lunes, 28 de enero de 2013

CAPÍTULO 14: CONOCIDOS Y DESCONOCIDOS A LA VEZ.

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CAPÍTULO 14: CONOCIDOS Y DESCONOCIDOS A LA VEZ.

La llamada había sido cortada y nos preocupamos al recordar lo que ocurrió en aquella noche en la que nos advirtieron del incendio en el hospital donde se encontraba Edgar.

No quisimos dar vueltas al problema, sabíamos que nada había podido ocurrir, puede que haya sido una equivocación..

-¿Bueno.. y tú quién eres señora..? Decía Mery a Dafne.
-Mery.. yo soy Dafne.

-¿Dafne?, imposible, no recuerdo tal apariencia tuya. Tú eras diferente, eras más puta.

-Mery por favor, compórtate. Decía Dorothy.

-No puedo tía, ella arruinó mi momento con Víctor en mi fiesta de cumpleaños, por culpa de su aparición yo tuve que vivir todo aquello que viví en aquel horrible lugar. Del cual ahora tengo lagunas, no recuerdo todo.

-Mery, perdóname, no era mi intención. Decía Dafne cabizbaja.

-Eso Mery, no lo vayas a tomar ahora con la pobre Dafne.. ella no es tan mala.. además ¿no la ves? Está consumida, Víctor jamás la verá como mujer.

-Edgar, hablas con odio cuando la miras. Decía Mery.

-Hablo con el ánimo que tengo. Nada más que hablar.

-Perdonadme cada uno de ustedes, tengo muchas cosas que contar y espero que me escuchéis, no pido que me deis el perdón ahora, sólo que me brindéis la oportunidad de contaros la verdad.

-Adelante, zorra, ¡suéltalo todo!. Decía Mery.

-¡Por favor Mery!, compórtate. Respondía Emily.

-Me llamo Dafne y soy una princesa...

-¡Por favor!, ¿Tú princesa?, ¡já! Y yo soy la diva de éste planeta. Decía Mery.

-Por favor sobrina, haz el favor de dejarla hablar. Decía Dorothy.

-Gracias Dorothy, bueno.. continuo.. vengo de Atledia, y bueno... ahora tengo ésta forma, por culpa de mi maldición, maté a mi padre, por odio, por rencor, él abusó de mí hace años obligándome a ser la reina de mi reino. Y yo decidí matarlo con magia, vengo de otro tiempo. De otro mundo, y tras la muerte de mi padre, mi reino quedó maldito, si me mojo seré una sirena. Por eso cuando me tiré por el acantilado sobreviví. Joven y hermosa en la tierra serás, más maldita en agua estarás. En la tierra una apariencia y en el agua otra, sólo el amor verdadero que te mire a los ojos podrá curarte. Esas palabras fueron las que me dijo la anciana hechicera del bosque de mi reinado. Y si ahora estoy así de anciana es por la maldición, “si te alejas de tu corazón en una anciana te convertirás y lentamente te consumirás”. Mi única salvación es encontrar a mi albo caballo alado. El cual estaba en el jardín y ahora no está. Sin él me puedo morir, y cada día que pasa siento que me estoy consumiendo, me estoy muriendo. Por eso me metí prisa para volver, entiendo que lo hice mal, porque por mi culpa Balthor fue víctima. No fue mi intención, he estado arrepintiéndome durante años, al igual que la muerte de Víctor. Nunca me la perdonaré.

-¡QUÉÉÉÉÉ!, ¿Qué Víctor ha muerto?, Decía Mery mientras se lanzaba hacia Dafne. Hasta que Emily la detuvo junto con Dorothy.


-Mery, yo nunca quise quitarte el amor de Víctor, él te quería sólo como una amiga, él estaba enamorado de Edgar, o al menos eso parecía. Pero lentamente se fue enamorando de mí. El pobre ha estado confundido todo éste tiempo y ahora ha muerto sin conocer el verdadero amor.

-Muy bonita la historia que nos cuentas, pero eso no quita que Víctor haya muerto y que haya sido por tu culpa. Debías de haberlo dicho antes, y así evitar el daño que has hecho. Decía Mery mientras estaba en un mar de lágrimas llenas de ira y dolor.

-Entonces las damas de la noche..¿Son seres de tu reino? Respondía Dorothy.

-Lo son. Ellas están malditas por la maldición, pero ellas no pueden ser humanas en el exterior, sólo yo. Los soldados de mi reino me perseguían para matarme, mi madre, la reina Selene ordenó que me buscaran para matarme por el acto que cometí. Respondió Dafne.

-Es una historia muy triste, Dafne, entiendo el dolor que sientes en tu interior. Mas yo sé lo que es que te hagan ese daño. Respondía Emily.

-Gracias por escucharme chicos, mil gracias por aceptarme. Y ahora me gustaría poder descansar. Subiré a mi habitación para dormir un poco. Decía Dafne mientras se levantaba y se dirigía hacia las escaleras.

-¿La creéis? Decía Mery.

-Yo sí la creo, pero aún me cuesta hablarle. Respondía Emily.

-Debemos darle una segunda oportunidad, yo sé que nunca la he tratado bien y tal vez debería darle ésta oportunidad. Se ve que ha cambiado. Debemos recuperar al caballo. Pero si no me equivoco el caballo fue llevado al país de las maravillas. Decía Dorothy.

-Es cierto, se lo llevó la reina Roja. Y yo no sé si perdonarla, hay algo en ella que no me termina de convencer.. decía Edgar.

-Es horrible el pensar que vas a morir y que no puedes hacer nada... debemos encontrar la manera de traerlo. Decía Emily.

Dafne mientras tanto en la habitación de Víctor encontró su libro de hechizos que se encontraba en una caja dentro del armario. Acto seguido lo cogió y lo llevó al escritorio lo abrió llorando y la puerta sonó. “Toc, Toc”. Dafne asustada, guardó el libro y respondió.

-¿Quién es?.

-¿Se puede?, Soy Emily.

-Claro, pasa. Decía alterada.

-Estás muy nerviosa, ¿quieres que te suba algún té o algo?

-No, gracias por tu atención.

-No hay de qué. Vine porque estaba preocupada por ti, la verdad es que me ha sorprendido bastante tu historia. Jamás pensé que hubieras pasado por eso. Y bueno la verdad.. no es que me interese mucho ser tu amiga ahora pero tampoco quiero que te sientas alejada del grupo. En la casa hay ya bastante mal royo como para alejarse también y crear más conflictos por ello. Porque sólo hay que ver la reacción de Mery.. nunca pensé que Mery fuera así... Edgar parece ser que lo va asimilando.. pero Mery veo que va a ser complicado..

-Tranquila Emily, no te preocupes por mí, yo ya soy mayor y sé que ésto no me va a llevar a ningún sitio. Decía mientras tosía. Además, me queda poco tiempo de vida, lo noto, me veo cada día más débil ante todo. Decía mientras se levantaba y bajaba la persiana mirando a la luna.

-No hables así muchacha, eres joven y aún te queda mucho por ver, estás maldita, pero seguro que habrá solución para ello.

-No es tan fácil como crees. MI vida puede cambiar mucho, puede que cuando tenga a mi amuleto aquí vuelva a ser joven y hermosa como era antes.. pero.. si desaparece la maldición volveré a envejecer rápido por el simple hecho que han pasado varios años y yo pertenezco a otra época.

-¿Y no hay algún hechizo para arreglar todo ésto?

-Veo que estás muy puesta en el tema de la magia ¿No?.

-Un poco.. en mi viaje a Wonderland he aprendido varias cosas sobre el tema y me ha hecho abrir mi mente a nuevas cosas desconocidas para mí. ¿Por qué tener miedo a algo que no conoces?. No tiene sentido, más miedo habría que tenerle a lo conocido que bueno por conocer...¿No crees?

