CAPÍTULO
19: EL CONTRATO.
Ha amanecido el sol ha
comenzado a filtrarse por las cortinas en ésta solitaria y amplia
habitación. Minutos más tarde llega una joven enfermera a traerme
el desayuno.
-Buenos días señor
Uriednery. ¿Cómo se encuentra hoy?
-Buenos días. ¿La
verdad? Ni yo mismo lo sé. ¿Por qué me llamas Uriednery?
No entiendo nada unos me
llaman Víctor, y ahora otros Uriednery.. No entiendo nada...
-Porque así es como pone
encima de su cama.
Me giré y miré encima
de la cama, en ella ponía una tarjetita con mi nombre, mi grupo
sanguíneo y mis alergias.
Uriednery grupo sanguíneo
A+ Alérgico a: Polen, Olivos, Ácaros del polvo...
-No entiendo por qué la
gente de ayer me llamaba Víctor.. ¿Sabes algo a cambio?
-Señor no estoy al tanto
de lo ocurrido, sólo me limito a repartir el desayuno.
Terminó de colocar el
desayuno en la mesita y se marchó.
No entiendo nada, todo
ésto me resulta tan extraño. Será mejor que me levante a ir al
servicio, estar tumbado aquí me incomoda un poco. Intento levantarme
pero.. ¿Qué pasa? ¿Por qué no responden mis piernas? ¿Qué es lo
que está ocurriendo?
-¡Enfermera! Llamé
desesperadamente pero no respondían.
Pasados unos minutos
llegó una enfermera y me encontró tirado en el suelo. Pidió ayuda
y me ayudaron a incorporarme en la cama.
-¿Qué me ocurre? ¿Por
qué no siento las piernas? Decía llorando de la impotencia.
-Tranquilo, cálmate voy
a llamar al doctor.
Pasados unos minutos el
doctor acudió a la habitación.
-¿Qué le ocurre?
¿Qué me ocurre? ¿Que
Qué me ocurre? ¿y tú eres médico?
-No siento las piernas.
-Cálmate, no intentes
moverte. Vamos a llevarte a quirofano y vamos a mirarte a ver qué es
lo que ocurre.
Me llevaron al quirófano
y vieron que tenía los huesos de las piernas rotos y que tendrían
que operar. Les escuché que la operación tendría que ser cuidadosa
ya que tenía un estado delicado de salud y podría salir mal. Y
quedarme paraplégico para siempre. Al escuchar aquellas palabras me
dio un bajón de azúcar y me desmayé. Me llevaron a la habitación
y pasados unos minutos una chica rubia con ojos azules y muy
maquillada entró a la habitación. Yo abrí los ojos y al verla me
sorprendí era la misma chica del día anterior. ¿Cómo se llamaba?
No lo recuerdo. Hoy viene vestida con un traje parece una empresaria.
Se ve que ha de manejar mucho dinero
-Buenos días Víctor.
¿Cómo te encuentras hoy?
-Buenos días. Me
encuentro mal.
-Cari debes de recordar
mi pequeño ángel.
-No recuerdo quien eres.
Lo siento.
-¿Cómo es posible que
no me recuerdes? Si yo soy tu...
La interrumpí porque no
soportaba oírla hablar, tenía miedo.
-¿Soy tu qué?
-Eres mi marido Víctor,
debes de hacer el esfuerzo para acordarte de mí. Me duele verte ahí,
¿qué dirán tus hijos cuando nazcan?
-¿Tu marido?, ¿mis
hijos?, ¿estás embarazada?
No podía creérmelo,
cuánta información tan de repente. Pero para estar embarazada no se
le notaba.
-¿De cuántos meses
estás?
-Estoy de bien poco, las
pruebas me las hice el otro día y salieron positivas.
-Hay algo que no
entiendo... ¿Por qué dicen que llevo años en coma? Y ahora me
vienes tú y me dices que estás embarazada de mí. No recuerdo nada.
