CAPÍTULO
14: CONOCIDOS Y DESCONOCIDOS A LA VEZ.
La llamada había sido
cortada y nos preocupamos al recordar lo que ocurrió en aquella
noche en la que nos advirtieron del incendio en el hospital donde se
encontraba Edgar.
No quisimos dar vueltas
al problema, sabíamos que nada había podido ocurrir, puede que
haya sido una equivocación..
-¿Bueno.. y tú quién
eres señora..? Decía Mery a Dafne.
-Mery.. yo soy Dafne.
-¿Dafne?, imposible, no
recuerdo tal apariencia tuya. Tú eras diferente, eras más puta.
-Mery por favor,
compórtate. Decía Dorothy.
-No puedo tía, ella
arruinó mi momento con Víctor en mi fiesta de cumpleaños, por
culpa de su aparición yo tuve que vivir todo aquello que viví en
aquel horrible lugar. Del cual ahora tengo lagunas, no recuerdo todo.
-Mery, perdóname, no era
mi intención. Decía Dafne cabizbaja.
-Eso Mery, no lo vayas a
tomar ahora con la pobre Dafne.. ella no es tan mala.. además ¿no
la ves? Está consumida, Víctor jamás la verá como mujer.
-Edgar, hablas con odio
cuando la miras. Decía Mery.
-Hablo con el ánimo que
tengo. Nada más que hablar.
-Perdonadme cada uno de
ustedes, tengo muchas cosas que contar y espero que me escuchéis, no
pido que me deis el perdón ahora, sólo que me brindéis la
oportunidad de contaros la verdad.
-Adelante, zorra,
¡suéltalo todo!. Decía Mery.
-¡Por favor Mery!,
compórtate. Respondía Emily.
-Me llamo Dafne y soy una
princesa...
-¡Por favor!, ¿Tú
princesa?, ¡já! Y yo soy la diva de éste planeta. Decía Mery.
-Por favor sobrina, haz
el favor de dejarla hablar. Decía Dorothy.
-Gracias Dorothy, bueno..
continuo.. vengo de Atledia, y bueno... ahora tengo ésta forma, por
culpa de mi maldición, maté a mi padre, por odio, por rencor, él
abusó de mí hace años obligándome a ser la reina de mi reino. Y
yo decidí matarlo con magia, vengo de otro tiempo. De otro mundo, y
tras la muerte de mi padre, mi reino quedó maldito, si me mojo seré
una sirena. Por eso cuando me tiré por el acantilado sobreviví.
Joven y hermosa en la tierra serás, más maldita en agua estarás.
En la tierra una apariencia y en el agua otra, sólo el amor
verdadero que te mire a los ojos podrá curarte. Esas palabras fueron
las que me dijo la anciana hechicera del bosque de mi reinado. Y si
ahora estoy así de anciana es por la maldición, “si te alejas de
tu corazón en una anciana te convertirás y lentamente te
consumirás”. Mi única salvación es encontrar a mi albo caballo
alado. El cual estaba en el jardín y ahora no está. Sin él me
puedo morir, y cada día que pasa siento que me estoy consumiendo, me
estoy muriendo. Por eso me metí prisa para volver, entiendo que lo
hice mal, porque por mi culpa Balthor fue víctima. No fue mi
intención, he estado arrepintiéndome durante años, al igual que la
muerte de Víctor. Nunca me la perdonaré.
-¡QUÉÉÉÉÉ!, ¿Qué
Víctor ha muerto?, Decía Mery mientras se lanzaba hacia Dafne.
Hasta que Emily la detuvo junto con Dorothy.
-Mery, yo nunca quise
quitarte el amor de Víctor, él te quería sólo como una amiga, él
estaba enamorado de Edgar, o al menos eso parecía. Pero lentamente
se fue enamorando de mí. El pobre ha estado confundido todo éste
tiempo y ahora ha muerto sin conocer el verdadero amor.
-Muy bonita la historia
que nos cuentas, pero eso no quita que Víctor haya muerto y que haya
sido por tu culpa. Debías de haberlo dicho antes, y así evitar el
daño que has hecho. Decía Mery mientras estaba en un mar de
lágrimas llenas de ira y dolor.
