CAPÍTULO
15: ALIANZA DEL MAL.
Han pasado ya tres meses
desde que empezamos a fabricar la quinta piedra de portal, la
ánimuspetra. Según el libro de Dafne al estar las 5 piedras juntas
se abrirá el portal obscuro, y de entre esa obscuridad las
serpientes que portaba ofiúco saldrán a la luz.
La verdad es que desde
aquella conversación que mantuvimos en la fiesta de bienvenida no ha
habido muy buen ambiente en casa. Todo ha sido muy frío, yo por mi
parte preferí acercarme a Dafne, Dorothy también se vino con
nosotras, aunque claro ella era neutral porque Mery era su sobrina y
no la podía dejar de lado. Había que buscar y encontrar una
solución a ésto pero nada parecía darnos respuesta. La flor de la
cual iba a nacer la quinta piedra necesitaba un último ingrediente,
una lágrima de la verdad. Dafne me comentó que en éste mundo la
verdad es algo que escasea y es cierto. Nadie suele ir con la verdad
nunca, bien por miedo a no hacer daño, o bien por ocultar cosas, o
bien por querer ser algo que no es por el rechazo hacia su persona.
-Buenos días chicos,
¿Cómo habéis amanecido hoy? Dije.
-Buenos días Emily, la
verdad es que hoy ando un poco decaído, la ausencia de Víctor no
calma la ansiedad y el vacío que hay en mi pecho cada vez es mayor.
Me respondía Edgar.
-Debes de ser fuerte mi
niño, no debes aferrarte al dolor, piensa que él está ahora en un
sitio mucho mejor, y que desde ahí arriba él nos cuida y nos ama.
Le decía para tranquilizarlo.
-Tienes razón, debo
pensar en otra cosa y aceptar su muerte. Por cierto, voy a ir con
Mery a ver a Uriel al hospital.. ¿Te vienes?
-¿Estás listo ya Edgar?
Decía Mery mientras cogía la chaqueta del perchero que se
encontraba junto a la puerta.
-Sí, yo ya estoy
preparado. ¿Qué me dices Emily, vienes?. Respondía Mery mientras
me preguntaba.
-De acuerdo, me vendrá
bien algo de distracción. Le dije.
-Tened cuidado chicos,
miren que tiempo hace, a pesar de ser ya primavera los vientos y
tormentas invernales no nos dejan. Nos decía Dorothy.
-Sí, tía. Respondía
Mery mientras cerraba la puerta.
Dorothy se quedó con
Dafne en casa limpiando y preparando la comida para al medio día.
Nosotros mientras tanto, íbamos en dirección al hospital. Pero
Edgar tenía miedo aún por lo que podrían decir los médicos tras
su huida.
Una vez en el hospital
fuimos a ver a Uriel, y allí estaba aún sin dar señal de
respuesta.
-Hola Edgar por fin
apareces, ¿Cómo te encuentras?, ¿podemos tomarte un análisis?, es
más bien para comprobar que todo anda bien. Decía la doctora.
-Está bien. Todo sea
para acabar con todo ésto ya de una vez.
-Uriel no ha dado señal
de recuperación ¿Verdad?. Respondía.
-Siento decirle que aún
sigue igual señorita Emily.
-Tengo ganas que
despierte, me caía muy bien. Respondía Emily mientras le cogía de
la mano.
-Pero si me dijiste que
no lo conocías. Le decía Edgar.
-Sí, pero no tanto como
a ti. Respondía Mery.
-Hemos estado haciéndole
pruebas. Y no hay forma humana de entender los resultados. Decía la
doctora.
-¿A qué se refiere con
ésto? Respondí confusa.
-Quiero decir que en los
resultados de las muestras de sangre, no hay signos de vida. Es como
si todo estuviera paralizado dentro de su cuerpo. Quiero decir con
ésto que no es un coma. Si no que está muerto, pero su corazón
parece latir. Decía confusa la doctora.
-Es extraño ésto que
nos cuenta, pero no entiendo ¿Cómo va a estar muerto en vida?. Creo
que será mejor que nos vayamos y volvamos en otro momento. Mira la
hora que es y no es plan de llegar tarde a casa, además el tiempo
parece que empeora. Decía intentando acabar la conversación para
salir corriendo del hospital.