-No llevas tanto tiempo
en coma. El otro día tuviste un accidente y sólo has perdido la
memoria. Por cierto mi amor, he venido para que me firmes unos
documentos. Quisiera que por favor firmaras éstos documentos ya que
son urgentes y muy importantes.
-¿Unos documentos?
¿Sobre qué?
Uno despierta de un coma
y tiene muchas responsabilidades, no entiendo nada. Prefiero estar
acostado.
-Unos documentos para las
escrituras de nuestra casa.
-¿Es que no está hecha
la escritura?
Todo ésto me resulta
raro, me tiene confundido. No recuerdo nada de lo que dice ésta
chica.
-Mira por si no me crees
te he traído algo que te ayudará a recordar.
Del bolso saca una copia
de mi DNI y unos álbumes de fotos en los que salimos retratados
ambos. Al ver la foto del DNI me doy cuenta que tiene razón en
cuanto a que me llamo Víctor y al ver las fotos creo empezar a
recordar algo. Es cierto que estoy casado con ella, aquí están
presentes las fotos de la boda, pero no recuerdo el momento. Se nos
ve una pareja muy unida, me da pena el no poder recordar nada.
-Mi vida, creo que estoy
empezando a recordar.
No podía decir otra
cosa, pero es que no recuerdo nada.. Pero si ella es feliz viéndome
decir que sí lo recuerdo me conformo.
-¿Enserio? Me decía
saltando de alegría. Se acercó a mis labios y me besó.
No siento nada con sus
besos, ¿Es normal? ¿Quizá sea por el accidente? Todo ésto me
tiene confundido no entiendo nada.
-Bueno amor mío debes de
firmar el documento. Aquí abajo. Me decía señalándolo.
-Pero tendré que leerlo
¿no?
-¿No confías en mí
amor? Me decía con la cabeza cabizbaja.
-Claro que confío, pero
me gusta leer siempre lo que voy a firmar.
-No hace falta son muchas
hojas y en todas pone lo típico.
-Bueno... confío en ti.
Cogí los documentos y
los firmé, tras firmar los documentos me volvió a besar y se
despidió. Tengo algo raro metido en el pecho. Pero no sé qué es
exactamente.
-Bueno mi vida he de
marcharme volveré a visitarte te amo.
Cierra la puerta y me
vuelvo a quedar solo, no digo que no la crea pero es que hay algo que
no me termina de convencer. Quizá me precipité en firmar los
documentos. Se la veía muy interesada en mi firma. Bueno será mejor
que no le de muchas vueltas a la cabeza, acabo de despertar de un
coma profundo y lo que menos debo de hacer es pensar en todo.
¡Toc,Toc!
¿Quién podrá ser? No
espero a nadie, los doctores no habían dicho nada de operarme por
ahora.
-¿Quién es? Dije con
tono bajo.
-Buenos días Víctor,
¿Se puede?. Era una voz masculina, y volvía a llamarme Víctor.
-Adelante, pasa.
El chico entró a la
habitación iba vestido con una camisa a cuadros azules y blancos,
unos pantalones vaqueros negros y el pelo desaliñado. Se ve que debe
de ser un chico de aproximadamente 25 años.
-¿Cómo te encuentras
hoy? Me preguntaba mientras se sentaba a mi lado.
-Cansado, disculpa que te
pregunte.. pero.. ¿Quién eres?
Cuanto me gustaría saber
quien es se le ve una noble persona.
-Víctor soy yo, Edgar tu
mejor amigo, tu hermano, tu todo. Me duele que no me recuerdes, mira
he traído algo que quizá te hará recordar cosas, te lo iré
leyendo todos los días hasta que al fin lo recuerdes todo y puedas
explicarme cosas como hacías antes del accidente.