-Entonces las damas de la
noche..¿Son seres de tu reino? Respondía Dorothy.
-Lo son. Ellas están
malditas por la maldición, pero ellas no pueden ser humanas en el
exterior, sólo yo. Los soldados de mi reino me perseguían para
matarme, mi madre, la reina Selene ordenó que me buscaran para
matarme por el acto que cometí. Respondió Dafne.
-Es una historia muy
triste, Dafne, entiendo el dolor que sientes en tu interior. Mas yo
sé lo que es que te hagan ese daño. Respondía Emily.
-Gracias por escucharme
chicos, mil gracias por aceptarme. Y ahora me gustaría poder
descansar. Subiré a mi habitación para dormir un poco. Decía Dafne
mientras se levantaba y se dirigía hacia las escaleras.
-¿La creéis? Decía
Mery.
-Yo sí la creo, pero aún
me cuesta hablarle. Respondía Emily.
-Debemos darle una
segunda oportunidad, yo sé que nunca la he tratado bien y tal vez
debería darle ésta oportunidad. Se ve que ha cambiado. Debemos
recuperar al caballo. Pero si no me equivoco el caballo fue llevado
al país de las maravillas. Decía Dorothy.
-Es cierto, se lo llevó
la reina Roja. Y yo no sé si perdonarla, hay algo en ella que no me
termina de convencer.. decía Edgar.
-Es horrible el pensar
que vas a morir y que no puedes hacer nada... debemos encontrar la
manera de traerlo. Decía Emily.
Dafne mientras tanto en
la habitación de Víctor encontró su libro de hechizos que se
encontraba en una caja dentro del armario. Acto seguido lo cogió y
lo llevó al escritorio lo abrió llorando y la puerta sonó. “Toc,
Toc”. Dafne asustada, guardó el libro y respondió.
-¿Quién es?.
-¿Se puede?, Soy Emily.
-Claro, pasa. Decía
alterada.
-Estás muy nerviosa,
¿quieres que te suba algún té o algo?
-No, gracias por tu
atención.
-No hay de qué. Vine
porque estaba preocupada por ti, la verdad es que me ha sorprendido
bastante tu historia. Jamás pensé que hubieras pasado por eso. Y
bueno la verdad.. no es que me interese mucho ser tu amiga ahora pero
tampoco quiero que te sientas alejada del grupo. En la casa hay ya
bastante mal royo como para alejarse también y crear más conflictos
por ello. Porque sólo hay que ver la reacción de Mery.. nunca pensé
que Mery fuera así... Edgar parece ser que lo va asimilando.. pero
Mery veo que va a ser complicado..
-Tranquila Emily, no te
preocupes por mí, yo ya soy mayor y sé que ésto no me va a llevar
a ningún sitio. Decía mientras tosía. Además, me queda poco
tiempo de vida, lo noto, me veo cada día más débil ante todo.
Decía mientras se levantaba y bajaba la persiana mirando a la luna.
-No hables así muchacha,
eres joven y aún te queda mucho por ver, estás maldita, pero seguro
que habrá solución para ello.
-No es tan fácil como
crees. MI vida puede cambiar mucho, puede que cuando tenga a mi
amuleto aquí vuelva a ser joven y hermosa como era antes.. pero.. si
desaparece la maldición volveré a envejecer rápido por el simple
hecho que han pasado varios años y yo pertenezco a otra época.
-¿Y no hay algún
hechizo para arreglar todo ésto?
-Veo que estás muy
puesta en el tema de la magia ¿No?.
-Un poco.. en mi viaje a
Wonderland he aprendido varias cosas sobre el tema y me ha hecho
abrir mi mente a nuevas cosas desconocidas para mí. ¿Por qué tener
miedo a algo que no conoces?. No tiene sentido, más miedo habría
que tenerle a lo conocido que bueno por conocer...¿No crees?
-Tienes razón Emily,
entonces creo que puedo enseñarte algo y no ocultártelo.
-¿Qué es?.
-Es mi libro de hechizos,
que yo misma me he ido elaborando junto con algunas cosas que aprendí
de la anciana hechicera. En él guardo mis más valiosos hechizos de
antaño.
