomas alzó el vuelo de
entre los árboles hacia el celeste azul del cielo. Y un par de
palomas blancas comenzaron a sobrevolar mi cabeza, los rayos del sol
se filtraban entre las ramas de los árboles y se reflejaban en las
aguas cristalinas del lago y chocaban con mis ojos. Sentí como si
unas gélidas manos rozaran mi rostro y comenzaran a limpiar mis
húmedas mejillas que las lágrimas derramadas dejaron caer de mis
ojos. La brisa se levantó y me arropaba acompañada por el canto de
los pájaros.
Mientras tanto en la
mansión Uriel y Dafne discutían y Edgar entró enfurecido con una
pistola.
-No te das cuenta que
estás haciendo daño a Víctor.
-Sólo quiero hablar con
él y explicarle lo ocurrido anoche.
-¿No tuviste bastante
con agobiarle anoche? ¿No te das cuenta que no quiere nada de ti?
Parece mentira que no aceptes la realidad. Mery te ha ganado, ha
sabido bien jugar sus cartas. Y tú por usar la magia en beneficio
personal has perdido tu grandiosa oportunidad.
-Maldito seas, deja de
recordarme que ese demonio ha conseguido lo que quería y ha sabido
usar las cartas a su favor pero no ha acabado del todo. Porque en
cuanto Víctor recupere la memoria la mandar bien lejos de aquí.
-Bien lejos es os donde
os voy a mandar yo ahora ¡malditos monstruos! Gritaba Edgar desde la
puerta con una pistola en mano y disparándoles.
-Edgar, por favor baja el
arma. Decía Dafne asustada.
-Edgar no lo hagas, te
podrás arrepentir. Decía Uriel.
-¿Me voy a arrepentir?
En la vida, por vuestra culpa ahora Víctor me odia, por culpa de la
magia, la maldita magia está como está. Bruja del demonio por tu
culpa estuvo a punto de morir, por tu culpa está en la silla de
ruedas, por tu culpa no recuerda nada. Digo de estar yo en aquel
momento y yo te hubiera matado con mis propias manos. Seguro que tú
tuviste algo que ver con lo que me ocurrió anoche.
-No me culpes de algo que
no tuve nada que ver, lo que pasó anoche fue por la luna azul, pero
no entiendo por qué te afectó a ti de esas formas. Era la noche de
brujas la noche del 24 de Junio.
-No me des explicaciones,
no las necesito, a las pruebas me remito. Por tu culpa ahora Víctor
me odia. Soy un monstruo para él pero no conoce la verdad, los
monstruos sois vosotros desde que habéis aparecido en su vida, me
habéis arruinado la vida a mí y a toda la familia. Por vuestra
culpa ya nada es como era. Mery se ha salido con la suya y ha abusado
de Víctor y ha dado a luz a dos endemoniadas que las hace llamar hijas.
Voy a acabar con todo ésto ahora mismo. ¡Maldita mil veces maldita
seas! Estoy cansado de tanta maldad.
Edgar apuntó a Uriel y
disparó, éste falló y rozó el brazo de Uriel, éste cayó al
suelo y Edgar también, al caer volvió a disparar y ésta vez no
falló, el disparo paró en la barriga de Dafne y ésta cayó al
suelo desangrada. Emily había golpeado por detrás a Edgar, había
venido a recoger muda para Mery y algo de ropa para las gemelas. Le
quitó la pistola a Edgar y éste corrió hacia su habitación
corriendo llorando. Emily los metió en el coche y los llevó
corriendo hacia el hospital. Yo aún seguía en el lago
despreciándome y odiando todo lo ocurrido.
-Odio la magia, odio esa
brujería negra con la que juegan sólo me han usado, me han
destrozado la vida, han acabado con mi vida y con mi mujer. Me tienen
engañado y me han utilizado como su muñeco.
Me toqué el hombro y me
noté sangre, me asusté al verme la mano manchada en sangre no sabía
lo que había ocurrido, sólo que sangraba pero no tenía ninguna
herida. No dejaba de llorar y de despreciarme. Todo había acabado
para mí, ¿ésta era la nueva vida que iba a tener? Toda mi cabeza
me daba vueltas, la visión se me nublaba por las lágrimas que mis
ojos entristecidos derramaban. Nada de ésto tiene sentido. Volví a
casa y me la encontré vacía, subí por el ascensor y sentí a
alguien llorar. Me pareció que era Edgar pero lo ignoré y me
encerré en mi habitación, no quería saber nada de nadie. Me quité
la camisa y fui al lavabo a limpiarme la sangre. Ésta vez sí tenía
una herida, era una quemadura.
-¿Qué me habrá
quemado?
Pensé que me habían
hecho magia negra o algo, porque no había sido nada normal que me
apareciera aquella extraña herida así sin más. Me escocía y me
ardía pero intentaba aguantar el dolor, mas era insoportable, sentía
como si me estuvieran despellejando la carne.
En el hospital los
doctores le extirparon la bala a Dafne y le curaron la herida, había
perdido mucha sangre y la pusieron en reposo. A Uriel le estaban
curando la herida sólo había sido una pequeña quemadura, la bala
le había rozado y levantado la piel.
Me acosté sin comer y
esperé mi muerte en la cama.
La noche llegó y aún no
habían vuelto a casa, abrí la puerta de mi habitación y me
encontré a Edgar frente a mi puerta, retrocedí para atrás y cerré
de golpe; eché el pestillo y éste comenzó a golpear la puerta
llorando.
-¡Víctor maldita sea
abre la maldita puerta!
-¡Lárgate, no quiero
saber nada de ti! Le gritaba.
-No pienso marcharme
hasta que me escuches. Insistía golpeando y pataleando la puerta.
-Que te marches, si no
quieres que llame a la policía.