-Tienes razón Emily, entonces creo que puedo enseñarte algo y no ocultártelo.

-¿Qué es?.

-Es mi libro de hechizos, que yo misma me he ido elaborando junto con algunas cosas que aprendí de la anciana hechicera. En él guardo mis más valiosos hechizos de antaño.

-¡Oh Dafne! Es enorme, nunca pensé que pudiera existir un libro así. ¿Puedo verlo? Decía emocionada.

-Claro, confío en ti. Respondía Dafne segura de sus actos.

Mientras tanto en la planta de abajo Dorothy hacía de mediadora entre Edgar y Mery.

-Edgar, vamos a dejarnos de falsedades. Nunca me has caído bien. Y sé muy bien que yo nunca te he caído bien. Decía Mery llena de ira.

-Mery, deja de decir esas gilipolleces, yo no tengo la culpa de que Víctor nunca haya deseado ser tuyo. Él ha tenido más afinidad conmigo porque yo he sabido darle lo que él necesitaba. Tú sólo le has agobiado y le has llenado de sentimientos negativos.

-¡Basta ya! Callaros ya por favor. Dejad de discutir de esas maneras.

-Tía es que no me parece bien que él tuviera que enfermar de esa manera para llamar la atención de mi querido Víctor.

-¿Perdona?, ¿qué yo enfermé para llamar la atención de Víctor?, ¿No sería al revés? Yo enfermé por motivos que no puedo darte porque ni yo mismo podría saber qué es lo que tuve, ya que no me dijeron nada los doctores. Me he escapado del hospital sin respuestas. ¿Y tú qué? Desaparecer en plena fiesta de cumpleaños y hacer que Víctor se moviera por cielo, tierra y mar dejando su vida en ella. Me parece un acto muy malo por tu parte, intentar culparme a mí. Cuando por tu culpa él ahora no está entre nosotros. Pero yo aún mantengo la esperanza de que él no ha muerto aunque tenga una fe ciega.

-¡Me culpas de su muerte!, es verdad. Decía mientras rompía nuevamente a llorar. Si no hubiera sido por esa sombra de obscuridad yo no hubiera desaparecido y él jamás hubiera salido en mi busca y no hubiera muerto. Pero en ese viaje tengo entendido que fue a buscar tu medicina. Así que tú también eres culpable.

-¡Dejad de culparos mutuamente!. Ninguno de los dos tiene la culpa de que hoy Víctor no esté con nosotros. Él dio su vida por todos nosotros, saltó por salvar a Dafne un acto que hubiera hecho cualquiera de nosotros por cualquiera de nosotros. ¿¡O NO!? Decía Dorothy entre lágrimas.

-Tienes razón Dorothy, yo hubiera hecho lo mismo. Respondía Edgar.

-¡Por favor! No seas más mentiroso, ahora dices eso, pero seguro que nunca harías tal cosa. Un maricón jamás sacrificaría su vida por una mujer. Decía Mery.

-Que sea maricón, no quiere decir que no tenga sentimientos, y lo mismo que daría mi vida por un tío daría mi vida por una mujer con dos dedos de frente, incluso la podría haber dado por ti, si hubiera ocurrido el caso. Porque yo no pretendía ser tu enemigo, si no que creía que podría nacer una buena amistad, y más viviendo los tres como vivíamos. Éramos compañeros de casa, convivíamos bien, hasta que empezaron tus celos ciegos que te llevaron a la locura. Respondía Edgar entre lágrimas.

-Tienes razón, y me has hecho recapacitar, nunca pensé que fueras capaz de dar la vida por mí, aún sabiendo que me caes mal. Decía Mery cabizbaja.

-Parece ser, que después de todo os vais a llevar bien. ¿Has visto hija como Edgar no es tan malo después de todo?.

-Lo sé, tía, Edgar siento mucho ésto que ha ocurrido ahora mismo. Pero ahora nuestra principal enemiga es Dafne. Decía Mery mientras abrazaba a Edgar.

-No tienes por qué disculparte. Respondía mientras abrazaba a Mery.

-Hechizo para traer de vuelta algo perdido. ¿Qué es ésto Dafne? ¿Para qué sirve?.

-Veo que has encontrado un hechizo para el regreso. Éste hechizo podría servir para recuperar a mi amuleto. Pero es muy fácil y no sé si servirá.. Decía Dafne.

-Tienes razón.. además tengo entendido de que todo poder necesita un sacrificio.


-Efectivamente Emily, tú lo has dicho, necesitas un sacrificio para obtener un beneficio.. Respondía Dafne cabizbaja.

-Bueno no te sientas mal, ya encontraremos una solución. Para eso están las piedras de portal. Sólo hay que conseguir alguna y listo. O si no, podemos abrir alguno con algún hechizo.

-Tienes razón, ¿Cómo conoces la existencia de las piedras de portal?.

-Bianca, le quitó la geópetra a Dorothy cuando estuvo aquí y dijo algo de que tenía también otra piedra que se encontró en el mar.. la aerópetra creo recordar..

-Bianca tiene las piedras de Dorothy y la mía. Pues me temo que no me va a quedar otra que buscar algún hechizo de abrir portales. Pero no se hacen tan fácilmente. Tendremos que prepararlo y sobre todo tener paciencia.. piensa que hay que reconstruir una piedra de portal. Y así habría cinco piedras, está la del agua que pertenece a Víctor, la de fuego que pertenece a Uriel, aire que me pertenece y tierra que le pertenece a Dorothy. Pero si creamos otra será la que haga la quinta parte del pentágono y así abrirá las puertas a todos los mundos. Esa piedra podrías quedártela tú, creo que eres la más indicada para poseerla.

-¿Enserio?, ¿para mí? Pues no hay nada más que hablar, creo que va a ser mejor que lo vayamos preparando. Pero empezaremos mañana, hoy ha sido un día muy duro y creo que será mejor que descansemos un poco. Así que.. descansa y gracias por ésta charla.

-Gracias a ti, por haber venido a pasar un rato aquí conmigo. Le respondía con un abrazo.

-Pobre chica, lo está pasando mal, y yo no sé qué hacer, no se la ve tan mala, y sobre todo tiene aún esa fe ciega de poder recuperarlo todo, si supiera que Bianca cerró todas las posibilidades... En fin.. mañana será otro día... Decía mientras bajaba por las escaleras.

Allí estaban Dorothy sentada junto a la chimenea con el gato en los brazos y Edgar y Mery jugando a las cartas tumbados en el suelo junto al fuego.

-Ésta noche va a ser fría, o tal vez me esté poniendo mala. Decía Emily mientras se sentaba junto a Dorothy.

-La verdad es que hace frío sí, pero creo que es por el ambiente tan tenso que hay en la casa. Las energías y tal ¿No crees?.

-¿Y éste cambio?, ¿Cómo es que ahora se llevan tan bien?. Decía Emily confusa.

-Pues como ves, han hecho las paces, he sido una buena mediadora. Pero vamos a ver cuando duran.. ¿Dafne cómo se encuentra?. Decía Dorothy preocupada.

-Está bien, un poco agotada por todo pero dentro de lo que cabe está bien. Por cierto, Alicia me dijo que tenía que entregarte una cosa y me hizo entrega de ésto. Dijo que te lo diera yo en su lugar.

-¿Alicia?, mi pequeña Alicia. Hace mucho que no la veo.

-¿Conocías a Alicia?. Decía alucinando Emily.

-Sí, tuve la suerte de conocerla una vez que fui a Wonderland. Es una chica maravillosa. Y efectivamente es pastel del crecimiento y disminución.

-Por cierto... La reina de Corazones, me dijo algo de que tenías que volver a tu comienzo.. ¿A qué comienzo se refería?.

