domingo, 7 de diciembre de 2014

CAPÍTULO 1º ARJÉ: EL ORIGEN DE LA LUNA DE SANGRE.

CAPÍTULO 1º ARJÉ: EL ORIGEN DE LA LUNA DE SANGRE.



Me daba miedo conocer la realidad, pero de ésta forma podría entender algo más mi vida, y sobre todo lo que me une a Uriel.
No sé si está bien lo que Uriel ha creado, ¿Una maldición que nos llevará al comienzo de todo? ¿Y si ahora quedamos malditos como Dafne? ¿Y si no podemos regresar? Yo nunca he viajado entre mundos antes, ¿Será lo mismo que viajar por un portal? ¿Qué habrá allí? ¿Quién será Uriel? Me duele la cabeza de tanto pensar, tengo miedo.
  • ¿En qué piensas Víctor? Decía tía Dorothy mientras me colocaba su mano en mi hombro derecho.
  • En nada, sólo pensaba qué habrá sido de tu sobrina. No hemos vuelto a saber más nada de ella tras lo ocurrido ésta mañana en la catedral.
  • Es algo que me sigue escamando a mí también. Ésta muchacha se ha vuelto completamente loca. – Respondía Tía Dorothy sentándose lentamente en la silla que había junto a la mía.
  • Bueno chicos, creo que debemos de prepararnos ya para lo que viene siendo un largo viaje. Tengo que daros unos pequeños apuntes antes de dar el paso. Todo lo que veáis u oigáis no lo toquéis, si no seréis atrapados en el espacio. Decía Uriel muy serio.
  • No te entiendo Uriel, ¿Qué es eso de que no toquemos? – Dije confundido.
  • Yo creo que sé a lo que se refiere querido, Uriel ha dicho que no toquemos a la serie de portales de espacio tiempo que irán apareciendo en nuestro viaje. Ya que si nos acercamos a ellos seremos atrapados por alguna etapa de la historia y quién sabe lo que pueda pasar ahí. Debemos entrar todos y salir todos. Respondía Dafne.
  • Exacto así es Dafne, veo que estás al tanto de lo que es viajar entre maldiciones. - Decía Uriel. – Debo deciros que una vez vea el momento en el que vamos a ir os avisaré y una vez dentro de esa época todos irán al lugar de donde proceden.
  • ¿Qué quieres decir Uriel? Respondía Edgar asustado. – ¿No querrás decir que volveré a casa con mis padres no?
  • No, además no creo que vayamos a esa época. O puede que sí, no lo sé si corresponde a tu tiempo. Respondía Uriel confundiéndonos a todos más.
  • No entiendo nada Uriel estoy completamente confundido, y tengo miedo. Entonces nos separaremos de nuevo, esto es un sin vivir. ¿No podemos estar todos juntos ya de una vez y dejar de separarnos? Dije con voz temblorosa.
  • Está claro que es el destino estar separados, pero de ésta forma sabremos quién es quién y qué hizo desatar a la oscuridad. Decía tía Dorothy. – Yo creo que volveré a Oz.
  • ¿Oz? Dije confundido.
  • Sí, es una larga historia Víctor. Decía Edgar sonriendo mientras miraba a tía Dorothy. – Entonces volveré a… ¿Cómo se llamaba? ¡AH! Alemania.. mi antiguo hogar.
  • O puede que no, Edgar, repito que nadie sabrá dónde irá a parar hasta que no lleguemos. Volvía a insistir Uriel.
No entiendo nada, es que no tiene nada sentido. ¿Qué clase de locura se le ha metido ahora a éste. Cómo vamos a ir al pasado. ¿Qué será esa maldición? ¿Una máquina del tiempo?



Todos subimos al ático, ya tenía ganas de subir y la verdad mi sorpresa fue enorme. Yo me imaginaba un gran artefacto tipo máquina del tiempo pero no, no era un gran artefacto, era nada más y nada menos que un jarrón de pequeño tamaño con un líquido morado en su interior.
  • Debéis de poneros todos en el interior de éste círculo, y no debéis de tocar nada de lo que hay alrededor. Decía Uriel.