-¡Oh Dafne! Es enorme,
nunca pensé que pudiera existir un libro así. ¿Puedo verlo? Decía
emocionada.
-Claro, confío en ti.
Respondía Dafne segura de sus actos.
Mientras tanto en la
planta de abajo Dorothy hacía de mediadora entre Edgar y Mery.
-Edgar, vamos a dejarnos
de falsedades. Nunca me has caído bien. Y sé muy bien que yo nunca
te he caído bien. Decía Mery llena de ira.
-Mery, deja de decir esas
gilipolleces, yo no tengo la culpa de que Víctor nunca haya deseado
ser tuyo. Él ha tenido más afinidad conmigo porque yo he sabido
darle lo que él necesitaba. Tú sólo le has agobiado y le has
llenado de sentimientos negativos.
-¡Basta ya! Callaros ya
por favor. Dejad de discutir de esas maneras.
-Tía es que no me parece
bien que él tuviera que enfermar de esa manera para llamar la
atención de mi querido Víctor.
-¿Perdona?, ¿qué yo
enfermé para llamar la atención de Víctor?, ¿No sería al revés?
Yo enfermé por motivos que no puedo darte porque ni yo mismo podría
saber qué es lo que tuve, ya que no me dijeron nada los doctores. Me
he escapado del hospital sin respuestas. ¿Y tú qué? Desaparecer en
plena fiesta de cumpleaños y hacer que Víctor se moviera por cielo,
tierra y mar dejando su vida en ella. Me parece un acto muy malo por
tu parte, intentar culparme a mí. Cuando por tu culpa él ahora no
está entre nosotros. Pero yo aún mantengo la esperanza de que él
no ha muerto aunque tenga una fe ciega.
-¡Me culpas de su
muerte!, es verdad. Decía mientras rompía nuevamente a llorar. Si
no hubiera sido por esa sombra de obscuridad yo no hubiera
desaparecido y él jamás hubiera salido en mi busca y no hubiera
muerto. Pero en ese viaje tengo entendido que fue a buscar tu
medicina. Así que tú también eres culpable.
-¡Dejad de culparos
mutuamente!. Ninguno de los dos tiene la culpa de que hoy Víctor no
esté con nosotros. Él dio su vida por todos nosotros, saltó por
salvar a Dafne un acto que hubiera hecho cualquiera de nosotros por
cualquiera de nosotros. ¿¡O NO!? Decía Dorothy entre lágrimas.
-Tienes razón Dorothy,
yo hubiera hecho lo mismo. Respondía Edgar.
-¡Por favor! No seas más
mentiroso, ahora dices eso, pero seguro que nunca harías tal cosa.
Un maricón jamás sacrificaría su vida por una mujer. Decía Mery.
-Que sea maricón, no
quiere decir que no tenga sentimientos, y lo mismo que daría mi vida
por un tío daría mi vida por una mujer con dos dedos de frente,
incluso la podría haber dado por ti, si hubiera ocurrido el caso.
Porque yo no pretendía ser tu enemigo, si no que creía que podría
nacer una buena amistad, y más viviendo los tres como vivíamos.
Éramos compañeros de casa, convivíamos bien, hasta que empezaron
tus celos ciegos que te llevaron a la locura. Respondía Edgar entre
lágrimas.
-Tienes razón, y me has
hecho recapacitar, nunca pensé que fueras capaz de dar la vida por
mí, aún sabiendo que me caes mal. Decía Mery cabizbaja.
-Parece ser, que después
de todo os vais a llevar bien. ¿Has visto hija como Edgar no es tan
malo después de todo?.
-Lo sé, tía, Edgar
siento mucho ésto que ha ocurrido ahora mismo. Pero ahora nuestra
principal enemiga es Dafne. Decía Mery mientras abrazaba a Edgar.
-No tienes por qué
disculparte. Respondía mientras abrazaba a Mery.
-Hechizo para traer de
vuelta algo perdido. ¿Qué es ésto Dafne? ¿Para qué sirve?.
-Veo que has encontrado
un hechizo para el regreso. Éste hechizo podría servir para
recuperar a mi amuleto. Pero es muy fácil y no sé si servirá..
Decía Dafne.
-Tienes razón.. además
tengo entendido de que todo poder necesita un sacrificio.