-Tal vez se refiera a Oz, me vio preocupada al ver el estado de todo, y sobre todo al ver que la obscuridad había llegado hasta allí y a todos los mundos. Tengo miedo y me gustaría volver a Oz.

-Me estás diciendo que...¿Tú eres Dorothy la del cuento del mago de Oz?.

-Jajajaja, suena un poco extraño, lo sé, pero posiblemente, así sea. No conozco a otra Dorothy. Decía mientras reía.

-Dorothy querida, cada día me sorprendes más, eres una caja de sorpresas, pero bueno ya me contarás más adelante. Será mejor que me marche a descansar. Hasta mañana chicos.

-Hasta mañana Emily. Decían al unísono. 

domingo, 27 de enero de 2013

CAPÍTULO 13:BIENVENIDA A CASA MERY.

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CAPÍTULO 13: BIENVENIDA A CASA MERY.

Ya ha amanecido, yo aún sigo recostada entre mis sábanas tan suaves y sedosas. Las echaba de menos y sobre todo el poder dormir sin preocuparme por nada. La luz se filtraba por los visillos de mi ventana y el frescor de la mañana ventilaba la habitación, podía incluso oír a los pajaritos cantar en la ventana. Todo era como volver a empezar, aún no me creía todo lo que había vivido. ¿cómo les estará yendo a Bianca y a Jefferson? Ahora que estoy aquí debo enfrentarme a la realidad. He sido parte de un cuento, pero no siempre debo estar sumida en ellos, sólo son historias que pasaron y nos ayudan a superar problemas futuros. Me levanté y me coloqué mi bata fui al lavabo y me cepillé mi cabello, lavé mi cara y me empecé a arreglar el cabello, sabía que iba a ser un largo día me lo veía venir así que decidí arreglarme no mucho, pero sí algo semiformal. No había perdido aún mi coquetería, debo de mantenerme joven, como lo que soy, un alma joven con ganas de luchar por el mañana. Salí a la habitación y abrí el armario, empecé a ver toda la ropa que tenía y me coloqué un vestido negro con una rebeca blanca y mis zapatos de tacón a juego. Me maquillé un poco y bajé a la cocina, allí se encontraba Dafne y Edgar. No sabía como mirarles ni qué decir, el ambiente era tenso, parecíamos unos desconocidos, aunque la verdad.. es lo que éramos unos completos desconocidos conviviendo en una casa que ni era nuestra.

-Buenos días. Dije cortante.

-Buenos días.. ¿Emily verdad? Decía Edgar mirándome de arriba abajo. ¿Vas a algún lado?.. quiero decir.. como te veo tan arreglada.. Aún no nos has dicho quién eres y cómo has entrado a la casa. Y sobre todo.. ¿cómo has encontrado a Mery?

-Buenos días para ti también.. ¿Edgar?. Supongo que sí. No me conoces, sí, soy Emily una vieja conocida de Víctor. Y bueno lo de Mery es una larga historia de contar, aún sigue durmiendo, la joven ha pasado mucho será mejor que siga descansando. Y bueno, respecto a mi vestimenta, voy a salir a comprar algo para comer y dar una vuelta, necesito volver a sentirme parte de éste mundo. Ponerme al día en todo y sobre todo respirar aire puro.

-Emily, creo que debes saber algo. Decía Dafne.

-Por cierto.. ¿dónde está Dorothy? No la vi en su cama y pensé que había salido ya. Decía evitando el intercambio de palabras con Dafne.

-De eso quería hablarte, Dorothy ha sido encerrada en la cárcel por un error. La policía piensa que ha sido la asesina de su marido, de Víctor, de mí y la secuestradora de Mery, Uriel i Edgar... En general está metida en un gran lío...

Cada vez que miraba a Dafne no podía creer lo que veía, no podía ser verdad, que haya cambiado tanto en cinco años, era cosa de magia. Parecía incluso más mayor que yo. Por lo que he visto hay muy mal ambiente entre éstos dos. No se miran cuando hablan, algo me dice que debo salir cuanto antes de aquí y ahora sí que tengo un motivo. Ya decía yo que hoy iba a ser un día duro debo de ir a sacar a Dorothy. Pero.. ¿Cómo haré para sacarla?.

-Lo entiendo, pues no podemos hacer otra cosa que hablar con la policía. Decía en tono cortante y buscando una salida rápida para evitar mantener una larga conversación.

-Emily entiendo que no quieras hablarme pero por favor, no me evadas tú también, está siéndome muy difícil ya todo ésto. He aprendido en éste tiempo que ha estado mal todo lo que hice. Creo que tengo que dar muchas explicaciones para poder estar bien conmigo mismo.

-De acuerdo Dafne, tranquila ya tendremos el momento para hablarlo todo. Ahora lo importante es salir. Edgar puedes venir conmigo si quieres. Dafne cuida a Mery tú ya has tenido trato con ella antes...

-De acuerdo, Emily dame un segundo y me preparo. Respondía Edgar.

-¿Perdona? ¿Yo.. al cargo de Mery?. Pero si me odia a muerte. Decía asustada Dafne.

-Pues no queda de otra, deberás empezar con ella. ¿Algún día tendríais que hablar no? Dije mientras me dirigía hacia la puerta.

Al salir a la calle junto con Edgar, nos subimos en el coche y fuimos dirección a la comisaría. Al principio del recorrido todo fue silencio tras silencio hasta que decidí romper el hielo. Y sí que lo rompí, literalmente sí señor.. como debe ser. Una placa de hielo apareció de la nada en mi camino y acabé chocándome contra ella.

-Emily..¿Estás bien? Decía Edgar asustado.

-Tranquilo estoy bien gracias ¿y tú?.

-¿Por qué has pegado ese frenazo?

-Por la placa de hielo que había en el camino.

-¿Cuál placa de hielo? Decía confundido.

Salí del coche y efectivamente no había nada. ¿Qué había ocurrido, no entiendo nada cómo es posible?.

-Emily. ¿seguro que estás bien? Me volvía a insistir Edgar mientras se acercaba a mí.

-Sí, perdona por el susto, no ha sido mi intención. No sé qué me pasó.

Volvimos al coche y seguimos el camino, no podía parar de pensar en lo ocurrido.

-Bueno Emily, entonces conoces a Dorothy, está encerrada por mi culpa.

-Tranquilo Edgar, no es culpa tuya el que ella esté encerrada.

-Lo es, si no hubiera sido por mi cabezonería y sobre las discusiones y todo lo que ocurrió aquel día. Cuando estuvo la tal reina como se llame.

-Roja.

-¿Cómo?.

-Quiero decir la tal reina roja. Así es como se llama.
-¿La conoces?.

-No es algo de lo que pueda presumir, pero sí, he tenido el gusto.. de conocerla.

-Una tipa de lo más loca..¿verdad?

-Sí, la verdad es que sí. Veo que quieres mucho a Víctor, se te nota en la mirada.

-Sí, él ha sido para mí como un hermano, como un ángel que llegó a mi vida y me ha salvado de todo el mal. No sé, es algo especial, y confío en que él también siente eso mismo por mí.

-Te lo confirmo, él también lo siente. Bueno en éste caso sentía.

-Tú lo viste morir, se te ve en la cara el reflejo del dolor. Lo has querido mucho ¿verdad?.

-Para mí, es como mi hijo, el hijo que nunca pude tener. Pero el destino prefirió separarnos, el amor que Víctor sentía por Dafne era muy grande, aunque bueno yo le notaba algo raro cuando estaba con ella, normalmente siempre hablaba de ti y de Mery.

-¿Hablaba de mí?. Decía sonrojado.

-¡Claro que sí!, no paraba de preocuparse de cómo estarías, si habrías mejorado o no. Era maravilloso ver el brillo que le reflejaban los ojos al mencionarte.

-Una pregunta Emily, ¿Uriel.. quién es?

