sábado, 2 de febrero de 2013

CAPÍTULO 15: ALIANZA DEL MAL.

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CAPÍTULO 15: ALIANZA DEL MAL.

Han pasado ya tres meses desde que empezamos a fabricar la quinta piedra de portal, la ánimuspetra. Según el libro de Dafne al estar las 5 piedras juntas se abrirá el portal obscuro, y de entre esa obscuridad las serpientes que portaba ofiúco saldrán a la luz.
La verdad es que desde aquella conversación que mantuvimos en la fiesta de bienvenida no ha habido muy buen ambiente en casa. Todo ha sido muy frío, yo por mi parte preferí acercarme a Dafne, Dorothy también se vino con nosotras, aunque claro ella era neutral porque Mery era su sobrina y no la podía dejar de lado. Había que buscar y encontrar una solución a ésto pero nada parecía darnos respuesta. La flor de la cual iba a nacer la quinta piedra necesitaba un último ingrediente, una lágrima de la verdad. Dafne me comentó que en éste mundo la verdad es algo que escasea y es cierto. Nadie suele ir con la verdad nunca, bien por miedo a no hacer daño, o bien por ocultar cosas, o bien por querer ser algo que no es por el rechazo hacia su persona.

-Buenos días chicos, ¿Cómo habéis amanecido hoy? Dije.

-Buenos días Emily, la verdad es que hoy ando un poco decaído, la ausencia de Víctor no calma la ansiedad y el vacío que hay en mi pecho cada vez es mayor. Me respondía Edgar.

-Debes de ser fuerte mi niño, no debes aferrarte al dolor, piensa que él está ahora en un sitio mucho mejor, y que desde ahí arriba él nos cuida y nos ama. Le decía para tranquilizarlo.

-Tienes razón, debo pensar en otra cosa y aceptar su muerte. Por cierto, voy a ir con Mery a ver a Uriel al hospital.. ¿Te vienes?

-¿Estás listo ya Edgar? Decía Mery mientras cogía la chaqueta del perchero que se encontraba junto a la puerta.

-Sí, yo ya estoy preparado. ¿Qué me dices Emily, vienes?. Respondía Mery mientras me preguntaba.

-De acuerdo, me vendrá bien algo de distracción. Le dije.

-Tened cuidado chicos, miren que tiempo hace, a pesar de ser ya primavera los vientos y tormentas invernales no nos dejan. Nos decía Dorothy.

-Sí, tía. Respondía Mery mientras cerraba la puerta.

Dorothy se quedó con Dafne en casa limpiando y preparando la comida para al medio día. Nosotros mientras tanto, íbamos en dirección al hospital. Pero Edgar tenía miedo aún por lo que podrían decir los médicos tras su huida.

Una vez en el hospital fuimos a ver a Uriel, y allí estaba aún sin dar señal de respuesta.

-Hola Edgar por fin apareces, ¿Cómo te encuentras?, ¿podemos tomarte un análisis?, es más bien para comprobar que todo anda bien. Decía la doctora.

-Está bien. Todo sea para acabar con todo ésto ya de una vez.

-Uriel no ha dado señal de recuperación ¿Verdad?. Respondía.

-Siento decirle que aún sigue igual señorita Emily.

-Tengo ganas que despierte, me caía muy bien. Respondía Emily mientras le cogía de la mano.

-Pero si me dijiste que no lo conocías. Le decía Edgar.

-Sí, pero no tanto como a ti. Respondía Mery.

-Hemos estado haciéndole pruebas. Y no hay forma humana de entender los resultados. Decía la doctora.

-¿A qué se refiere con ésto? Respondí confusa.

-Quiero decir que en los resultados de las muestras de sangre, no hay signos de vida. Es como si todo estuviera paralizado dentro de su cuerpo. Quiero decir con ésto que no es un coma. Si no que está muerto, pero su corazón parece latir. Decía confusa la doctora.

-Es extraño ésto que nos cuenta, pero no entiendo ¿Cómo va a estar muerto en vida?. Creo que será mejor que nos vayamos y volvamos en otro momento. Mira la hora que es y no es plan de llegar tarde a casa, además el tiempo parece que empeora. Decía intentando acabar la conversación para salir corriendo del hospital.