El círculo estaba hecho de sal gorda y en los cuatro extremos que imagino que representaban los puntos cardinales. Norte, Sur, Este y Oeste.
En el norte estaba situada la espada de Dafne simbolizando la valentía, en el sur estaba mi diario representando su gran sabiduría, en el este estaba la taza desportillada de Edgar y por último una de las muñecas de mis hijas en representación de la inocencia. 
En el centro nos encontrábamos todos, Tía Dorothy, Emily, Edgar, Dafne, y yo. Uriel derramó el contenido del frasco y éste líquido brillante y espeso color morado recorrió todo el perímetro del círculo creando a su vez una densa niebla color morado con grandes estruendos como si de una gran tormenta se tratase.
Uriel entró corriendo en esa tormenta donde nos encontrábamos todos y fuimos atrapados por la gran tormenta. Mery que estaba detrás de la puerta saltó junto con nosotros pero nadie logró verla ya que la niebla era demasiado densa e impedía ver a nadie.
De pronto fuimos absorbidos por un túnel del espacio tiempo color morado y con grandes tormentas en su interior y podía ver a su alrededor grandes escenas de la historia de todos los que estábamos dentro del túnel. Aquello era sorprendente nunca imaginé que pudiera estar viviendo aquel momento. En ese momento se escuchó una carcajada muy familiar y un disparo. Y Acto seguido el “SALTAR” de Uriel.

A penas ha caído la noche y ya se escuchan los gritos de los vecinos de la aldea correr a encerrarse en sus casas. Desde la ventana de mi humilde hogar puedo ver las antorchas correr de un lado para otro. Los aldeanos mayores pretenden enfrentarse a la bestia que habita en los bosques.
Madre se encuentra alterada, padre aún no regresó a casa y estamos los tres solos entre luces y sombras.
Aún soy demasiado joven para salir a combatir a la bestia pero algo en mí me pide a gritos salir. Mi hermano apenas puede caminar es un crío todavía... ¿qué debo de hacer? No puedo abandonarles, padre me dejó a cargo de la casa. Tengo miedo, el corazón comienza a latir más y más rápido, un metalizado sabor a sangre aparece en mi boca. Tengo miedo, ya están ahí las bestias de la noche. Ya se han ido las nubes que cubren la luna de sangre, es la gran noche de la maldición todo fuera son gritos de desesperación. La bestia anda suelta sedienta de sangre y hambrienta de carne, busca un alma pura que maldecir y ampliar su manada oscura.


No aguanto más éste ansia que me grita en mis adentros. No puedo soportar oír más los gritos de desesperación. Ésta aquí es ella la muerte vaga alrededor de nuestras casas.

  • ¡Uriel, no! Gritaba madre tras verme correr hacia el bosque oscuro. Cayendo de rodillas al suelo y alargando la mano para impedirme ir.

Mi hermano no paraba de llorar y yo no aguantaba más la presión. Los tambores en la aldea no paraban de sonar. La alarma cada vez era más sonada y el eco retumbaba entre las copas de los árboles.
No puedo dejar de correr, mi cuerpo camina solo entre la oscuridad de la noche.

Puedo oír los gritos aún en la aldea, las bestias han conseguido entrar. Algo me susurra al oído de que madre está en peligro quiero volver atrás, pero el miedo me tiene paralizado. ¿Qué me ocurre? Hay algo acechándome entre la sombra de los árboles. Tengo miedo, me ha estado persiguiendo todo el camino. Es ella, de la cual me han estado protegiendo durante mis primeros años de vida. Wendigo o más conocido como el hombre lobo la bestia de la luna sangrienta. Puedo notar su cálido aliento recorrer todo mi paralizado cuerpo, no puedo moverme, tengo miedo.

He perdido por completo todo el control de mi cuerpo, él domina ahora mis cinco sentidos, su hedor lo puedo notar rozándome mi fino y alargado cuello. Su mirada endemoniada no deja de recorrer cada centímetro de mi cuerpo. Su hocico se acerca a mi cuerpo y no para de olerme. ¿Acaso no va a atacarme?

Me tiene paralizado, soy una presa fácil y no se lanza a destrozar mi cuerpo. ¿Qué le ocurre? Algo en mí comienza a quemarme en el bolsillo. Introduzco mi fina y fría mano en mi bolsillo izquierdo del pantalón y noto una gran calidez.

Mi firópetra, la piedra que padre me había entregado estaba ardiendo. Desprendía una luz cegadora que me hizo recuperar el control de mi cuerpo y salí corriendo. La bestia salió tras de mí aullando, era un aviso para todas las bestias que estuvieran por la zona. Iban a por mí, me quieren matar como a todos los de mi aldea. Ya es tarde para volver atrás, todo habrá acabado para cuando regrese.