-Aquí tienen los
resultados del análisis de Edgar. Todo parece haber mejorado, así
que puedes irte tranquilo pero no hagas tonterías. Aún seguimos
investigando qué fue lo que pudo hacer que te ocurriera aquello.
Decían los médicos.
-Gracias y hasta pronto.
Decíamos todos al unísono.
En el camino de vuelta a
casa, decidí conducir yo para ir más rápido y poder contarlo en
casa lo ocurrido. Edgar y Mery me miraban confundidos tras haber
escuchado todo e intentaban hablar conmigo pero yo no podía
responder. Algo en mí estaba naciendo y tenía muchas dudas en la
cabeza. Al llegar a casa, aparqué el coche en la cochera y ellos
fueron al comedor, pero yo subí a la habitación y cogí el libro de
Dafne para buscar información sobre los muertos en vida. Debería de
haber algo ahí, pero no encontraba nada. Bajé hacia el comedor y lo
comenté en la comida.
-Tengo algo que contaros,
no os va a gustar, pero es lo que ha ocurrido. Decía alterada.
-¿Qué es lo que pasa?,
¿Qué es lo que ocurre? Decían Dorothy y Dafne asustadas.
-La doctora me ha
comentado el estado de Uriel y me ha dejado un tanto confundida,
jamás pensé que fuera a oír aquellas palabras. Uriel está muerto,
pero su corazón no ha dejado de latir. Los análisis que le han
estado haciendo muestran la muerte de sus células y organismos de su
cuerpo. En resumidas cuentas es como si fuera un zombie. Creo que lo
que comentásteis del polvo espejo le ha ido matando como un virus
hasta caer en el coma.
-¿Cómo sabes todo ésto?
Decía Dorothy.
-He estudiado medicina y
ésto es algo muy difícil de explicaros. No sabría explicarlo, sólo
necesito hacer un estudio sobre el tema. Así que tengo algo de lo
que necesito, por suerte nadie me ha visto y me he traído una
muestra de sangre de Uriel.
-¿Has robado una muestra
de sangre?. Decían Edgar y Mery.
-Necesito las pruebas
para ver lo que ocurre aquí. Y algo me dice que ésto es un gran
descubrimiento. Podríamos ir a las islas espejo para coger un poco
de polvo y hacer pruebas. Ésto podría ser un gran avance en mi
carrera como médica.
-Emily creo que estás
demasiado alterada, no te vendría nada mal que comieras tranquila y
descansaras, te ha afectado mucho el verle en la cama. Decía Dafne.
Al acabar la comida Dafne
me acompañó a la cama me tomó la temperatura y tenía décimas de
fiebre, tenía razón estaba empezando a delirar por la fiebre. Pero
no podía dejar de pensar en él. Tenía razón Edgar cuando decía
que al ver a Uriel veía a Víctor, mi impresión al verle fue esa,
parecía que veía a Víctor en vez de a Uriel. Se me rompía el alma
al verle postrado en esa cama sin poder moverse ni verle “vivo”.
-Emily, hay cosas que aún
no sabes, yo tampoco aunque sospecho. Pero aún no puedo apresurarme
a hablar, porque no quiero meter cosas donde no son. Decía Dafne.
-¿Qué quieres decir?
Respondí.
-Uriel, desde que yo vine
siempre estaba con Víctor y él ocultaba cosas, nunca quería hablar
de él, era como miedo a un rechazo. Me recordaba a mí, y en uno de
tantos enfrentamientos que hemos tenido él descubrió mi secreto y
yo estuve a punto de descubrirle. Pero fue tarde, él cayó enfermo,
y tras su hospitalización Víctor parecía haber cambiado. Notaba a
Víctor muy débil aunque él aparentara estar fuerte, su mirada se
iba apagando cada vez más. Decía cabizbaja.
-Yo me di cuenta también
de como Víctor había cambiado, él parecía ir consumiéndose
lentamente y sufriendo un dolor interno. Pero nunca quise preguntarle
por miedo a meter la pata.
-Ahora lo que debes de
hacer es relajarte, y calmarte. Yo me ocuparé de buscar en el libro
para ver qué puedo encontrar. Me decía mientras me arropaba y
besaba mi frente.
Dafne estuvo durante
varias horas mirando el libro para poder encontrar algo sobre el
tema, pero no encontraba nada que se pareciera a zombies.
Mientras tanto Edgar,
Mery y Dorothy abajo en el salón comentaban lo ocurrido en la
comida.