-Aquí tienen los resultados del análisis de Edgar. Todo parece haber mejorado, así que puedes irte tranquilo pero no hagas tonterías. Aún seguimos investigando qué fue lo que pudo hacer que te ocurriera aquello. Decían los médicos.

-Gracias y hasta pronto. Decíamos todos al unísono.

En el camino de vuelta a casa, decidí conducir yo para ir más rápido y poder contarlo en casa lo ocurrido. Edgar y Mery me miraban confundidos tras haber escuchado todo e intentaban hablar conmigo pero yo no podía responder. Algo en mí estaba naciendo y tenía muchas dudas en la cabeza. Al llegar a casa, aparqué el coche en la cochera y ellos fueron al comedor, pero yo subí a la habitación y cogí el libro de Dafne para buscar información sobre los muertos en vida. Debería de haber algo ahí, pero no encontraba nada. Bajé hacia el comedor y lo comenté en la comida.

-Tengo algo que contaros, no os va a gustar, pero es lo que ha ocurrido. Decía alterada.

-¿Qué es lo que pasa?, ¿Qué es lo que ocurre? Decían Dorothy y Dafne asustadas.

-La doctora me ha comentado el estado de Uriel y me ha dejado un tanto confundida, jamás pensé que fuera a oír aquellas palabras. Uriel está muerto, pero su corazón no ha dejado de latir. Los análisis que le han estado haciendo muestran la muerte de sus células y organismos de su cuerpo. En resumidas cuentas es como si fuera un zombie. Creo que lo que comentásteis del polvo espejo le ha ido matando como un virus hasta caer en el coma.

-¿Cómo sabes todo ésto? Decía Dorothy.

-He estudiado medicina y ésto es algo muy difícil de explicaros. No sabría explicarlo, sólo necesito hacer un estudio sobre el tema. Así que tengo algo de lo que necesito, por suerte nadie me ha visto y me he traído una muestra de sangre de Uriel.

-¿Has robado una muestra de sangre?. Decían Edgar y Mery.

-Necesito las pruebas para ver lo que ocurre aquí. Y algo me dice que ésto es un gran descubrimiento. Podríamos ir a las islas espejo para coger un poco de polvo y hacer pruebas. Ésto podría ser un gran avance en mi carrera como médica.

-Emily creo que estás demasiado alterada, no te vendría nada mal que comieras tranquila y descansaras, te ha afectado mucho el verle en la cama. Decía Dafne.

Al acabar la comida Dafne me acompañó a la cama me tomó la temperatura y tenía décimas de fiebre, tenía razón estaba empezando a delirar por la fiebre. Pero no podía dejar de pensar en él. Tenía razón Edgar cuando decía que al ver a Uriel veía a Víctor, mi impresión al verle fue esa, parecía que veía a Víctor en vez de a Uriel. Se me rompía el alma al verle postrado en esa cama sin poder moverse ni verle “vivo”.

-Emily, hay cosas que aún no sabes, yo tampoco aunque sospecho. Pero aún no puedo apresurarme a hablar, porque no quiero meter cosas donde no son. Decía Dafne.

-¿Qué quieres decir? Respondí.

-Uriel, desde que yo vine siempre estaba con Víctor y él ocultaba cosas, nunca quería hablar de él, era como miedo a un rechazo. Me recordaba a mí, y en uno de tantos enfrentamientos que hemos tenido él descubrió mi secreto y yo estuve a punto de descubrirle. Pero fue tarde, él cayó enfermo, y tras su hospitalización Víctor parecía haber cambiado. Notaba a Víctor muy débil aunque él aparentara estar fuerte, su mirada se iba apagando cada vez más. Decía cabizbaja.

-Yo me di cuenta también de como Víctor había cambiado, él parecía ir consumiéndose lentamente y sufriendo un dolor interno. Pero nunca quise preguntarle por miedo a meter la pata.

-Ahora lo que debes de hacer es relajarte, y calmarte. Yo me ocuparé de buscar en el libro para ver qué puedo encontrar. Me decía mientras me arropaba y besaba mi frente.

Dafne estuvo durante varias horas mirando el libro para poder encontrar algo sobre el tema, pero no encontraba nada que se pareciera a zombies.