Veo que tiene una mirada
triste, perdida, solitaria, se ve que es cierto lo que dice, habla
con mucho dolor y las lágrimas parece que le piden a gritos a sus
ojos ser liberadas. Siento un extraño dolor en el pecho, es como que
me impide respirar.
-¿Qué es lo que traes
ahí?
Saca un libro parece un
diario, es muy bonito y tiene la inicial de Víctor, no lo recuerdo
tampoco.
-Es tu diario, lo
encontré en tu habitación el otro día y quise leerlo estaba
desesperado, tengo miedo hay cosas que bueno en fin.. no tienen mucha
lógica pero tienen tu letra y supuse que también estarían escritas
por ti.
Se le ve asustado, como
si hubiera pasado algo, dice que ese diario es mío pero yo no lo
recuerdo, la letra se ve que es igual en cada una de las páginas
pero yo no recuerdo como es mi letra..
-¿Edgar verdad? No debes
tener miedo, no recuerdo todo ésto pero quizá todo tiene un por
qué, no debes darle vueltas, si eres quien dices que eres no tengo
por qué reprocharte nada en cuanto al haber cogido mis cosas pero..
¿Cómo lo has cogido? ¿Quién te ha dado la llave de mi casa?
¿Me habré dejado la
puerta abierta? O.. ¿Habrá sido mi mujer la que le invitaría a
pasar?
-¿Víctor? Vivo contigo,
tranquilo verás como con el paso del tiempo lo recordarás todo.
Debes de tener fe y ser paciente.
¿Vive conmigo? Ahora sí
que no entiendo nada.
-¿Vives conmigo? No
entiendo...
-¿Qué es lo que no
entiendes?
Pues todo.. ¿Qué iba a
ser sino?
-¿Es que no vivo con mi
mujer?
-¿Mujer?
¿Por qué se sorprende?
Es mi mejor amigo según dice.. debería de saberlo..
-Edgar.. será mejor que
te vayas, estoy empezando a encontrarme mal y creo que voy a tomarme
el desayuno y a dormir un poco.
-¿Pero Víctor?
-Por favor márchate...
Edgar se levantó y se
marchó con la cabeza baja y con las lágrimas a punto de salir.
Preferí que se marchara
no podía soportar la idea de crearme más confusiones, ha sido un
día muy completo y eso que acaba de empezar..
-¿Qué le ocurre? ¿Por
qué ha dicho mujer? Será mejor que me vaya a casa.. hay algo que no
me termina de convencer..
-¡Ay! Mi querido Víctor
que fácil me lo pusiste ahora ya no tendrás que temer me has
firmado todos y cada uno de los documentos que tanto ansiaba. Menos
mal que ésta mañana madrugué para poder hacer todo ésto. Ahora
estás casado conmigo legalmente, me has dejado tu fortuna a mi
poder, ahora ambos compartimos una gran fortuna, nunca imaginé que
tuvieras tanto poder en tus manos. Pero sabré administrarlo, además
de las reformas que haré en nuestra mansión me has firmado los
documentos para crear una gran empresa y la constructora empezará
hoy mismo con todas las obras. No puedo esperar más. Ahora sólo me
falta lo más importante el bebé, le he dicho que me he quedado
embarazada.. debo de conseguir un hijo mañana a la noche iré a por
él será lo más placentero que jamás haya vivido. ¡Ay! Mery estás
hecha toda una fiera. Será mejor que marche a la constructora para
avisar.
-¡DOROTHY RELLISMARE!
¿Dónde está tu sobrina?
-¿Mi sobrina? Salió muy
temprano. Ya te lo dije ésta mañana. ¿Qué te ocurre?
-¿Qué me ocurre? ¿Que
qué me ocurre? Tu sobrina, no ha tenido mejor idea que decirle a
Víctor que es SU mujer. Que están casados.. ¿Pero tu sobrina está
loca?
-¿Cómo? Espera.. ¿Qué?
-¿Perdonad cómo? Decía
Emily sorprendida.