La lluvia había empezado a caer fuerte, en poco rato una gran tormenta se había formado. Tropecé con una raíz de un árbol y caí al barro. La bestia saltó hacia mí y cerré los ojos apretando fuerte mis dientes y mis dedos contra el barro. Pero algo o alguien disparó a la bestia y ésta salió tras ese ser dejando mi cuerpo hundido en el barro.

Por un momento pensé que mi vida había terminado ahí. Volví a abrir los ojos y vi que no había nadie, me escondí entre los árboles y me aguardé de la tormenta para poder pasar la noche.

Al amanecer el sol me despertó, todo parecía estar en calma y decidí volver a la aldea. Al llegar allí todo estaba con el humo blanco de haberse apagado el fuego. Todas las casas habían echado a arder. La muerte se había llevado a todos los habitantes de mi aldea incluida a mi madre y a mi pequeño hermano. O al menos eso pensaba hasta encontrar una pequeña nota que había manchada en sangre en el suelo. Apenas se podía entender ya que estaba toda la tinta corrida y entre el barro, la tinta y la sangre apenas se podía entender nada. Volví a salir y no quedaban apenas restos de nadie. Mi alma se había enfriado no podía derramar ninguna lágrima. Aún mantenía la esperanza de que padre estuviera vivo aunque anoche fue la peor de todas las noches. Había criaturas por todos lados, eran enormes con afilados colmillos y garras, todo su cuerpo cubierto de pelo y sus enormes ojos malditos color rojo sangre y dorados como el sol.

Salí de la aldea y comencé a caminar sin rumbo, desde aquel momento me di cuenta que estaba solo ante el mundo y me hice un hombre, el hombre que hoy soy.

Puedo escuchar las voces en el viento susurrar como mi madre me decía que la magia siempre me ha rondado. Padre me hizo entrega de ésta piedra y me dijo que algún día entendería su significado.

Durante siglos mi familia ha estado envuelta en un ambiente de magia y mi hermano era parte de mí. Y me lo extirparon pensando que era un maligno ser cancerígeno. O al menos eso me hizo creer...

He viajado por varios reinos y he visto cosas que jamás imaginé ver, seres que sólo aparecían en mis pesadillas producidas por los cuentos y leyendas que padre me contaba.

A lo lejos puedo ver humo…


"Toc,toc" toco a la puerta de aquella acogedora casa. Nadie responde, pero la puerta se abre. Me siento hambriento y la verdad es que huele bastante bien.

Abrí la puerta y…

  • Hola, ¿Hay alguien? Perdona estaba abierta y pasé.
Nadie respondía, la casa estaba bastante descuidada por dentro. Hay un caldero en el centro de la habitación. Mi gema comienza a brillar, algo ocurre aquí. Un frío comienza a correr y unas manos rozan mi cuello deslizándose por mi espalda.
  • ¿Qué se supone que estás haciendo en mi casa? Me decía una voz femenina y con cierta madurez.
Me giré y su cuerpo cambió al de una joven señora de edad adulta.
  • Mi nombre es Elphaba Tropp, qué es lo que buscas en mi casa. Me decía mirándome de arriba abajo.
  • Mi nombre es Uriel Lunansk y soy huérfano, vengo desde muy lejos. Ando perdido y necesito comer algo.

  • No recibo visitas desde hace milenios. Es curioso que hayas llegado tan lejos tú solo. Y sobre todo hayas llegado a ésta zona del bosque oscuro del reino de Oz.

  • Han sido varios meses los que llevo fuera, apenas soy un chico pero mi soledad me ha hecho madurar y me siento todo un hombre.


  • Lo veo en tus ojos, mas no dudo de tus palabras. Pero no eres bienvenido en mi reino. Deberás marcharte pero antes quisiera que me hicieras un favor. Debes de encontrar a un joven llamado Víctor Lucksim. Se encuentra en otro mundo paralelo al nuestro. Es un mundo vació lleno de sentimientos vacíos y corrompidos por el capitalismo y el deseo de poder. Le debes de arrebatar la vida y entregarme su corazón. Su alma es pura e inocente y la necesito para completar un enigma.
  • No puedo hacer lo que me pides, no puedo arrebatar la vida a nadie. Soy incapaz de ello.
  • Si no lo haces te mataré y te daré de comer a mis monos voladores. Tú decides. Decía mientras se evaporaba en un espeso humo verde.

Víctor Lucksim, ¿Quién será ese joven? No sé por qué me ha dado una corazonada de que le conozco de algo.

Ha pasado ya mucho tiempo desde que huí de mi aldea, no he vuelto a saber nada de padre y aún tengo una espina clavada en mi pecho. ¿Estará viva madre y mi pequeño hermano?