-Tía tú que eres
creyente de éstos temas, ¿Qué es lo que piensas?.
-La verdad, no lo sé.
Hay tantas cosas que no puedo dar respuesta que ésta es una de
ellas. Decía confundida.
-Es extraño, pero yo
pienso como Emily, puede que sea por un virus, el polvo ese puede que
le haya contagiado de algún virus. Respondía Edgar.
-Es lo más probable, que
sea eso. Pero supuestamente, el brebaje que preparamos lo había
curado... Decía Dorothy más confundida.
-Es cierto, ese brebaje
me curó y me hizo despertar. Respondía Edgar.
-Disculpad chicos, pero
vengo a comentar algo. Decía Dafne.
-Ya viene la vieja a dar
por culo... gritaba Mery.
-Mery.. por favor,
contrólate. Respondía Dorothy. ¿Qué quieres querida? Le decía
dulcemente.
-Gracias Dorothy, he
estado mirando en mi libro sobre lo de Uriel y la verdad es que no
viene nada, pero tengo la sensación de que algo se me escapa y no sé
el qué. Decía Dafne cabizbaja.
-Hola chicos, ¿Cómo va
la tarde?. Decía cansada.
En ese momento hubo un
gran terremoto que hizo sacudir toda la casa, nos asustamos tanto por
el gran temblor que nos escondimos bajo la mesa del salón por miedo
a que nos cayera algo en la cabeza. Y asustados comenzamos a gritar,
aterrados por lo ocurrido.
-¡Que pedazo de
terremoto!, gritó Edgar.
-No me ha gustado para
nada el terremoto, ha sido muy fuerte y me pareció oír algo en el
sótano. Dijo Dorothy.
-Yo también lo noté,
será mejor que baje a ver qué ha ocurrido. Dije asustada.
-Espera, te acompaño.
Decía Dafne.
-¡Tú no vas a ningún
lado vieja!, ya voy yo. Decía Mery.
Me acerqué hacia la
puerta del sótano y de entre la obscuridad un gélido escalofrío
recorrió todo mi ser, unos ojos rojos aparecieron ante mí dejándome
el cuerpo completamente petrificado por el terror.
-Querida Emily, ¡Cuánto
tiempo!, lo estás haciendo muy mal, querer saber tanto está muy
pero que muy mal.
-¿Qui.. quién.. quién
eres? Dije aterrorizada.
-Tranquila, no voy a
hacerte nada. Me decía mientras sentía como unas manos recorrer
todo mi cuerpo por el interior de mi ropa, rozándome cada centímetro
de él y apretándome fuerte en el cuello. -No te va a pasar nada,
sólo si me obedeces estarás libre de cualquier daño. Debes de
matar a todos, quiero ver sufrir a cada uno de los miembros que
habitan en ésta casa. Necesito más dolor y poder para que mi
venganza sea grande, grande, ¡GRANDE!
-¿Qué ocurre Emily?
Decía Mery mientras se acercaba hacia a mi.
Mery me agarró del brazo
y una bandada de cuervos salieron de entre la obscuridad que habitaba
en el sótano. Clavándonos sus afiladas garras en los brazos y
rostros a las dos.
Mery no paraba de gritar
del susto por lo ocurrido, yo seguía de pie, petrificada aún por el
miedo tras lo ocurrido. La fiebre me volvió a subir y caí al suelo
desmayándome. Todos asustados acudieron a nosotras y nos vieron
ensangrentadas por las heridas y sobre todo por mí, que caí y quedé
inconsciente. Dafne notó una extraña sensación abajo en el sótano
y decidió bajar, pero Mery se lo impidió.
-No quiero que bajes, haz
el favor de cerrar esa puerta.
-Yo sólo quiero ver qué
hay ahí abajo. He notado una extraña sensación.
-Será mejor que se
cierre, ya hemos visto demasiado por hoy.
-Creo que será mejor que
baje contigo Dafne, bajaremos los dos. Decía Edgar mientras la cogía
de la mano.
-Edgar.. ¿Qué haces?.
Decía Mery.
-Será mejor que ayudes a
tu tía a llevar a Emily al sofá y llames a la ambulancia. Yo voy a
ver qué ha pasado en el sótano. Decía Edgar muy fríamente.
-Vamos Edgar. Decía
Dafne mientras bajaba escaleras abajo.