Mientras tanto Edgar, Mery y Dorothy abajo en el salón comentaban lo ocurrido en la comida.

-Tía tú que eres creyente de éstos temas, ¿Qué es lo que piensas?.

-La verdad, no lo sé. Hay tantas cosas que no puedo dar respuesta que ésta es una de ellas. Decía confundida.

-Es extraño, pero yo pienso como Emily, puede que sea por un virus, el polvo ese puede que le haya contagiado de algún virus. Respondía Edgar.

-Es lo más probable, que sea eso. Pero supuestamente, el brebaje que preparamos lo había curado... Decía Dorothy más confundida.

-Es cierto, ese brebaje me curó y me hizo despertar. Respondía Edgar.

-Disculpad chicos, pero vengo a comentar algo. Decía Dafne.

-Ya viene la vieja a dar por culo... gritaba Mery.

-Mery.. por favor, contrólate. Respondía Dorothy. ¿Qué quieres querida? Le decía dulcemente.

-Gracias Dorothy, he estado mirando en mi libro sobre lo de Uriel y la verdad es que no viene nada, pero tengo la sensación de que algo se me escapa y no sé el qué. Decía Dafne cabizbaja.

-Hola chicos, ¿Cómo va la tarde?. Decía cansada.

En ese momento hubo un gran terremoto que hizo sacudir toda la casa, nos asustamos tanto por el gran temblor que nos escondimos bajo la mesa del salón por miedo a que nos cayera algo en la cabeza. Y asustados comenzamos a gritar, aterrados por lo ocurrido.

-¡Que pedazo de terremoto!, gritó Edgar.

-No me ha gustado para nada el terremoto, ha sido muy fuerte y me pareció oír algo en el sótano. Dijo Dorothy.

-Yo también lo noté, será mejor que baje a ver qué ha ocurrido. Dije asustada.

-Espera, te acompaño. Decía Dafne.

-¡Tú no vas a ningún lado vieja!, ya voy yo. Decía Mery.

Me acerqué hacia la puerta del sótano y de entre la obscuridad un gélido escalofrío recorrió todo mi ser, unos ojos rojos aparecieron ante mí dejándome el cuerpo completamente petrificado por el terror.

-Querida Emily, ¡Cuánto tiempo!, lo estás haciendo muy mal, querer saber tanto está muy pero que muy mal.

-¿Qui.. quién.. quién eres? Dije aterrorizada.

-Tranquila, no voy a hacerte nada. Me decía mientras sentía como unas manos recorrer todo mi cuerpo por el interior de mi ropa, rozándome cada centímetro de él y apretándome fuerte en el cuello. -No te va a pasar nada, sólo si me obedeces estarás libre de cualquier daño. Debes de matar a todos, quiero ver sufrir a cada uno de los miembros que habitan en ésta casa. Necesito más dolor y poder para que mi venganza sea grande, grande, ¡GRANDE!

-¿Qué ocurre Emily? Decía Mery mientras se acercaba hacia a mi.

Mery me agarró del brazo y una bandada de cuervos salieron de entre la obscuridad que habitaba en el sótano. Clavándonos sus afiladas garras en los brazos y rostros a las dos.
Mery no paraba de gritar del susto por lo ocurrido, yo seguía de pie, petrificada aún por el miedo tras lo ocurrido. La fiebre me volvió a subir y caí al suelo desmayándome. Todos asustados acudieron a nosotras y nos vieron ensangrentadas por las heridas y sobre todo por mí, que caí y quedé inconsciente. Dafne notó una extraña sensación abajo en el sótano y decidió bajar, pero Mery se lo impidió.

-No quiero que bajes, haz el favor de cerrar esa puerta.

-Yo sólo quiero ver qué hay ahí abajo. He notado una extraña sensación.

-Será mejor que se cierre, ya hemos visto demasiado por hoy.

-Creo que será mejor que baje contigo Dafne, bajaremos los dos. Decía Edgar mientras la cogía de la mano.

-Edgar.. ¿Qué haces?. Decía Mery.

-Será mejor que ayudes a tu tía a llevar a Emily al sofá y llames a la ambulancia. Yo voy a ver qué ha pasado en el sótano. Decía Edgar muy fríamente.