-Lo que escucháis. Mery
se ha vuelto loca.
-¿Que Mery se ha vuelto
loca? Eso ya lo sabíamos todos Edgar. Decía Dafne mientras dejaba a
la gata en el suelo.
-Dafne, no sabes lo
último. Mery ha dejado a Víctor en el hospital con nada más y nada
menos que.. ¡Casado!
-Hijo no has dicho nada
coherente. Sería mejor haber dicho que lo ha atado.
-Me estoy perdiendo, ¿por
favor alguien que me quite ésta cosa que me pierde?
-Querida que mi sobrina
ha tenido la fatal idea de decirle a Víctor que están casados..
-¡Qué! Pero.. ¿Qué se
fuma tu sobrina? ¿Cómo es posible?
-No lo sé, pero Víctor
ésta mañana estaba muy confundido, ya acepta que lo llamemos
Víctor. Pero está confundido, lo noto, su mirada perdida y a la vez
atenta leía cada palabra que salía de mis labios Será mejor que
Mery nos de una explicación buena de lo que está haciendo porque
algo me dice que ésto no ha terminado aquí. Voy a ir a preparar la
medicina de Uriel y aprovecharé para la de Víctor. Por favor Dafne
y Emily acompañadme al dormitorio. ¡Ah! Dorothy he de darte algo,
necesito que veas algo.
-Ahora mismo subo hijo,
voy a ir un momento a sacar la basura.
Dorothy al abrir la
puerta se encontró una enorme bola de hierro color negro que colgaba
de una enorme grúa demoledora.
-¡AH! ¡SOCORRO! Gritaba
mientras corría pasillo adentro.
-¡Alto! ¡Parad la
máquina! Decía el jefe de obras. Pero ya era tarde la puerta cayó
al suelo junto con gran parte de la pared.
-¿Qué ocurre? ¡Qué es
éste ruído? Decía Edgar asustado.
-¿Se puede saber qué
estáis haciendo? Decía Dorothy a los obreros.
-Disculpen, pero tenemos
órdenes para demoler la casa. Vamos a empezar a edificar.
-¿Demoler la casa? ¿Con
qué permiso? ¿Edificar? No entiendo nada, voy a llamar a la
policía.
-Tenemos el permiso de la
dueña de la mansión y si no les importa vamos a continuar.
-¿la dueña de la casa?
Algo me dice que Mery tiene que ver en ésto. Por favor puede darme
el permiso de obras.
Edgar insistía en ver el
permiso de obras. Y éste se lo entregó. Acto seguido Edgar entró a
la casa y junto con las demás comenzaron a sacar las cosas
importantes y las llevaron al sótano esa parte no iba a ser tocada.
Al abrir la puerta del sótano algo extraño se notó, era un calor
un tanto fatuoso. Las obras se detuvieron durante unas cuantas horas,
ya que tenían que guardar todos los muebles en el sótano. Tras
finalizar la “mudanza” las obras retomaron su camino y todos en
la puerta comenzaron a ver el numerito que Mery montó. Una vez
demolida la mansión los obreros comenzaron a limpiar los destrozos y
empezaron a edificar. Edgar junto con Dorothy estaban en la mesa de
planos con el arquitecto y la verdad es que la mansión nueva y el
proyecto maqueta que había era inmensa parecía una enorme ciudad
reducida en una única casa. La verdad, el solar estaba muy pobre con
la mansión que había, ahora está bien aprovechada. Tras pasar
varias horas Mery se dignó a aparecer.
-Contigo quería yo
hablar. ¿Se puede saber qué es todo ésto? No me lo puedo creer ¿y
todas éstas bolsas qué son?
-Por favor Edgar no me
mires así, te he comprado ropa nueva a ti y a las chicas, creo que
va siendo hora de hacer cambios en nuestras vidas. He ido a ver a
Víctor ésta mañana y le propuse un cambio radical. Bueno no lo
propuse lo incité a hacer un cambio.