Al bajar al sótano se
encontraban los dos sumidos en una infinita obscuridad, Dafne
encendió la luz y vio todo tirado por los suelos y una enorme grieta
abierta en el suelo. De la cual unas luces moradas y negras se podían
apreciar.
-¡Es un portal!. ¡Ha
aparecido un nuevo portal!. Gritaba Dafne.
-Eso de ahí.. ¿Es un
portal?, ¿Por ahí es por donde se va a esos mundos?. Decía Edgar.
-¡Así es, pequeño!. Ha
aparecido un portal. O tal vez, ya se encontraba ahí el portal y
estaba tapado por el cemento del suelo. Pero noto algo extraño aquí
abajo, es como si no estuviéramos solos. Noto la presencia de algo
maligno. Decía asustada.
-¿Maligno?, ¿Qué
quieres decir?
La ambulancia ya había
llegado y me llevaron al hospital, la fiebre había aumentado y
Dorothy junto con Mery marcharon al hospital para acompañarme. Edgar
y Dafne se quedaron solos en casa investigando lo ocurrido. Y Dafne
encontró un montón de cajas antiguas llenas de viejos recuerdos.
-Todas éstas cosas, ¿Qué
son?. Decía confusa.
-¿Qué pasa?, déjame
ver. Decía Edgar.
-¿En ésta casa sólo ha
vivido Víctor cierto? Preguntaba Dafne.
-Sí, al menos que yo
sepa, sólo él ha estado viviendo aquí. Yo en los años que llevo
viviendo aquí, he bajado sólo un par de veces y nunca he visto
éstas cajas. Aunque tengo que decir que, nunca he venido a ésta
zona del sótano. Ésta habitación es enorme y parece un laberinto.
Es como una segunda casa, y hace bastante frío es como si algo raro
hubiera aquí. Además hay un cierto aroma que impide respirar bien.
Decía Edgar mientras se cubría con su camiseta la nariz.
-Es cierto, aquí abajo
parece haber más cosas de las que jamás podría haber imaginado
nunca. Decía Dafne mientras investigaba la zona.
Ambos comenzaron a andar
por las habitaciones del sótano y vieron lo grande que era aquello.
Parecía una vivienda antigua a los pies de la casa. Dafne no podía
parar de sentir aquella extraña sensación y comenzó a pasar sus
manos sobre la pared mientras que Edgar revisaba las cajas. Dafne
notó que había una pseudopared, llamó a Edgar y él rompió la
pared. Al parecer esa pared bajaba aún más otra planta, los dos
asustados decidieron bajar hacia esa otra planta aún más fría y
más obscura iluminados por un candil antiguo que había en esa zona
del sótano. Al bajar vieron un enorme salón empedrado con un altar
en el centro. Una voz le susurraba que no avanzaran más, que estaban
en peligro.
-¿Qué ha sido esa voz?,
Decía Edgar asustado.
-Tranquilo, no tengas
miedo. Decía Dafne para tranquilizarlo.
La humedad del lugar
hacía que la piel de Dafne se humedeciera haciendo que Dafne se
transformara en sirena.
-¡Ah, NO! Gritaba Dafne.
-¿Qué ocurre?, ¿¡Qué
pasa!?. Gritaba asustado Edgar al verle.
Dafne se iba
transformando en una sirena, poco a poco su piel se iba poniendo más
pálida, sus cabellos se iban aclarando a un rojizo pálido. Sus ojos
estaban cambiando de color verde a negro. Sus uñas habían aumentado
de tamaño y sus afilados dientes estaban aumentando su tamaño.
-¿Qué me está
ocurriendo? ¿Por qué tengo ésta forma?. ¿Yo nunca he sido así?.
Decía asustada, ardiendo en dolor.
-Dafne, ¿qué está
ocurriendo?. Tengo miedo.
Dafne continuaba mutando,
sus piernas se iban transformando en una enorme cola escamada y en el
cuello empezaban a salirle branquias.
-¡Rápido Edgar sécame
no dejes que me termine de mutar por favor, no quiero hacerte daño!.
Edgar intentaba secarle
con su ropa. Se quitó la camiseta y comenzó a secarle todo el
cuerpo pero no había forma, ella le era imposible no moverse, el
dolor la hacía retorcerse y la humedad recorría todo su cuerpo. El
nervio hacia que sudara y el sudor influía también. Edgar
aterrorizado se acercó hacia el altar en el cual había un ataúd y
en él había unas inscripciones.