-Efectivamente Emily, tú
lo has dicho, necesitas un sacrificio para obtener un beneficio..
Respondía Dafne cabizbaja.
-Bueno no te sientas mal,
ya encontraremos una solución. Para eso están las piedras de
portal. Sólo hay que conseguir alguna y listo. O si no, podemos
abrir alguno con algún hechizo.
-Tienes razón, ¿Cómo
conoces la existencia de las piedras de portal?.
-Bianca, le quitó la
geópetra a Dorothy cuando estuvo aquí y dijo algo de que tenía
también otra piedra que se encontró en el mar.. la aerópetra creo
recordar..
-Bianca tiene las piedras
de Dorothy y la mía. Pues me temo que no me va a quedar otra que
buscar algún hechizo de abrir portales. Pero no se hacen tan
fácilmente. Tendremos que prepararlo y sobre todo tener paciencia..
piensa que hay que reconstruir una piedra de portal. Y así habría
cinco piedras, está la del agua que pertenece a Víctor, la de fuego
que pertenece a Uriel, aire que me pertenece y tierra que le
pertenece a Dorothy. Pero si creamos otra será la que haga la quinta
parte del pentágono y así abrirá las puertas a todos los mundos.
Esa piedra podrías quedártela tú, creo que eres la más indicada
para poseerla.
-¿Enserio?, ¿para mí?
Pues no hay nada más que hablar, creo que va a ser mejor que lo
vayamos preparando. Pero empezaremos mañana, hoy ha sido un día muy
duro y creo que será mejor que descansemos un poco. Así que..
descansa y gracias por ésta charla.
-Gracias a ti, por haber
venido a pasar un rato aquí conmigo. Le respondía con un abrazo.
-Pobre chica, lo está
pasando mal, y yo no sé qué hacer, no se la ve tan mala, y sobre
todo tiene aún esa fe ciega de poder recuperarlo todo, si supiera
que Bianca cerró todas las posibilidades... En fin.. mañana será
otro día... Decía mientras bajaba por las escaleras.
Allí estaban Dorothy
sentada junto a la chimenea con el gato en los brazos y Edgar y Mery
jugando a las cartas tumbados en el suelo junto al fuego.
-Ésta noche va a ser
fría, o tal vez me esté poniendo mala. Decía Emily mientras se
sentaba junto a Dorothy.
-La verdad es que hace
frío sí, pero creo que es por el ambiente tan tenso que hay en la
casa. Las energías y tal ¿No crees?.
-¿Y éste cambio?, ¿Cómo
es que ahora se llevan tan bien?. Decía Emily confusa.
-Pues como ves, han hecho
las paces, he sido una buena mediadora. Pero vamos a ver cuando
duran.. ¿Dafne cómo se encuentra?. Decía Dorothy preocupada.
-Está bien, un poco
agotada por todo pero dentro de lo que cabe está bien. Por cierto,
Alicia me dijo que tenía que entregarte una cosa y me hizo entrega
de ésto. Dijo que te lo diera yo en su lugar.
-¿Alicia?, mi pequeña
Alicia. Hace mucho que no la veo.
-¿Conocías a Alicia?.
Decía alucinando Emily.
-Sí, tuve la suerte de
conocerla una vez que fui a Wonderland. Es una chica maravillosa. Y
efectivamente es pastel del crecimiento y disminución.
-Por cierto... La reina
de Corazones, me dijo algo de que tenías que volver a tu comienzo..
¿A qué comienzo se refería?.
-Tal vez se refiera a Oz,
me vio preocupada al ver el estado de todo, y sobre todo al ver que
la obscuridad había llegado hasta allí y a todos los mundos. Tengo
miedo y me gustaría volver a Oz.
-Me estás diciendo
que...¿Tú eres Dorothy la del cuento del mago de Oz?.
-Jajajaja, suena un poco
extraño, lo sé, pero posiblemente, así sea. No conozco a otra
Dorothy. Decía mientras reía.
-Dorothy querida, cada
día me sorprendes más, eres una caja de sorpresas, pero bueno ya me
contarás más adelante. Será mejor que me marche a descansar. Hasta
mañana chicos.
-Hasta mañana Emily.
Decían al unísono.