-¿Un cambio? ¿Un cambio
Mery? ¿Tú estás bien de la cabeza? Estás completamente loca
sobrina. Le gritaba Dorothy.
-Tía por favor no me
regañes soy lo suficientemente mayor y madura para saber lo que hago
con mi vida. Y creo que va siendo hora de que me formalice, así
que.. ahora dejaré de ser la señorita Rellismare y pasaré a ser la
señora de Lucksim.
-¿La señora de Lucksim?
¿Qué estás diciendo? Decía Dafne asustada.
-Lo que oyes abuela,
ahora soy la esposa y futura madre del señor más rico de la ciudad
Víctor Lucksim.
-No me lo puedo creer
sobrina, tu obsesión ha podido contigo y has llegado muy lejos con
ésto pero temo a que ésto vaya a más. Debes de parar ahora,
necesitas un médico que te saque esa obsesión de adentro querida.
-No me regañes, al menos
yo voy a sacar adelante todo lo que me he propuesto, ya va siendo
hora. ¿No creen? Al menos deberíais de estar agradecida de que no
os he mandado a la calle. Os dejé el sótano de mientras,
disfrútenlo.
-No me lo puedo creer,
jamás pensé que ésto pudiera llegar a éste extremo. Mery estás
enferma.
-Déjala querida, no
merece la pena discutir. Ya está todo hecho, veremos a ver cómo
acaba todo ésto. Sólo espero que Víctor no acabe mal, porque si
no...
-Tranquila Emily, él no
sufrirá, él ahora es mío y yo soy de él. Seremos la familia feliz
que tanto ha deseado.
-¿Querrás decir que
tanto HAS deseado TÚ? Decía Edgar furioso.
-Bueno calmaos, las obras
van avanzando en menos de una semana las obras habrán acabado, que
por cierto, no son las únicas que han empezado. También han
empezado a construir la mayor empresa de moda del mundo.
-¿Empresa de moda?
Pero.. ¿Mery? ¿Qué estás haciendo? Decía Dafne.
-Tranquilidad, en menos
de una semana todo habrá terminado y me agradeceréis todos éste
gran cambio.
La noche a llegado y
todos pasaron al sótano a cenar las obras continuaban su marcha,
Mery había obligado a los obreros a trabajar día y noche sin parar.
La noche había sido muy dura Edgar pasó la noche leyendo el diario
y a la mañana siguiente..
-Buenos días Víctor.
-Hola ¿Quién eres tú?
Respondí.
Parece que ahora todo el
mundo quiere algo de mí.
-Soy yo Dafne, tu... no
sé como podría definirme..
Yo tampoco, ¿mi abuela?
-¿Abuela?
Su cara cambió en cuanto
dije aquella palabra, creo que me equivoqué, pero es que no puedo
decir otra cosa.
-¿Mi madre?
Tampoco, algo se me
escapa.
-No, Victor no soy ni tu
madre ni tu abuela. Soy tu en fin.. No me creerías si te lo dijera.
La pobre está muy
nerviosa, no entiendo por qué, pero la verdad se la ve triste. Es
toda una abuelita encantadora viste ropas muy atrevidas para su edad,
pero bueno. Cada cual tiene el dereco de vestir como quiera.
-¿Por qué no te
creería? Desde que desperté nada tiene sentido, así que..
Adelante, no temas.
Que bueno soy animando la
verdad es que como psicólogo me forraría. ¡Un momento! Si estoy
forrado.. según mi mujer somos adinerados. Teniendo en cuenta la
forma de vestir que tenía y que vivimos en una mansión... ¿Será
mi asistenta?
-Ya lo sé, ¿eres mi
asistenta?
Creo que he metido la
pata, no debí decir eso, su cara ahora es furiosa.