-Vamos Edgar. Decía Dafne mientras bajaba escaleras abajo.

Al bajar al sótano se encontraban los dos sumidos en una infinita obscuridad, Dafne encendió la luz y vio todo tirado por los suelos y una enorme grieta abierta en el suelo. De la cual unas luces moradas y negras se podían apreciar.

-¡Es un portal!. ¡Ha aparecido un nuevo portal!. Gritaba Dafne.

-Eso de ahí.. ¿Es un portal?, ¿Por ahí es por donde se va a esos mundos?. Decía Edgar.

-¡Así es, pequeño!. Ha aparecido un portal. O tal vez, ya se encontraba ahí el portal y estaba tapado por el cemento del suelo. Pero noto algo extraño aquí abajo, es como si no estuviéramos solos. Noto la presencia de algo maligno. Decía asustada.

-¿Maligno?, ¿Qué quieres decir?

La ambulancia ya había llegado y me llevaron al hospital, la fiebre había aumentado y Dorothy junto con Mery marcharon al hospital para acompañarme. Edgar y Dafne se quedaron solos en casa investigando lo ocurrido. Y Dafne encontró un montón de cajas antiguas llenas de viejos recuerdos.

-Todas éstas cosas, ¿Qué son?. Decía confusa.

-¿Qué pasa?, déjame ver. Decía Edgar.

-¿En ésta casa sólo ha vivido Víctor cierto? Preguntaba Dafne.

-Sí, al menos que yo sepa, sólo él ha estado viviendo aquí. Yo en los años que llevo viviendo aquí, he bajado sólo un par de veces y nunca he visto éstas cajas. Aunque tengo que decir que, nunca he venido a ésta zona del sótano. Ésta habitación es enorme y parece un laberinto. Es como una segunda casa, y hace bastante frío es como si algo raro hubiera aquí. Además hay un cierto aroma que impide respirar bien. Decía Edgar mientras se cubría con su camiseta la nariz.

-Es cierto, aquí abajo parece haber más cosas de las que jamás podría haber imaginado nunca. Decía Dafne mientras investigaba la zona.

Ambos comenzaron a andar por las habitaciones del sótano y vieron lo grande que era aquello. Parecía una vivienda antigua a los pies de la casa. Dafne no podía parar de sentir aquella extraña sensación y comenzó a pasar sus manos sobre la pared mientras que Edgar revisaba las cajas. Dafne notó que había una pseudopared, llamó a Edgar y él rompió la pared. Al parecer esa pared bajaba aún más otra planta, los dos asustados decidieron bajar hacia esa otra planta aún más fría y más obscura iluminados por un candil antiguo que había en esa zona del sótano. Al bajar vieron un enorme salón empedrado con un altar en el centro. Una voz le susurraba que no avanzaran más, que estaban en peligro.

-¿Qué ha sido esa voz?, Decía Edgar asustado.

-Tranquilo, no tengas miedo. Decía Dafne para tranquilizarlo.

La humedad del lugar hacía que la piel de Dafne se humedeciera haciendo que Dafne se transformara en sirena.

-¡Ah, NO! Gritaba Dafne.

-¿Qué ocurre?, ¿¡Qué pasa!?. Gritaba asustado Edgar al verle.

Dafne se iba transformando en una sirena, poco a poco su piel se iba poniendo más pálida, sus cabellos se iban aclarando a un rojizo pálido. Sus ojos estaban cambiando de color verde a negro. Sus uñas habían aumentado de tamaño y sus afilados dientes estaban aumentando su tamaño.

-¿Qué me está ocurriendo? ¿Por qué tengo ésta forma?. ¿Yo nunca he sido así?. Decía asustada, ardiendo en dolor.

-Dafne, ¿qué está ocurriendo?. Tengo miedo.

Dafne continuaba mutando, sus piernas se iban transformando en una enorme cola escamada y en el cuello empezaban a salirle branquias.

-¡Rápido Edgar sécame no dejes que me termine de mutar por favor, no quiero hacerte daño!.

Edgar intentaba secarle con su ropa. Se quitó la camiseta y comenzó a secarle todo el cuerpo pero no había forma, ella le era imposible no moverse, el dolor la hacía retorcerse y la humedad recorría todo su cuerpo. El nervio hacia que sudara y el sudor influía también. Edgar aterrorizado se acercó hacia el altar en el cual había un ataúd y en él había unas inscripciones.

