sábado, 15 de diciembre de 2012

CAPÍTULO 8º Buenos días princesa.

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Capítulo 8º Buenos días princesa.

Dafne había desaparecido en el mar, pero yo seguía vivo. Nunca lo podré entender, ¿cómo he podido sobrevivir a la caída?. Mi cuerpo se iba hundiendo lentamente hacia el fondo del mar. Las imágenes de la visión se iban poco a poco viendo con más claridad. Podía incluso oír las voces de Mery gritar. Incluso podía ver a Edgar, Uriel se levantaba en cada noche para poder verlo más de cerca y su rostro lo acariciaba como si de mí se tratara. Mi cuerpo conforme iba descendiendo hacia las profundidades marinas se iba congelando poco a poco. Mi gema comenzó a emitir ultrasonidos y a brillar como nunca había brillado. Unos rayos de luz azul comenzaron a nacer de la hidrópetra que colgaba de mi cuello, los ultrasonidos hicieron su efecto, mi gema se transformó en un delfín y junto a él más delfines acudieron en mi ayuda. Mi delfín me recogió en su lomo y junto con los demás me llevaron lejos de aquel lugar.

-¿Dónde estoy?, ¿estoy muerto?, ¿Qué es éste lugar?, me preguntaba mentalmente.

Los guardias tritones vieron a lo lejos un banco de delfines y en especial a uno con un brillo especial. Uno de los guardias fue nadando hacia el palacio de Atledia para avisar a la reina, los demás fueron nadando hacia el grupo de delfines.

-¡No es posible, es él! Avisen a la reina Selene.

-¿Qué es todo éste ruido, por qué tanto alboroto?, ¡no es posible! El delfín de la profecía llevadlo a palacio. Y al joven encerradlo en los calabozos.

No entendía nada, todo me daba vueltas, ¿dónde estaba?, me preguntaba constantemente. Mi hidrópetra volvió a brillar como antes pero ésta vez apareció un portal en el tiempo y aparecí en las orillas de un mar obscuro.

-Juraría haber estado antes aquí, pero no recuerdo cuándo.

Me tumbé en la orilla y comencé a mirar al crepúsculo del celeste rubor de la madrugada. No podía olvidar los momentos vividos con mis amigos, ¿qué ha pasado? ¿Dónde estoy ahora?, ¿Dónde están todos?, vuelvo a estar solo, pero tengo la impresión de que está aquí conmigo. Puedo notar el suave aroma de Dafne y puedo sentirla a mi lado.

Me giré y cerré los ojos, caí en un cálido y profundo sueño donde estábamos Dafne y yo.

Ahí estaba ella tumbada en la butaca de la terraza frente a la playa.

-Buenos días princesa, traigo algo para ti. Le decía mientras le hacía entrega de un hermoso ramo de rosas azules y rojas junto a la bandeja del desayuno.

-Qué hermoso detalle. Me decía mientras me besaba dulcemente.

-Dime si habrá algo más hermoso que amanecer a tu lado cada día, y suspirarte al oído que te amo ya que es una de mis particulares manías.

-Que poeta amaneciste hoy mi príncipe. Me decía mientras me sonreía con esa dulce sonrisa.

-Hoy he soñado contigo, y he de decir que cuando apareces en mis sueños, me adormeces, me meces con tus dedos, me enloqueces, eres mi única alegría. No podría vivir un día sin ti a mi lado. No concibo un día sin ti a mi lado.

-Es hermoso escuchar éstas hermosas palabras de tus dulces labios.

-No hay mañana que no piense en robarte uno de tus besos, amarrarme a la razón de un corazón que late por ti en verso, regalarte amaneceres y placer en cada esquina de la cama, siempre seguirá viva nuestra llama. Ésta llama que nació desde que te vi, y seguirá viva hasta el que sol se apague y más allá de cuando nuestros corazones dejen de latir.

-Querido eres lo mejor que tengo, lo mejor que tuve, lo mejor que tendré en esta vida, un amor que sube llega hasta las nubes y allí vuela, jugar a no perderte, a abrazarte fuerte, a quererte tanto que me duela.

-Princesa a tu lado todo es diferente, el olor de tu perfume me enamora cuando regresas, navegar en tu mirada hasta perderme, decirte que te amo, y así será para siempre y sé, que no podría bajarte una estrella porque para estrella ya estás tú destacando ante todas ellas mi dulce princesa.

-Víctor, no te imaginas lo feliz que soy cuando estoy a tu lado, mas el amor que profeso por ti supera cualquier límite, cualquier barrera que separa nuestros mundos.

-Yo también te amo mucho, princesa, sé que ésto es real, y sé que será para siempre, y no tengo miedo de gritarlo, ni te imaginas la cara de tonto que se me queda cuando leo tus cartas y te imagino cerca cuando estás fuera. Por mucha distancia que nos separe piénsalo el corazón no cambia de opinión y si te soy sincero la mejor manera de decirte que te quiero es gritándolo a los cuatro vientos sin importarme quien me escuche y cuanta envidia nos tenga. Porque te amo y nadie ésto lo cambiará. Eres la musa de mis días, la luna que me acuna en cada noche, eres tú, sólo tú y nada más que tú. Y eres tú, la única que me hace sentir vivo, que me enseñó a querer y amar como se ama de verdad, capaz de despertar las ilusiones y sentidos, viajar a nuestros sueños de la mano hasta el final. Porque sólo contigo sé que puedo llegar a ese mundo ideal dónde sólo nosotros dos podemos estar disfrutando y amándonos hasta nuestro final.