-Uriel.. es un chico de lo más extraño, no he tenido contacto con él. El pobre empeoró y tras su enfermedad Víctor comenzó a sufrir molestias. Pero él no quería decir nada, yo lo notaba, se lo notaba.

-Es que cada vez que miraba a Uriel en el hospital, sentía como si fuera Víctor. Es algo extraño. Pero no sé.. es algo difícil de explicar. Aunque después de todo lo que ha ido pasando en éstos días ya nada me resulta fácil de hacerlo. Todo es tan extraño, no tengo palabras para poder explicar lo que siento.

-Querido, aún eres joven y te digo yo, que no eres al único que le cuesta creer lo que ve.

-¿Sabes?, me has caído muy bien, creo que nos vamos a llevar muy bien en la casa. Me hacía falta una amiga, con quien hablar. Porque con Dafne no puedo..

-Entiendo tu situación con Dafne, yo estoy igual que tú, por culpa de Dafne Balthor un “novio” que tuve en nuestro viaje, murió devorado por unas serpientes enormes. Y tras su huida ella “murió” y tras ella fue Víctor. Lo que no entiendo es cómo ha podido vivir ella y él no. Y lo que es aún más extraño por qué ella es tan mayor. Son cosas que ya nos contará en su debido momento. Yo ahora mismo no puedo mantener un intercambio de palabras con ella.

-Lo sé, te entiendo.

Ya hemos llegado a la comisaría de policía y tengo la extraña sensación de que se va a liar gorda ahí dentro. No sé por qué, pero hoy siento como si me hubiera levantado con un sexto sentido. Efectivamente, así fue.

-Hola, me llamo Emily y él es Edgar venimos a sacar a Dorothy Rellismare.

-¿Emily y Edgar? ¿Ustedes no son los desaparecidos?

-Sí, pero no estábamos desaparecidos, sólo tuvimos que hacer un pequeño viaje.

-La señora Dorothy está encarcelada por más delitos señorita Emily.

-Todos esos delitos son falsos señor policía. Se lo aseguro, ella es más inocente que una cría recién nacida se lo puedo asegurar.

-Habla usted muy segura de sí misma. ¿Dónde se encuentra Mery, su sobrina?.

-Acostada en su cama, supongo que se habrá levantado ya.

-¿Quiere decir que también ha aparecido?

-Nunca desapareció, tuvo que salir por un tema de trabajo y se le pasaría comunicarlo en casa. Cosas de críos, aunque ella ya es lo suficientemente mayorcita como para no ir diciendo nada a nadie.

-Señora Emily, veo que está muy mandona ésta mañana.

-Y usted señor policía, veo que cambia de señorita a señora en cuestión de segundos, si piensa que me afecta está muy equivocado. Haga el favor de sacar a Dorothy o me veré obligada a hacerlo yo misma.

-De acuerdo, como usted mande. Por favor Larry saque a la señora Dorothy ya ha terminado su temporada aquí.

-Gracias señor policía.

-Emily, ¡has estado genial, me encantas!. A partir de ahora creo que voy a ser un admirador tuyo.

-¡Jajajajaja!, querido sólo hay que saber usar las armas que una siempre lleva encima. Decía mientras se ajustaba el sujetador.

-¡Emily, querida estás bien!. Decía Dorothy llorando de emoción.

-¡Claro que sí, tonta, anda vamos a casa! Hay una sorpresa para ti.

Mientras volvíamos a casa decidí ir a comprar un enorme pastel para celebrar la vuelta a casa de todos. Pero aún faltaban dos para completar la mesa, Víctor y Uriel. Se me rompía el alma cada vez que mencionaba su nombre.

Dafne se encontraba bordando cerca de la chimenea cuando de pronto Mery comenzó a bajar las escaleras y la vio sentada junto a la chimenea.

-¿Tía Dorothy?
-No querida, no soy Dorothy.

-¿Quién eres? Y ¿Qué haces aquí?.

-Ahora vivo aquí, tu tía está en..

-¿Está donde?

En ese momento se abrió la puerta y se vio a Dorothy aparecer por el umbral de la puerta y Dorothy al ver a su sobrina en casa rompió a llorar de la emoción y corrió hacia ella para besarla y decirle lo mucho que la había echado de menos.

-Querida sobrina, mi pequeña Mery, cuanto tiempo. No sabes las ganas que tenía de volver a verte mi vida.

-Tía, te quiero, te he echado mucho de menos, ¿Cómo he llegado aquí?, ¿Qué ha pasado?. ¿Edgar, estás recuperado...? Cuánto me alegro por ello.

-Gracias Mery.. yo también me alegro de que hayas vuelto.

-Bueno vamos para adentro, he comprado un pastel para celebrar el regreso de Mery.

Todos estábamos felices de la llegada de Mery y de la vuelta a casa de Dorothy. Por el contrario Dafne se sentía apartada del grupo, y Mery no parecía muy contenta de la recuperación de Edgar, aún parecía estorbarle.

-¿Alguien quiere tomar un poquito de champange? Decía Dafne intentando incorporarse al grupo.

-Gracias Dafne.. le dije intentando incorporarla.

En ese momento Dafne rompió a llorar de la emoción al ver que aunque fuera por un momento se sentía parte de la familia, de la familia que siempre quiso tener, y sobre todo formar parte de ella.

Todos estábamos felices y contentos del regreso de todos. Nos sentamos en la mesa y comenzamos a tomarnos la tarta con nuestro café. Hasta que una llamada interrumpió el momento.

Ring ring..

-¿Sí?, ¿Quién es?. 

miércoles, 23 de enero de 2013

CAPÍTULO 12: VUELTA A CASA PARTE 2.

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CAPÍTULO 12: VUELTA A CASA PARTE 2.

Mientras sobrevolábamos por los cielos de Pesadilla en la hieracoesfinge pudimos ver un portal abierto entre las nubes, pero Bianca no quería entrar en él aún. Tenía que recuperar algo que le pertenecía y se encontraba en el palacio corazón. Y dirigimos nuestro rumbo hacia aquel lugar. Yo no paraba de mirar hacia abajo, todo el país de las maravillas había sido transformado a un horrible mundo lleno de pesadillas. ¿Qué ha sido del verde y el colorido que tenía?. Ahora ha cambiado todo.

-Jefferson una pregunta. ¿Cómo era antes el país de las maravillas?. Quiero decir, antes de que Pesadilla viniera aquí.

-Un lugar, lleno de maravillas. Todas las maravillas del mundo se encontraban en éste país. Y en aquella montaña de allí enfrente se sitúa el palacio de la reina de corazones.
Recuerdo al río Azul lleno de agua y peces de colores nadando por sus aguas cristalinas. Las aves volando por el cielo en bandadas y sus cánticos primaverales. Los pavos reales paseando como nobles de un lugar para otro. Los prados eran enormes y pintados de verdes intensos, las flores cantaban sus hermosas melodías, aquellas flores eran hermosas de verdad, a parte de su gran tamaño que ya las hacía toda una gran maravilla lo que más llamaba la atención era su hermosa voz. Recuerdo también el bosque del lago donde ahora están situados los fuegos fatuos, aquellos árboles eran mágicos de ellos colgaban unas hermosas lianas con unos tonos azul y rosa eléctrico que no era nada más y nada menos que la energía de la propia vida. Era como la misma sangre de la madre naturaleza, allí habitaban las dríadas y las hadas. En el centro del lago hay una roca donde se solían poner en las noches de luna llena las sirenas. No tienen nada que ver con las damas de la noche que ahora hay por todos lados. Aquellas hermosas criaturas eran hermosas de verdad. Y para nada eran temibles eran dignas de admirar eran las que ayudaban a las dríadas y a las hadas a crear la armonía en éste maravilloso país. La gran Torre de Babiera, la Alhambrida, un hermoso paraíso entre sus murallas. La torre Eifíl, una construcción perfecta, las pirámides de Guizn en las que se encontraban los maravillosos museos con las relíquias de todos los mundos, todo eso estaba distribuido por doquier.