“Hic iacet atra nocte
animam” 1596
-Ésto es latín. ¿Qué
está haciendo ésto bajo la casa de Víctor? Aquí yace el alma
obscura de la noche. ¿Qué habrá aquí dentro?.
Edgar decidió abrir el
ataúd rompiendo las cadenas con una piedra y al abrirlo encontró
los huesos de una mujer. Había un cadáver de una mujer vestida con
un vestido rojo y se veían mechones blancos en su cabeza . Un
medallón colgaba de su cuello, era una piedra verde, por sus formas
daba la impresión de ser la lágrima de un dragón. Una piedra que
guardaba un poder inmenso. La recogió y fue a ayudar a Dafne, tenía
miedo y no quería volver a estar ahí abajo. Dafne se encontraba muy
debilitada y apenas podía moverse, Edgar aprovechó el momento para
secarla y subirla hacia el sótano y allí la recostó en un sofá.
Dafne entró en calor y quedó completamente desnuda y debilitada, la
fiebre le había empezado a subir también a ella. Edgar no sabía
como actuar y quiso colgarle la piedra en su cuello para ver qué
ocurría. Mientras él seguía mirando las cajas y encontró fotos en
blanco y negro y periódicos antiguos del año 1596.
-Todo ésto, ¿qué está
haciendo aquí?. Víctor nunca me dijo que ésta casa no había sido
suya. Siempre dijo que era la herencia de su madre. Pero ésto es muy
antiguo, no entiendo nada. Ésta zona me da bastantes escalofríos y
por no mencionar lo que había ahí abajo. Tengo miedo, y ahora creo
que más al ver todo ésto.
“El matrimonio Lunansk
ha tenido un hijo endemoniado”
“Un embarazo filial”
“Hermanos separados por
la obscuridad”
-Todos éstos titulares
de prensa, no son muy agradables de ver y menos con éstas fotos. A
pesar de ser en blanco y negro impactan bastante. Nunca pensé que
todo ésto hubiera ocurrido o fuera real.
Edgar estaba
completamente asustado, en las fotos había una mujer dando a luz a
un joven chico y dentro de él se veía otro cuerpo, al cual se ve en
otra foto que lo tiran a la basura. En ese momento de atención en la
foto Edgar nota la presencia otra vez de una voz que le grita que
salga corriendo de aquel lugar. Él agarra a Dafne en brazos y suben
los dos corriendo hacia el salón. Vuelve a bajar para recuperar
algunas cajas y cierra corriendo la puerta del sótano. Pero mientras
la cierra siente algo correr hacia la puerta, no se podía ver qué
era pero la presencia chocó contra la puerta tras ésta ser cerrada.
-¿Qué ha sido ese
porrazo?. Tengo miedo, algo muy extraño está ocurriendo aquí, y no
tengo a nadie que me ayude. Será mejor que llame a Mery.
Edgar cogió el teléfono
asustado y llamó a Dorothy al móvil porque Mery aparecía fuera de
cobertura.
-¿Qué ocurre cielo?.
Respondía Dorothy.
-Dorothy, tenéis que
volver corriendo, algo está ocurriendo en la casa, hay alguien aquí
y Dafne está muy mal, se está muriendo, dile a una ambulancia que
venga corriendo.
Tras finalizar la llamada
y pasados 15 minutos la ambulancia llegó y se llevó a Dafne al
hospital. Dorothy y Mery se quedaron ésta vez con Edgar y estuvieron
los tres mirando las cajas.
-Será mejor que cierre
con candado la puerta del sótano, no me dan muy buena espina las
cosas que dices. Decía Dorothy.
-Has sido muy valiente
Edgar por haberte enfrentado a todo ésto. Decía Mery.
-Tengo miedo, no os
podéis hacer una idea de como es aquello. Parece el mismísimo
infierno. Respondía Edgar asustado.
-Tranquilos, pronto darán
de alta a Emily y juntos hallaremos una solución. Por suerte sólo
ha sido un susto, y respecto a Dafne me han dicho los médicos que la
van a encamar tenía muy mal aspecto. Hay que darse prisa en acabar
la ánimuspetra para poder ir a recuperar a su amuleto. Decía
Dorothy.