-Víctor, escúchame lo
que voy a decirte, soy tu novia, aparentemente puedo parecerte una
vieja, una abuela o lo que tú quieras, pero soy joven y hermosa, ¿no
me recuerdas? Hace años nos encontramos, yo huía de los guardias de
palacio, soy una princesa. Y bueno estoy maldecida. ¿No recuerdas
nuestros viajes para buscar la medicina para curar a Edgar? Y más
tarde para curar a Uriel. ¿No lo recuerdas?
Ahora sí que me ha
matado, ¿mi novia? Estoy siéndole infiel a Mery. Ésto no va bien
Víctor debes de recordar todo cuanto antes. Pero es que no recuerdo
nada por más que quiero.
-Debes de hacer un
esfuerzo, no soy exactamente tu novia, porque no terminamos de
formalizarnos. Al menos pienso que estábamos viviendo un algo
juntos. En nuestros viajes vivimos grandes momentos.
Cada vez ando más
perdido. ¿Qué clase de hombre soy?
-¿Si eras joven y
hermosa cómo es posible que ahora seas anciana?
¿Qué ridícula la
pregunta no?
-Víctor querido, estoy
maldecida. Hay cosas de mí que no sabías pero cuando pensé que era
el momento de que las supieras fue demasiado tarde y pensé que
habías muerto.
-Es que por más que
quiero recordar no lo recuerdo. Todos me decías cosas incoerentes,
nada tiene sentido. Entiéndeme. Sólo pido tiempo y espacio para
poder ordenar mi cabeza, acabo de despertar y me estáis agobiando
con tanto tema.
-Mery está haciendo
salvajadas y locuras con tu casa, ha cambiado la vida de todos. Está
completamente loca.
-¡Un respeto a mi mujer!
No la puedes despreciar de esas formas.
Se levantó de la silla y
me gritó.
-¡No es tu mujer! ¡Es
una cría mal criada e inmadura! Está cegada por la obsesión que te
tiene, tú nunca la viste como mujer. Tú me deseabas, matabas por
éste cuerpo.
La verdad es que tiene
razón no siento nada por Mery, pero..¿Yo mataba por ese cuerpo que
está consumido? Creo que ya lo recuerdo todo.. fue una noche loca de
borrachera y acabé en un burdel.. pero no diré nada vayamos a que
me suelte una bofetada..
-Lo siento, pero no sé
qué decir. La verdad es que estoy muy confundido, debes de darme
tiempo y espacio. Sólo te pido que por favor no estreséis a mi
mujer, está embarazada y no quiero que pierda al bebé.
-¿Está embarazada? Es
lo último que me faltaba por escuchar ésta mañana. ¡Mira Víctor,
no sé qué te habrá contado esa zorra! ¡Pero te voy a decir una
cosa, esa a la cual llamas “mi mujer” nos ha echado de la casa,
nos ha mandado al sótano a vivir, está construyendo una nueva
mansión, está derrochando TU dinero y te está manipulando a su
antojo! No sé hasta cuándo vas a seguir con éste tipo de problema
mental que tienes pero ojalá la poción de Edgar haga efecto porque
si no... no sé que será de nosotros. Sólo pediré por ti y por tu
bien. Me marcho Víctor que tengas un buen día.
Cerró de un portazo, la
verdad es que sus palabras rompieron los muros de mi sensibilidad
pero cada vez estoy más confundido.. No sé qué pensar, ni qué
hacer.
-Hola Víctor ¿Cómo
estás hoy? Decía la doctora Alani
-Buenos días, ¿la
verdad? Agotado.
-Debes de reposar la
operación será mañana y tiene y debe de salir todo bien. No temas,
por favor debes de firmar éste documento.
¿Otro documento?
-De acuerdo, ¿Me dejarás
leerlo?
-Claro Víctor, pero pone
lo típico que pone en los documentos antes de una operación.
Me transmite más
confianza que mi mujer, no lo leeré. Confío en ella. Lo firmo y se
lo entrego.