Recuerdo los enormes árboles de todos los colores que jamás hayas podido imaginar, verdes intensos, azules, rojos, amarillos, rosas. Criaturas correr por las ramas de ellos. En la montaña maravilla recuerdo que había unas cascadas preciosas que daban vida a todos los poblados que vivían cerca de ella. Y en aquella otra montaña de allí, habitaba Bianca, pero después de la pelea entre ella y su hermana la reina, ya nada volvió a ser igual. El marido de la reina roja murió según las malas lenguas fue matado por su hija. Y el padre de las dos reinas fue matado por la reina Roja.

-Jefferson, creo que éste tipo de cosas no deberías de ir contándolas. Decía Bianca mientras se sonrojaba.

-Es una historia muy triste. Respondí. Nunca imaginé la maldad de la reina Roja, quiero decir, sí la sabía y conocía su afán por cortar cabezas y obtener los corazones de todo el mundo. Pero jamás pensé que fuera capaz de tal asesinato.

-Así es mi querida Emily. Así es. Mi hermana es toda una loca, aunque bueno, me alegro de ser yo la única que se salve de ésta locura. Decía mientras reía.

-¿Vamos a recuperar algo en el palacio, pero el qué?. Dije.

-Vamos a recuperar el corazón de mi padre, para poder hacer el sacrificio.

-¿Sacrificio? Respondí asustada.

-Claro querida, necesitamos un corazón fuerte, para poder crear el hechizo que pueda parar a la obscuridad. Y no hay mejor ingrediente que el amor que hay dentro de él. Podría usar otra cosa como el amor verdadero, pero desgraciadamente no hay amor si no guerra.

-Tienes toda la razón. Respondí.

No podía dejar de imaginar el maravilloso mundo que me contó Jefferson era un paraíso sin igual, sin lugar a duda era corto el nombre que le pusieron, Wonderland. Pienso que no hay palabra en el mundo que pueda darle nombre a éste país porque no existe tal palabra. Es algo indescriptible porque es que es imposible de imaginarlo si no lo ves. Ahora viendo como se encuentra todo cualquiera diría que un día fue a color, ahora todo está pintado con negros, grises, rojos fuego y naranjas. Los ríos ahora son pura lava sembrando dolor y pánico en cada poblado y aldea, los árboles esconden en su interior a criaturas horribles que destrozan todo cuando tocan. Los cielos están desnudos y perdidos ya no se ven las estrellas brillar sólo bolas de fuego que vuelan de un lado para otro. Y Qué decir del palacio de la reina Roja.. el famoso palacio corazón era tal y como lo imaginé, pero con un toque pesadilla. Antes era un hermoso palacio blanco y rojo con un enorme jardín y su laberinto al lado del campo de cróquet. Dónde ella, la reina solía jugar con sus flamencos como bastón y sus erizos. Ahora casi todo el palacio estaba resumido en escombros y algunas que otras torres en buen estado donde es encontraban los prisioneros.

La hieracoesnfinge aterrizó en el jardín de corazones y allí estaba la reina esperándonos.

-¡Cuánto tiempo, mi queridísima hermana! Decía con ironía la reina mientras bajaba los escalones y se acercaba hacia nosotros.

-No te esperaba por aquí, querida, hace mucho que no tengo el placer de veros. Respondía con nobleza Bianca.

-Debí suponer que vendrías, después de tanto tiempo. Sólo espero que no vengas a robarme otra vez el puesto de reina.

-Querida, no me interesa para nada el puesto que tienes. Sabes de sobra que yo ya tengo mi lugar en ésta vida. Aún debes encontrar el tuyo. Porque alguien más fuerte que tú ha venido a robarte el mundo.

-Lo sé, y no estoy muy contenta precisamente con ésto pero no puedo hacer otra cosa que mantenerme a escondidas, nunca se sabe cuando pueden cortar cabezas.. Decía riéndose. Bueno pasad, no os quedéis ahí...debéis estar muy cansados supongo ¿no? ¡Hola Jefferson!, te he visto, no te escondas pequeño, no voy a matarte ésta vez. He hablado con Dorothy, y bueno la verdad, es que me arrepiento bastante de algunas cosas. Y tengo que dar mi brazo a torcer, voy a unirme a la batalla.

-Hola majestad, siento mucho el no poder crear su sombrero. Respondía el sombrerero.

-¿Has hablado con Dorothy?, ¿Cómo está?.

-¡Báh! Da igual, no tengo tiempo para ponerme sombreros ahora, además no hay sol para taparme de él en éstos momentos. Y siento decirte querida, que la pobre no está en sus mejores momentos. Me dejó muy preocupada, la verdad. Creo que no debí decirle el estado de éste mundo. Tal vez necesite ir al comienzo...

-¿Cuál comienzo? Respondí.

-No es el lugar más indicado para hablar, ni el momento. Por favor pasad. La cena está servida.

Entramos dentro de palacio y allí nos recibían con un gran pasillo y una enorme alfombra roja, era maravilloso. Nos sentamos en las sillas del salón y comenzamos a hablar mientras bebíamos vino y cenábamos una deliciosa cena. Mery mientras tanto la llevaron a un dormitorio para descansar aún no había despertado y se encontraba muy agotada por todo lo que había vivido.

-Querida.. ¿por qué has encerrado a Alicia? Preguntaba dulcemente Bianca.

-La joven Alicia, no podía hacer otra cosa que esconderla de la obscuridad, no es que me caiga muy bien después de lo ocurrido en aquella pelea que tuvimos en la cual mató a mi galimatazo. Pero bueno, la encerré para protegerla al igual que a los gorditos y a conejo.

-No ha estado bien, y no me creo que estés tan de buenas. Respondía Bianca.

-Por favor hermana, no soy tan mala como crees. He cambiado. Decía la reina de corazones mientras se reía. He de ir un momento a un lugar, ahora regreso.

-No me creo nada, a mi hermana. La veo diferente. Por cierto, Mery aún no ha despertado, menos mal que la llevaron a una habitación. Decía Bianca pensativa.

-Estaba muy cansada, creo que le vendrá bien recuperar fuerzas antes de llegar a casa. Dije.

-Deben encerrarles, no puedo permitir que se larguen así sin más de palacio. Quiero deshacerme de ellos en cuanto tenga oportunidad. No puedo permitir que intente robarme el puesto de reina. Le decía la reina Roja a uno de sus guardias rana.

-Bien, debemos marcharnos en la madrugada, Emily tú te encargas junto con el sombrerero de recoger a Mery. Yo marcharé a recuperar el corazón de mi padre. Decía Bianca.

-De acuerdo, pero ten cuidado, no me gustaría que por eso te castigara tu hermana. Le dije.

-Lo mismo digo, Reina Bianca, ten mucho cuidado de tu hermana, no la veo yo muy bien de ahí arriba.

Pasaron las horas y ya se encontraban todos durmiendo, yo me levanté y acompañada de Jefferson fuimos a recoger a Mery. Bianca por su parte vagaba entre las sombras para no ser descubierta, pero una vez dentro de la cripta las luces se encendieron y ahí se encontraba ella esperándole.

-Querida hermana... haces muy mal en mentir. Decía la reina roja.

-Lo siento hermana... yo sólo venía a pasear un poco no podía dormir...

-Bianca deja de mentir, las dos sabemos qué vienes a buscar, para qué ocultarlo.

-No, y sólo espero que algún día me perdones. Respondió Bianca.

La reina Roja lanzó un hechizo a Bianca para dejarla inmóvil pero Bianca supo detenerlo a tiempo. Lanzó un hechizo que la hizo volar hacia la pared dejando inconsciente y la congeló. Bianca recogió el corazón y fue a las torres para liberar a los prisioneros.