-Llama a quien te de la
gana, pero no pienso marcharme hasta que me escuches. Nada de lo que
pasó anoche tuve yo que ver.
-Tus palabras no tienen
sentido para mí, no merece la pena que te disculpes. Mis ojos fueron
claros con lo que vieron. Quisiste matar a mi mujer maldito seas
¡monstruo!
-No fue mi intención, no
sé qué me ocurrió. Por favor Víctor, déjame explicarte. Déjame
verte al menos. ¡Víctor joder!
-¡Lárgate he dicho!
El silencio conquistó el
pasillo y aproveché para abrir la puerta, no había nadie. Miré
hacia un lado y hacia el otro y no vi a nadie. Se marchó, me hizo
caso y se largó. Moví mi silla hacia el ascensor y mientras me
dirigía hacia él algo por detrás me detuvo. Asustado giré mi
cabeza y era él. Giró la silla me miró fijamente a los ojos y me
besó.
Tras ese momento, el
tiempo se detuvo y todo comenzó a darme vueltas. Comencé a ver
muchas escenas juntas dando vueltas como en una noria. Todo volvía a
venir a mi mente, una joven bajando unas escaleras en una noche de
fiesta. Unas maravillosas vistas en un barco, una trágica escena en
un acantilado. Abrí los ojos y me separé de él, lo miré a los
ojos y le dije: -Edgar, no vuelvas a hacerlo.
¿Qué habían sido todas
esas imágenes que vi? Nada tiene sentido, me voy a volver loco con
tanto misterio. Nada me dice la verdad y nada termina de contar. ¿Por
qué no puedo recordar? ¡Por qué! Gritaba de impotencia mientras
lloraba.
Joder cuanta tragedia, imaginaba que pronto iba a pasar algo así pero me ha sorprendido las formas en la que ha ocurrido todo... Me ha dado mucha pena de Víctor sinceramente, el pobre no recuerda nada, debe ser para volverse loco, encima no se puede mover como quisiera. No me puedo imaginar como se sintió Víctor al ver a Dafne convirtiendose en semejante criatura, es que si llega a tener piernas sale corriendo a la velocidad de la luz, que susto.. se supone que hizo eso para no seguir engañandole no? pero no se, en el estado que él se encuentra yo no lo hubiese hecho, ahora la ve como un monstruo al igual que a Edgar que eso si que me ha sorprendido =S convirtiendose en lobo? desde cuando se convierte en lobo?, vale que era la luna azul, pero se supone que solo las brujas o brujos pueden transformarse en lobos en noches de luna azul, y se nota que odia a Mery, se fue directamente hacia a ella para atacarla, un error por su parte pero claro, en ese momento no era él, no podia controlarlo imagino. Entonces Dafne se ha curado definitivamente? eso no me ha quedado muy claro.. y las niñas, mas que niñas parecen extrañas criaturas, y esa marca del pentagrama me escama, está claro que no son muy normales, por que eso de que doblen el material quirurgico con el llanto... y que tengan un tipo de sangre diferente, si se alimentan de las sombras muy buenas no son, o fueron engendradas por el mal (que se encuentre dentro de Mery) o algo asi, no me gusta mucho eso. Me he sentido mal al ver como se sentia Víctor, tan humillado y despreciado.. y tan solo, es demasiado lo que está pasando a su alrededor y el no recuerda nada, con lo cual debe ser horrible lo que está sintiendo, bueno... y la reacción de Edgar en la mansión, puf creo que se le ha ido de las manos, aunque lo entiendo, el siente que todos tienen intereses hacia su amado, ha visto como algunos le quieren hacer daño y todo lo que pasa, todo el odio y resentimiento creo que le ha hecho cometer eso, le duele ver como Víctor le huye y no quiere saber nada de él, lo odia por lo que le hizo a su "mujer" desde luego por que no sabe quién es, si lo supiera todo sería distinto... Víctor sufrió la herida de la bala que sufrió Uriel, ellos dos son como una misma persona, lo que le pasa a uno le pasa al otro, lo que me gustaria saber es de donde nace esa conexción y que puede significar, y espero que pronto. A dafne le ha caído el mismo castigo que a Edgar, por transofrmarse en ese ser, sabiendo que Víctor no iba a reaccionar muy bien con su perdida de memoria, pero ella pensaba en que le queda poco tiempo y sentia la necesidad de hacerlo por si se le hacia tarde, pero ahora pues tambien la ve como a un monstruo, en realidad lo es por esa maldición que lleva encima o llevaba, ya me dirás. Yo en este momento a Víctor lo veo muy indefenso, y los demás deberian de calmarse un poco y pensar más en él, no dejarse llevar por los sentimientos ya sean buenos o malos, darle tiempo a él y ser muy pacientes, cuanto mas lo presionen mas lo empujan a la posesa loca de Mery. Por lo visto los besos de Edgar le hacen recordar vivencias, eso puede ser muy bueno aunque por otro lado lo confunden mas, pero si de esa forma puede ir encajando poco a poco las piezas del puzzle, espero que Edgar le de muchos besos más.
ResponderEliminarLa verdad es que sí, el pobre está sufriendo bastante todo i encima están ocurriendo cosas mui seguidas i mui rápidas i no le da tiempo a relacionarlas. I sí, lo hizo para poder mostrarle la realidad. Respecto a Edgar, recuerda que en Oz aprendió a usar la magia i uno de los hechizos era el de transformarse en lobo... i la magia iba relacionada con sus emociones la luna sólo fue un empujoncito. I sí, Dafne ia se ha curado definitivamente, pero debe mantenerse atenta para no recaer. Porque más adelante volverá a caer... Entre Víctor i Uriel hai algo más que una amistad.. que pronto se descubrirá. Pero por ahora se oculta en las sombras..
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