Hic iacet atra nocte animam” 1596

-Ésto es latín. ¿Qué está haciendo ésto bajo la casa de Víctor? Aquí yace el alma obscura de la noche. ¿Qué habrá aquí dentro?.

Edgar decidió abrir el ataúd rompiendo las cadenas con una piedra y al abrirlo encontró los huesos de una mujer. Había un cadáver de una mujer vestida con un vestido rojo y se veían mechones blancos en su cabeza . Un medallón colgaba de su cuello, era una piedra verde, por sus formas daba la impresión de ser la lágrima de un dragón. Una piedra que guardaba un poder inmenso. La recogió y fue a ayudar a Dafne, tenía miedo y no quería volver a estar ahí abajo. Dafne se encontraba muy debilitada y apenas podía moverse, Edgar aprovechó el momento para secarla y subirla hacia el sótano y allí la recostó en un sofá. Dafne entró en calor y quedó completamente desnuda y debilitada, la fiebre le había empezado a subir también a ella. Edgar no sabía como actuar y quiso colgarle la piedra en su cuello para ver qué ocurría. Mientras él seguía mirando las cajas y encontró fotos en blanco y negro y periódicos antiguos del año 1596.

-Todo ésto, ¿qué está haciendo aquí?. Víctor nunca me dijo que ésta casa no había sido suya. Siempre dijo que era la herencia de su madre. Pero ésto es muy antiguo, no entiendo nada. Ésta zona me da bastantes escalofríos y por no mencionar lo que había ahí abajo. Tengo miedo, y ahora creo que más al ver todo ésto.

El matrimonio Lunansk ha tenido un hijo endemoniado”

Un embarazo filial”

Hermanos separados por la obscuridad”

-Todos éstos titulares de prensa, no son muy agradables de ver y menos con éstas fotos. A pesar de ser en blanco y negro impactan bastante. Nunca pensé que todo ésto hubiera ocurrido o fuera real.

Edgar estaba completamente asustado, en las fotos había una mujer dando a luz a un joven chico y dentro de él se veía otro cuerpo, al cual se ve en otra foto que lo tiran a la basura. En ese momento de atención en la foto Edgar nota la presencia otra vez de una voz que le grita que salga corriendo de aquel lugar. Él agarra a Dafne en brazos y suben los dos corriendo hacia el salón. Vuelve a bajar para recuperar algunas cajas y cierra corriendo la puerta del sótano. Pero mientras la cierra siente algo correr hacia la puerta, no se podía ver qué era pero la presencia chocó contra la puerta tras ésta ser cerrada.

-¿Qué ha sido ese porrazo?. Tengo miedo, algo muy extraño está ocurriendo aquí, y no tengo a nadie que me ayude. Será mejor que llame a Mery.

Edgar cogió el teléfono asustado y llamó a Dorothy al móvil porque Mery aparecía fuera de cobertura.

-¿Qué ocurre cielo?. Respondía Dorothy.

-Dorothy, tenéis que volver corriendo, algo está ocurriendo en la casa, hay alguien aquí y Dafne está muy mal, se está muriendo, dile a una ambulancia que venga corriendo.

Tras finalizar la llamada y pasados 15 minutos la ambulancia llegó y se llevó a Dafne al hospital. Dorothy y Mery se quedaron ésta vez con Edgar y estuvieron los tres mirando las cajas.

-Será mejor que cierre con candado la puerta del sótano, no me dan muy buena espina las cosas que dices. Decía Dorothy.

-Has sido muy valiente Edgar por haberte enfrentado a todo ésto. Decía Mery.

-Tengo miedo, no os podéis hacer una idea de como es aquello. Parece el mismísimo infierno. Respondía Edgar asustado.

-Tranquilos, pronto darán de alta a Emily y juntos hallaremos una solución. Por suerte sólo ha sido un susto, y respecto a Dafne me han dicho los médicos que la van a encamar tenía muy mal aspecto. Hay que darse prisa en acabar la ánimuspetra para poder ir a recuperar a su amuleto. Decía Dorothy.