-¡liberad a los prisioneros!.

-¿Majestad?

-No quiero que habléis sólo que hagáis vuestro trabajo. O por el contrario os cortaré la cabeza.

-Como usted mande mi reina.

Tras liberar a los prisioneros la reina Bianca volvió a su estado normal, se había transformado en la reina Roja para hacer creer a los siervos que era ella y así poder liberarlos.

-Gracias Bianca, no sabes cuando me alegro de verte de nuevo. Respondió Alicia junto a conejo y los gorditos.

-No tienes que agradecer nada, sólo hice mi trabajo.

Nos reunimos todos en el jardín de palacio volamos alto hacia el comienzo, allí se encontraba la oruga la cuál nos dio la oportunidad de poder salir del mundo gracias a un nuevo portal.

-Bueno Emily, aquí ha terminado vuestro viaje. Decía Bianca.

-¿Nuestro viaje? Respondí confusa.

-Sí, no puedo ir con vosotras, aquel no es mi mundo. Yo por mi parte me quedaré aquí para hacer lo que pueda desde éste lado voy a sellar todos los portales para que nadie más pueda cruzarlos. Ahora vosotras dos debéis regresar a vuestro mundo y continuar vuestro trabajo allí para salvaros de la obscuridad que habita allí.

-No puedes decir eso Bianca. Yo no puedo hacer nada allí, yo no soy como tú. Respondí llorando.

-No eres como yo, mas tú posees algo más fuerte. Tienes un corazón fuerte y el amor y la fuerza son la salvación. Ten fe y confianza en ti, y podrás acabar con todo. Recuerda que debes tener el valor para afrontar tus miedos. Además cuando despierte Mery no recordará nada, posiblemente se encuentre confusa y tengas que ayudarla. Debes de estar con ella y protegerla al igual que a los demás. Confío en ti. Me decía mientras me abrazaba.


-Emily toma ésto y entrégaselo a Dorothy. Me decía Alicia.

-¿Qué es? Le dije.

-Una cosa que le pertenece. Tú entrégaselo ella sabe que es y cuando usarlo. 

Hicimos un círculo y ella se arrodilló colocó el corazón en el centro del pentágono y recitó unas palabras.

Cada cosa en su tiempo, y cada tiempo en su espacio. Que cada cosa vuelva a su tiempo y cada tiempo a su espacio.”

Tras finalizar los versos unas luces blancas nos empezaron a cubrir a Mery y a mí comenzamos a brillar y a evaporarnos en el espacio tiempo. Mientras nos desvanecíamos pude ver como todo comenzaba a desaparecer. Pero a lo lejos la reina Roja corría en su carruaje acompañada de sus guardias. Y Tras unos segundos volvimos a aparecer en la casa en el mismo lugar donde una vez nos marchamos.

-¿Qué ha sido ese ruido? Dijo Edgar.

-No lo sé, será mejor que subamos a ver qué ha ocurrido, puede que se haya caído algo. Dijo Dafne.

Los dos subieron lentamente por las escaleras y caminaron lentamente por el pasillo hasta que al final de él se abrió una puerta por la cual aparecí yo y todos allí nos quedamos asombrados por lo ocurrido.

-¿Quién eres tú?, y lo que es mejor...¿Cómo diantres has entrado?. Decía Edgar confundido.

-¿Emily, eres tú? Decía Dafne cegada por la luz que se filtraba por la ventana.

-¿Dafne?. Respondí con tono de ira.

-Esto es muy pero que muy fuerte. ¿Os conocéis?. Respondía Edgar.

-Ella es... una vieja amiga.. Emily debemos de hablar. Siento lo del Balthor.

-Dafne creo que no es el mejor momento para hablar, ya hablaremos en otro momento si es que hay otro momento. Lo importante ahora es acostar a Mery está muy cansada y agotada por el viaje.

-No entiendo nada. Decía Edgar.

lunes, 7 de enero de 2013

CAPITULO 11º VUELTA A CASA PARTE 1.

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CAPITULO 11º VUELTA A CASA PARTE 1.

Al día siguiente volví al hospital para poder ver a Uriednery, tenía curiosidad de saber quien era. No podía aguantar más la idea de que perdí a Víctor. Tengo bien claro que sin él mi vida ya no tiene sentido, él ha sido y será el hombre por el cual daría todo lo que tengo y tendré. El amor que profeso por él es insuperable, pero tengo miedo de que Mery vuelva e intente conquistarlo. Sé que es imposible ya que él no siente lo mismo por ella, sé que él está enamorado de mí, lo noté cuando dormimos juntos desnudos y sobre todo cuando nos bañamos en aquella noche de luna azul. Donde una vez empezó todo.

-Buenos días, vengo a ver al señor Uriednery por favor me podría indicar si ya puedo subir a verle. Vine anoche y me dijeron que no era posible debido al horario.

-Buenos días, el señor Uriednery en éstos momentos no puede recibir visitas. ¿Es algún familiar suyo?, tengo entendido que el joven no tiene familia. Desde que llegó a éste hospital nadie avisó nada.

-¿Y no habría alguna oportunidad de poder verle aunque no entre en la habitación?

-Hay problemas en la habitación 333 por favor avise al doctor Swan. Decía un enfermero asustado.

La joven que estaba en recepción salió corriendo en busca del doctor Swan y yo aproveché la oportunidad para ver el número donde se encontraba Uriednery, habitación 333. No es posible, me decía continuamente, sin dudarlo dos veces subí corriendo hacia la habitación y al llegar allí pude ver que me había equivocado las dos camas que habían en la habitación estaban ocupadas por personas desconocidas para mí. Tenía que aceptarlo, Víctor había muerto ya todo había terminado para mí. Marché escaleras abajo y mientras bajaba entraba la camilla donde se encontraba Uriednery, al parecer hubo una equivocación de camilla y metieron a un paciente equivocado.

-No puedo aceptar la muerte de Víctor, no puedo imaginar un día más sin él. ¿Por qué ahora todo tiene que estar ocurriendo de ésta forma?, siento como si algo quisiera verme solo.

No tuve más remedio que avanzar en busca del culpable, quién desarmó a quién en la batalla del amor. Juro que serás mío, éste amor que profeso por ti, jamás será vencido. Aunque la luna cese su esplendor y el sol apague las llamas de la pasión, mi amor jamás cesará. Jamás porque yo mataré a quien tuvo que empezar éste duelo. ¡Lo juro!

Debo de prepararme, debo de pensar un plan, debo de acabar con ésta farsa que vaga por las calles, necesito respuestas, necesito acabar con todo. Y si la sangre debe correr por las calles de Nimsville juro que yo seré quien la haga correr. Tu muerte no habrá sido en vano amor.

Mientras tanto en Ofidio Dafne estaba como loca buscando respuestas para ver como aparecer de nuevo. Las olas rompían contra las rocas, el sol de la mañana hacía brillar magia en todos los rincones del acantilado. La luz filtraba y el verdadero rostro de la princesa se hacía ver. Su tez se estaba marchitando, el poder iba desvaneciéndose, pero las gotas de mar que salpicaban de las olas se fundían con los rayos del sol naciente haciendo aparecer un nuevo portal.

-¡Claro!, ¡¿cómo no pude caer antes?!. Ahora la obscuridad está rompiendo la alineación de las cuerdas y los portales del tiempo se abren en cualquier parte. Debo apresurarme antes de que se cierre, pero.. ¿A dónde llevará éste portal?. Tengo miedo.. Ahora nada es como antes, no tengo belleza, no tengo ropa, estoy desnuda ante el mundo, estoy acabada como persona. Siento que ya nada va a ser como antes, Víctor debo de encontrar su cuerpo, debo de darle vida de nuevo, pero tengo que encontrar antes mi libro. Aunque claro, Aden habrá vuelto a casa con las demás y el libro ya estará en casa. No puedo dudarlo más, voy a entrar, y no puedo desconfiar de mi suerte. ¡Allá voy!