-Aquí tienes. Por
cierto.. ¿Cuánto tiempo he estado en coma?
-¿A qué viene ésta
pregunta?
-Necesito respuestas no
más, son muchas las cosas las que me cuentan y necesito saber cosas
para ir recordando.
-Llevas casi 6 años en
coma, te encontramos muy malherido en la playa. Pensamos que te
morías. Pero por lo menos lo malo ha pasado y ya has vuelto en sí.
¿6 años? Mi mujer me
dijo unos días no más... No entiendo nada..
-Está bien.. Gracias...
-Si necesitas algo, pulsa
el botón que tienes junto a la cama. No dudaré ni un segundo en
venir. Que tengas un buen día hijo.
Hijo.. me habla con una
dulzura, la doctora De Riva se la ve tan tierna y dulce. Es hermosa,
pero no debo pensar en más mujeres. Bastantes mujeres he tenido por
hoy.
Mientras tanto en el
hospital de Uriel..
-Doctor, ¿Cuánto me
queda para el alta?
-Aún te queda bastante,
estamos haciendo pruebas para ver qué fue lo que hizo que volvieras
en sí y el que cayeras en coma. No entendemos nada.
-Está bien.. Respondía
Uriel con la cabeza agachada.
-Buenos días Uriel soy
Edgar he venido para darte algo que te ayudará a recuperarte.
-¿Qué le vas a dar?
Decía el doctor.
-Nada del otro mundo, es
manzanilla. La preparó ésta mañana la abuelita y dije le llevaré
un poco a Uriel para que la pruebe. Decía nervioso.
-Está bien, pero debe de
saber que no está permitido ingerir cosas que vengan de fuera. Haré
la vista gorda, sólo porque huele muy bien. Pero por favor no traiga
más cosas.
-De acuerdo doctor,
¡Gracias!
-Gracias por venir y
traerme ésto. La verdad es que pensé que no se iría nunca ese
doctor. ¿Eres Edgar verdad? ¿Es manzanilla?
-No, es una poción que
te sanará.
-¿Una poción? Suena a
brujería..
-Sí. Decía mientras
sonreía.
-Huele muy bien. Será
mejor que me la tome rápido. No quiero que se enfríe.
Uriel al tomarse el
brebaje empezó a sentir algo extraño en su cuerpo su malestar
comenzó a desaparecer pero sus piernas seguían sin funcionar. El
color rojizo de sus ojos comenzó a emblanquecer y su piel pálida
comenzó a tomar color.
-Gracias Edgar, me
encuentro mucho mejor. Creo que ha sido lo mejor que me han podido
dar. Ahora tengo la esperanza de que pronto me darán de alta.
Mientras tanto en la
mansión.
La mansión continúa su
rumbo Mery les insiste a los obreros a trabajar más rápido y
contrata más hombres para las obras.
-Si todo sale como tengo
planeado Víctor sólo será mío. Será mejor que vaya a comprarme
algo de lencería para ésta noche.
-Querida, creo que tu
sobrina ha perdido el norte. No parece la misma, ha sido enterarse de
que Víctor está vivo y ha comenzado a cambiar. Pero a peor. Que
Víctor no recuerde nada ha sido un punto a su favor, habría que
hacer algo para cambiar el rumbo de todo ésto o al final nos
salpicará a nosotras.
-Tienes razón Emily pero
no podemos hacer nada, mira dónde estamos metidas. En la boca del
lobo. Ahora aquí en el sótano. Menos mal que la puerta esa está
cerrada y sellada. Que si no... No quiero imaginar lo que sería de
nosotras. Aunque noto la presencia de algo maligno tras la puerta. No
me gusta nada. Y Dafne ésta mañana marchó a hablar con Víctor
espero que lo haya hecho entrar en razón. Y Edgar fue a visitar a
Uriel.. ¿Cómo le habrá ido?
-Espero que bien.
Respondía Emily mientras recogía los platos de la mesa.