-Hay un portal ahí abajo. Decía Edgar.

-¿Un portal? Respondía Dorothy confusa.

-Sí, Dafne me dijo que eso era un portal, habría que romper un poco más el suelo, porque se encuentra bajo el cemento. A penas se puede ver la luz que desprende. Decía Edgar.

-Bueno, será mejor que descansemos, mañana será un nuevo día. Hoy ha sido un día muy largo y con muchas cosas. Decía Dorothy.

A la mañana siguiente desperté y me tomé el desayuno, ya me encontraba mejor, me dijeron los médicos que Dafne había sido hospitalizada así que decidí ir a verla. No podía creer aún todo lo que había vivido. Ella se encontraba en muy mal estado, su piel estaba completamente congelada, parecía estar muerta en vida como Uriel. Pero al menos ella tenía vida, porque estaba sumida en un profundo sueño. Y su analítica era normal. Los médicos me dieron el alta y decidí ir a casa con los demás.
En el camino de vuelta, me paré a mirar el cielo y brillaba una enorme esfera azul. Era hermosa la luna, el frescor de la mañana humedecía mis mejillas y las coloreaba de un rubor gélido.

-Hola chicos, ya he vuelto. Decía mientras colgaba mi chaqueta en el perchero.

Estaban aún acostados, normal, aún era temprano, a penas eran las 9 de la mañana. Me acerqué a las escaleras y vi la puerta del sótano con candados, me quedé un poco sorprendida y fui al salón y allí encontré unas cajas con fotografías, objetos y prensa antigua. Extrañada y confundida fui a la cocina a prepararme un buen desayuno para mí y los demás.

-Buenos días Emily ¿Cómo te encuentras?, ¿Cuándo has llegado? Decía Mery.

-Buenos días, he llegado ahora mismo. ¿Por qué las cadenas en la puerta del sótano? Dije.

-Hay algo ahí abajo que quiere entrar a la casa. Y mi tía decidió cerrar la puerta. Por cierto hemos encontrado unas cajas donde hay unas cosas muy extrañas. ¿Tú sabes algo de la familia de Víctor? Es que al parecer hay una casa abajo en el sótano y éstas cosas algunas son de la pertenencia de él y otras de una familia. Pero hay también otro piso mucho más abajo que parece un altar de piedra con un ataúd. Decía asustada.

-No, yo apenas sé de la familia de Víctor. La que más sabe es Dorothy, ella ha estado siempre con Anéri yo he sido amiga pero nunca tuve tanto como Dorothy. Habrá que esperar a que se levante. Respondí.

Pasados un par de minutos bajaron Edgar y Dorothy y comenzamos a desayunar mientras manteníamos una conversación seria sobre el asunto.

-Creo que vamos a tener que ser valientes y bajar al sótano, alguien debe de romper el suelo para poder entrar por el portal. Decía Dorothy.

-Pero Dorothy no puedes hacer eso, no sabes a donde te puede llevar. Le dije asustada.

-Estoy contigo Dorothy, creo que será lo mejor. Pero hay que tener cuidado. Respondió Edgar.

Durante toda la mañana comenzamos a abrir las cajas y a segmentar todo lo que había dentro de ellas, desde fotos, objetos y noticias hasta pequeñas muestras para analizar. Aún se podían ver las huellas y quería investigar su ADN. Después de comer decidimos bajar hacia el sótano y juntos empezamos a romper el suelo. El portal era enorme y su luz cubría toda esa primera habitación. Una vez abierto por completo Dorothy dijo de pasar y Edgar quiso acompañarle. Mery asustada prefirió quedarse conmigo, tenía miedo de no volver, o aún peor. Volver a ser secuestrada por aquella sombra. Dorothy y Edgar saltaron y nosotras volvimos a subir y a cerrar la puerta con el miedo de que volviera a aparecer aquella extraña cosa.

-¿Qué es éste lugar? Decía Edgar.

-Es OZ. Respondía Dorothy con una sonrisa en el rostro.

-¿OZ?, ¿es un mundo de esos tantos mundos verdad?.

-Así es. Éste es mi mundo, donde yo venía de pequeña.

-Parece un bosque, vamos a ver que hay. Respondía Edgar.