Al pasar por el portal aparecí desnuda en un lago, no sabía donde estaba, estaba todo lleno de nieve, pero la nieve estaba desapareciendo, los árboles comenzaban a derretir sus brazos helados. Y el lago rompía su hielo en pedazos, era un momento mágico, la luna azul del cielo aún era visible a pesar de ser de día. Pero no sólo estaba ella, también se podían ver otras esferas cerca de ella, tenía miedo, los planetas se estaban alineando. Algo malo podía augurar al ver aquella imagen, nada bueno puede estar ocurriendo.

Comencé a caminar, y a lo lejos vi la montaña por la cual bajé una vez, una energía corría por mis venas en éste momento. He llegado a casa, pero tengo que esconderme de la gente, no puedo soportar que me vean desnuda. Iba corriendo entre los arbustos del parque hasta que vi la casa de Víctor. Crucé la calle corriendo pero me detuve en mitad de ella una luz cegó mis ojos era un coche que venía corriendo hacia a mí. El coche se detuvo en un frenazo. Miré al conductor y sentí una fuerza inmensa correr por mi cuerpo, él al verme arrancó el coche y huyó corriendo asustado. Al mirarme el cuerpo vi que parecía un monstruo, mi cuerpo estaba mutando el agua de la escarcha del suelo había empezado a derretirse y mi cuerpo cambiaba de forma. Entré en la casa y me di cuenta que todo había cambiado, estaba fría, deshabitada, obscura y con una cierta obscuridad no muy normal. Algo había ahí que no me gustaba, tenía miedo pero a la vez tranquilidad, vi en el salón el tablero de ouija y el puntero en los puntos cardinales, todo coincidía la alineación y el desequilibrio. Subí a la planta de arriba y me bañé, me relajé como hacía tiempo que no hacía, caminé desnuda por aquellos fríos pasillos y me vestí. Al poco rato escuché un portazo pensé que habían sido ellos que habían regresado. Pero no había nadie en casa, fui a ver a padre al jardín y me di cuenta que había desaparecido, mi padre ya no estaba, tenía miedo, ¿Dónde estará?, aquella hechicera me dijo que no me alejara mucho de él si no podría morir. Volví a escuchar pasos por la casa, pero no había nadie. Sombras errantes vagaban por la casa y no sabía de quien eran. Subí a la última planta y pude ver un piano.

-¿Qué hará éste hermoso instrumento aquí?

Me acerqué y comencé a tocar, no podía imaginar que Víctor tuviera éste hermoso instrumento aquí abandonado. Mientras tocaba todo parecía cambiar, la nieve rompía y el verde primaveral comenzaba a florecer, la casa brillaba como nunca antes lo hizo, el sol filtraba por las ventanas me sentía llena de vida. Recuerdos del pasado sobrevolaban mi cabeza.

-¿Dónde estamos hermanas? Dijo Flora el hada roja.

-No lo sé. Respondió Fauna el hada verde.

-¿Qué es esa música? Decía Primavera un hada azul.

-Viene de arriba primavera. Respondía Flora.

-Es hermosa la música primaveral. Algo me dice que la obscuridad desaparecerá pronto. Decía orgullosa Primavera.

-¡Subamos hermanas! Decía contenta Fauna.

Las tres hadas subieron al ático de la casa y vieron a Dafne tocar aquella primaveral melodía.

-¡Maravillosa melodía pequeña criatura! Decía Primavera.

-¿Quiénes sois? Decía asustada Dafne.

-Tranquila pequeña somos tres hadas buenas. Nos teletransportamos a través de un portal. Decía Flora.

-Yo creo que os conozco. Vosotras sois las hadas de la princesa de Ávalon ¿no?

-¡Sí!, Somos las hadas madrinas de Aurora, ha sido capturada por la obscuridad y hemos sido arrastradas a éste mundo por error. Pero por lo que vemos aquí también hay problemas. Todo está en un caos la guerra es inevitable. Decía Flora.

-Pero.. ¿tú quién eres pequeña?, ¿Cómo es que nos conoces, si eres de éste mundo?. Además.. ¿Se te ve muy mayor no?. Decía Fauna.
-Estoy maldecida, me estoy muriendo poco a poco. Y no puedo decir quien soy.

-¿Maldita?, ¿Qué has hecho?. Respondía Primavera.

-Está bien, os lo diré, pero tengo miedo. Yo soy Dafne, la princesa de Atledia, maté a mi padre, el Rey Apolo.

-¡Santo cielos!, ¡Eres tú!. Gritaba Primavera.

-¡Primavera, por favor cálmate!. Decía Fauna.

-Pequeña, tranquila seguro que podemos quitarte ésta maldición de alguna forma. Pero debes de saber, que la reina Selene anda como loca buscándote. Desde tu huida no ha habido nada más que desgracias allí abajo. ¿Sabrás que el reino fue hundido en el mar no? Ahora está como Atlántida el reino de Tritón y Atenea. Otro reino que ha sido arrastrado por la obscuridad. Decía entristecida Flora.

-Todo se ha ido de las manos, la obscuridad no tiene corazón y ha arrasado con todo cuando ha podido. Y ahora está aquí, con nosotros. Respondí.

-Debes de saber que desde que echaste la maldición aquella Atledia ahora sufre grandes crisis. Ya nada es igual. Decía Primavera.

-Bueno, dejemos el tema, no quiero hablar de mi reino. Ahora lo que me importa es poder encontrar la solución a mi problema. Debo de curar ésta herida que cada vez va a más.

-Tienes razón querida, y creo que lo mejor será buscar algo que solucione éste problema. Decía Fauna.

-Debemos marcharnos pero volveremos cuando nos necesites. Decían las tres hadas mientras desaparecían entre los rayos de sol que se filtraban por la ventana.

No era posible lo que mis ojos habían visto, las tres haditas habían dado conmigo, aunque he de decir que se han comportado muy nobles conmigo y no me han reprochado nada. Tres mujercitas pequeñas, Primavera, es tal y como la imaginaba rellenita, vestida de azul y dulce como un pastel. Con sus cabellos negros y sus ojos verde aceituna, carita de ángel y elegancia inigualable. Flora es encantadora también es la mediana de las tres, vestida de rojo y muy coqueta. Fauna, la más mayor de las tres y una gran elegancia y afán por el protocolo. Ya me hubiera gustado tener a mí un hada madrina. Aunque quizá por el hecho de no haber querido ser reina no la tuve. Y bueno el haber matado a padre también es un castigo que estoy pagando.

Pero tengo miedo, si han podido llegar ellas hasta aquí por los portales, cualquiera puede hacerlo, ¿y si por algún casual aparecieran los guardias de mi reino?. Debo de estar preparada para cualquier cosa. Decidí bajar y comenzar a limpiar y darle vida a la casa, no podía soportar que la casa estuviera tan tétrica, tenía que darle vida y luz. Encendí la radio y puse música. Comencé a limpiar toda la casa, lavé ropa, tendí las lavadoras, ordené el desorden que había en cada habitación. Parecía una noble abuelita sacada de un cuento de hadas, me sentía en plena armonía. Me puse un hermoso abrigo y salí a comprar flores para adornar la casa, no podía dejar de que la casa envejeciera como lo estaba haciendo yo, tenía que mantenerla joven y viva eternamente. Al llegar a casa encendí la chimenea aún hacía frío y comencé a coser y hacerme ropa nueva, de algo me está sirviendo las cosas que aprendía de pequeña, cuando me escapaba de palacio y me iba a casa de la gente del pueblo para sentirme parte de ellos. Un gatito que me encontré en la calle lo traje para casa era hermoso y me hizo ilusión tenerlo para no sentirme tan sola. La verdad es que ha pasado ya mucho tiempo y aún no han regresado. ¿Qué estará pasando?. Y en cuestión de segundos un silencio se hizo, y el timbre sonó, un escalofrío corrió por todo mi cuerpo, no me daba buena espina. Agarré al gato y me dirigí hacia la puerta.