-Hay un portal ahí
abajo. Decía Edgar.
-¿Un portal? Respondía
Dorothy confusa.
-Sí, Dafne me dijo que
eso era un portal, habría que romper un poco más el suelo, porque
se encuentra bajo el cemento. A penas se puede ver la luz que
desprende. Decía Edgar.
-Bueno, será mejor que
descansemos, mañana será un nuevo día. Hoy ha sido un día muy
largo y con muchas cosas. Decía Dorothy.
A la mañana siguiente
desperté y me tomé el desayuno, ya me encontraba mejor, me dijeron
los médicos que Dafne había sido hospitalizada así que decidí ir
a verla. No podía creer aún todo lo que había vivido. Ella se
encontraba en muy mal estado, su piel estaba completamente congelada,
parecía estar muerta en vida como Uriel. Pero al menos ella tenía
vida, porque estaba sumida en un profundo sueño. Y su analítica
era normal. Los médicos me dieron el alta y decidí ir a casa con
los demás.
En el camino de vuelta,
me paré a mirar el cielo y brillaba una enorme esfera azul. Era
hermosa la luna, el frescor de la mañana humedecía mis mejillas y
las coloreaba de un rubor gélido.
-Hola chicos, ya he
vuelto. Decía mientras colgaba mi chaqueta en el perchero.
Estaban aún acostados,
normal, aún era temprano, a penas eran las 9 de la mañana. Me
acerqué a las escaleras y vi la puerta del sótano con candados, me
quedé un poco sorprendida y fui al salón y allí encontré unas
cajas con fotografías, objetos y prensa antigua. Extrañada y
confundida fui a la cocina a prepararme un buen desayuno para mí y
los demás.
-Buenos días Emily ¿Cómo
te encuentras?, ¿Cuándo has llegado? Decía Mery.
-Buenos días, he llegado
ahora mismo. ¿Por qué las cadenas en la puerta del sótano? Dije.
-Hay algo ahí abajo que
quiere entrar a la casa. Y mi tía decidió cerrar la puerta. Por
cierto hemos encontrado unas cajas donde hay unas cosas muy extrañas.
¿Tú sabes algo de la familia de Víctor? Es que al parecer hay una
casa abajo en el sótano y éstas cosas algunas son de la pertenencia
de él y otras de una familia. Pero hay también otro piso mucho más
abajo que parece un altar de piedra con un ataúd. Decía asustada.
-No, yo apenas sé de la
familia de Víctor. La que más sabe es Dorothy, ella ha estado
siempre con Anéri yo he sido amiga pero nunca tuve tanto como
Dorothy. Habrá que esperar a que se levante. Respondí.
Pasados un par de minutos
bajaron Edgar y Dorothy y comenzamos a desayunar mientras manteníamos
una conversación seria sobre el asunto.
-Creo que vamos a tener
que ser valientes y bajar al sótano, alguien debe de romper el suelo
para poder entrar por el portal. Decía Dorothy.
-Pero Dorothy no puedes
hacer eso, no sabes a donde te puede llevar. Le dije asustada.
-Estoy contigo Dorothy,
creo que será lo mejor. Pero hay que tener cuidado. Respondió
Edgar.
Durante toda la mañana
comenzamos a abrir las cajas y a segmentar todo lo que había dentro
de ellas, desde fotos, objetos y noticias hasta pequeñas muestras
para analizar. Aún se podían ver las huellas y quería investigar
su ADN. Después de comer decidimos bajar hacia el sótano y juntos
empezamos a romper el suelo. El portal era enorme y su luz cubría
toda esa primera habitación. Una vez abierto por completo Dorothy
dijo de pasar y Edgar quiso acompañarle. Mery asustada prefirió
quedarse conmigo, tenía miedo de no volver, o aún peor. Volver a
ser secuestrada por aquella sombra. Dorothy y Edgar saltaron y
nosotras volvimos a subir y a cerrar la puerta con el miedo de que
volviera a aparecer aquella extraña cosa.
-¿Qué es éste lugar?
Decía Edgar.
-Es OZ. Respondía
Dorothy con una sonrisa en el rostro.
-¿OZ?, ¿es un mundo de
esos tantos mundos verdad?.
-Así es. Éste es mi
mundo, donde yo venía de pequeña.
-Parece un bosque, vamos
a ver que hay. Respondía Edgar.