-No sabes cuan feliz me haces sentir al oírtelo decir. Me llena de vida escucharte decirme éstas hermosas palabras y más contemplando éstas hermosas vistas y poder compartirlas contigo.

-Saldremos adelante a pesar de los problemas, y lo que no a separado la distancia
no lo va a separar nadie bailemos bajo la luna nuestro tema. Ese tema que tanto nos ha definido en cada instante, en cada paso de nuestros días.

-Preferiría parar el tiempo, cambiar toda una vida por un segundo junto a ti en éste cuento mi príncipe, vivo de tus sonrisas y me pierdo en tu esmeralda mirada.

-Cada mañana me inunda tu recuerdo y quiero tenerte cerca tan cerca que no respire, en el choque de tus labios mi boca no saldrá ilesa.

-Tengo miedo a que mi familia no quiera aceptar nuestro amor, y me quieran retener en mi país.

-A pesar de la distancia quien la sigue la consigue déjame decirte que, estés aquí, allí o más allá. Por lejos que tú estés de mí, no habrá barreras que se interpongan en nuestro amar. Hoy te he traído el desayuno hasta la terraza y ansío que me comas a besos, porque mi boca nunca se acaba, amarte hasta de madrugada, mientras escalas por mi cuerpo gastaremos el tiempo entre las sábanas.

-Querido me has emocionado no sabes cuánto ansió subir hasta la luna cada noche, quererte hasta que duela, contar las estrellas a tu lado, pensarte con los labios, dibujar corazones con tu nombre y llevarte a mi mundo de la mano. ¡Júrame que me quieres!, promete que me esperarás por siempre, que todo lo que sientes será eterno, que el miedo ya no vuelve, que sepas que nunca vas a perderme, que tu eres el príncipe, mi príncipe de antaño lo mejor que tengo y que sueño con verte en un futuro aquí a mi lado.

-Princesa lo juro, por éstas mariposas en el vientre, y miradas que se cruzaron y acabaron de la mano sin separarse ni un segundo, y si tiramos la toalla que sea para ducharnos juntos...

-Te amo Víctor, te amo más que a nada en éste mundo y sé que ésto es real, y que más allá de la distancia que nos pueda separar, tú me esperarás y confío en éste amor que yo siento por ti. Mas el amor que ambos sentimos es la salvación de ésta maldición que me posee. No me dejes Víctor.

La obscuridad cegaba mi vista y el sueño volvió al comienzo, era obscuro y estaba encerrado en aquella habitación fatuosa llena de fuego. Podía ver a alguien gritarme al otro lado del fuego, sus manos afiladas me arañaban la espalda y acariciaba mi pecho desnudo. Tengo miedo me decía mentalmente, pero tenía que ser fuerte, era sólo un sueño. La sangre manaba de mi dulce cuello, sus dientes afilados me rasgaban las carnes y me destrozaban por dentro. Cual veneno de una víbora recorriendo todo mi cuerpo.

No volví a despertar, la ambulancia llegó y me internaron en aquel hospital. Los médicos no encontraban solución a mi problema, mi cuerpo estaba lleno de quemaduras y arañazos, había perdido mucha sangre. Había caído en un coma, del cuál dudaban mucho que fuera a despertar.

Me encontraba hospitalizado en un hospital de otra ciudad, y en él desconocían mi identidad.

Mientras tanto en el hospital donde se hallaban Edgar y Uriel ocurrían cosas muy extrañas, por las noches las doctoras decían ver sombras vagar por los pasillos. Uriel presentaba daños físicos y deterioro en su piel. Edgar cada día que pasaba ansiaba salir de aquel horrible lugar, pero cada vez que miraba a Uriel sentía un sentimiento tan profundo como el que sentía por mí. Pero era diferente algo a la vez corría por sus latidos, era amor y odio. Culpaba a todos mi desaparición, las doctoras le mintieron a Edgar, no querían decir que yo había muerto, no podían soportar otro ataque como el de la última vez.

Tía Dorothy mientras tanto en mi casa tenía problemas, la policía la culpó por intento de secuestro de Emily y de su sobrina. La casa cada día iba empeorando y las sombras iban haciendo de las suyas.

Emily junto con Bianca se iban acercando más a aquella torre obscura donde sospechaba Jefferson que se encontraría mi querida Mery. 

2 comentarios:

  1. T.T TE JURO QUE ME HE EMOCIONADO que bonitoooooooo, que palabras y que sensiblidad le has puesto a este capitulo nene <3 quiero ser la princesa :$ xD cuanto amor en cada verso, si me estaba imaginando en dentro de la novela y se me caia la baba vaya. Y ahora otro hospitalizado y con esas pesadillas horribles U.U" lo estoy viendo todo a punto de la derrota, no se que pueda pasar para parar la obscuridad que se cierne sobre cada personaje pero algo o alguien tiene que luchar contra ello por que sino....buff *cruzando dedos* pero te admito que de todos los capitulos este me ha emocionado bastante cone sas palabras y rimas preciosas que has puesto en boca de Victor y Dafne ^^

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    1. heheheh :$$ sí, como veo ya estás dando cuenta de que algo o alguien tene que poner fin a ésta obscuridad, la lucha tendrá que detonar tarde o temprano, pero quién será quien se bata a duelo con quién? i sí, le puse mucho sentimiento a éste capítulo :$ quería que así fuera :$

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