-¿Quién es? Decía en tono bajito.

-¿Quién hay ahí?, Por favor.. ¿Puede abrir la puerta?. Decían desde afuera.

-Un momento, por favor. Respondí.

Al abrir la puerta, me encontré el coche de policía. Y asustada pregunté.

-¿Disculpad, qué es lo que necesitan?.

-¿Quién es usted?, Y ¿qué anda haciendo en ésta casa?. Dijeron.

-Yo vivo aquí, desde hace tiempo regresé hoy de un largo viaje. Respondí.

-¿Podemos pasar?. Insistían.

-De acuerdo, adelante. ¿Quieren tomar algo?.

-No, gracias, sólo vamos a tomarle unas preguntas.

-¿Quién es usted? Y ¿Desde cuándo vive usted aquí?.

-Soy una vieja amiga de la familia, he venido desde muy lejos para pasar una temporada con mis amigos, pero aún no han regresado.

-¿No sabe nada por lo que veo no?.

-¿Qué debo de saber señor agente?

-Dorothy, está encerrada en prisión por secuestro y homocidio. Edgar ha desaparecido, Mery, fue secuestrada por su tía y el joven Víctor fue asesinado junto con el marido de ésta por ella misma. ¡Ah! Y qué decir de Emily ha sido secuestrada también. El joven Uriel fue sacado del hospital y traido a ésta casa a escondidas de los enfermeros del hospital de Santa Catherine.

-No es posible lo que mis oídos escuchan. Nada de eso es verdad. ¡No sé qué clase de policías son ustedes! Pero nada de eso es verdad.

-¿Cómo?, acaso.. ¿Usted sabe algo de lo ocurrido?.

-Por supuesto, el marido de Dorothy, murió cuando ella estaba aquí, el hombre se suicidó y la llamaron. Edgar no sé nada de él desde hace tiempo y de Uriel tampoco. Emily idem de lo mismo. Mery yo estuve ese día aquí cuando ocurrió todo. La joven desapareció por arte de magia en la fiesta que el joven Víctor hizo para ella. Y él, murió en un accidente en la playa. Están culpando a Dorothy por cosas que no tiene nada que ver.

-Nada de lo que dices me cuadra, salvo la desaparición de Mery, es lo mismo que Dorothy nos contó.

-No le veo con cara de mentir jefe, la abuela dice la verdad, o al menos eso parece. Respondía el compañero.

-Creo que será mejor que nos marchemos. Pero por su bien será mejor que no salga de la ciudad. La tendremos vigilada. Decía el agente.

-De acuerdo señor agente. Adiós y tengan cuidado.

Al marcharse me senté en mi sillón y comencé a llorar de la impotencia. No podía ser verdad todo lo que había escuchado. ¿Por qué ahora?, ¿Y Aden?. Tras pronunciar su nombre pude sentir nuevamente el escalofrío era él y no lo podía creer.

-Hola pequeña, cuánto tiempo. Decía mientras me acariciaba la cara.

-¿Aden?, ¿estás muerto?. Decía mientras rompía a llorar.

-Morí, he pasado a mejor vida, era muy viejo y la enfermedad acabó con mi vida. Ahora estoy aquí cuidando de todos. Debo de decirte que nada es lo que parece. A Dorothy la han encerrado sin pruebas. Ella es inocente y la pobre ha terminado loca por todo lo ocurrido. Emily ha viajado en una luz con Bianca decían que iban a ir juntas a no sé donde para buscar a Mery. Edgar huyó de casa sin decir a donde iba, pero el joven estaba muy mal. Algo está ocurriendo y no veo que se nada bueno. Por lo que veo tú has cambiado mucho desde la última vez que nos vimos. ¿Qué te pasó pequeña? Juré que habías muerto en aquel horrible lugar.

-Aden, lo siento muchísimo, siento el haberos preocupado. Sé que me pasé, pero intentaba huir de aquel lugar, me sentía culpable por todo. Sólo quería acabar con todo ésto ya. Y éste es mi castigo. Ahora soy una anciana, y siento que todo va acabar en poco tiempo. Mi vida ya ha terminado y sólo me queda esperar mi hora.

-No digas eso, sabes que no es así. Debo de marcharme pero siempre que me necesites aquí estaré.

Al marcharse Aden noté un cálido roce en mis mejillas, me quedé dormida como cuando era pequeña. Al quedarme dormida en mi sillón abrazando a mi hermoso gato, apareció ella, la dama del acantilado. No dejaba de llorar, porque nadie la podía ver, insistía en querer ayudarnos pero algo la impedía, la obscuridad la tenía prisionera y castigada para que no nos pudiera comunicar nada.

A la mañana siguiente, me levanté y salí a regar las macetas. Un joven se me quedó mirando y se dirigió a mí.

-¿Qué estás haciendo en mi casa? ¿Quién eres tú?

-¿Tú casa?, ¿Quién eres tú? Respondí.

-Pregunté yo primero. Ésta casa es de mi pertenencia, lárgate de aquí. Decía.
-Discúlpame, pero no sé quien eres, y como sigas hablándome así llamaré a la policía.

-He dicho que te largues si no quieres que te mate. Me decía mientras me apuntaba con una pistola.

-Por favor, baja ese arma, no puedo marcharme hasta que no vuelva Dorothy.

-¿Conoces a Dorothy? Me respondía.

-Sí, soy amiga de ella y de la familia. Dije asustada.

-Nunca te he visto por aquí.¿Cómo te llamas?.

-Me llamo Dafne.

-¡Eres tú! La joven que se suicidó en aquella isla que mencionó Dorothy. No puede ser real. Te imaginaba de otra forma, pero si te tiraste al vacío..¿Cómo es que estás viva y aquí?.

-No morí, tuve suerte de caer sólo al mar. Y regresé ayer.

-¿Cómo es que eres tan mayor?, Según me dijo eras de la edad de Víctor.

-Mi amado Víctor, le echo de menos, y soy tan mayor por causas extrañas.

-¿Amado Víctor?, ¿Cómo que amado Víctor?, ¿No me estarás insinuando que tú y Víctor..?

-Creo que ya sé quien eres.. ¿Edgar verdad?

-El mismo, jamás pensé que Víctor pudiera cambiarme por una abuela.

-Un respeto niño, que no te falté el respeto. Y no soy una abuela, aunque tenga ésta apariencia. En realidad, soy hermosa, pero estoy maldecida.

-No te creo, ya no creo a nadie. Voy a pasar.

-De acuerdo, también es tu casa. Sólo decir que me alegra saber que ya estás bien y que el brebaje ha servido.

-¿Brebaje?.

-Sí, el que hicimos cuando marchamos a buscar a Mery. Si no fuera por lo que hicimos hoy tal vez hubieras seguido en coma.

-Víctor murió en ese viaje ¿cierto?

-Siento decirte, que sí, él murió al intentar salvarme. Pero él murió, el mar se lo tragó y nadie ha vuelto a saber de él. El cuerpo habrá sido devorado por los peces, hace ya cinco años desde aquel terrible accidente.

-Maldita sea, y ¡todo por tu culpa!
-Lo siento Edgar, no quería que eso ocurriera, no me lo he perdonado aún.

-Yo sí que no te lo voy a perdonar nunca. Que convivamos en ésta casa no quiere decir que tú y yo vayamos a llevarnos bien. Juro que jamás perdonaré a la asesina de mi amado Víctor.